Los enfrentamientos entre palestinos e israelíes se recrudecen en el aniversario de la Declaración de Independencia y la creación del Estado de Israel
La Declaración de Independencia de Israel se produjo hace 73 años, el 14 de mayo de 1948 en el Museo de Arte de Tel Aviv, la capital del país. Esta tuvo lugar coincidiendo con la finalización legal del Mandato Británico de Palestina, que había controlado el territorio desde 1920. La resolución 181 (II) aprobada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) determinaba la creación de un estado judío y de uno árabe aproximadamente iguales en extensión.
Sin embargo, únicamente los judíos aceptaron esta partición y, dos días después de la indepencia de Israel, los países fronterizos (El Líbano, Siria, Irak, Transjordania y Egipto) declararon la guerra al nuevo país. El resultado de este conflicto fue que Israel ganó la guerra y acabó ampliando su territorio, Transjordania (la actual Jordania) tomó el control de Cisjordania y Egipto pasó a administrar la Franja de Gaza.
Para el pueblo judío, el nacimiento de un país propio suponía el regreso a la tierra prometida según su religión, de donde habían sido exiliados desde hacía 2.000 años. Apareció entonces un movimiento sionista moderno que respondía al antisemistismo en Europa y al Holocausto de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en el que 6 millones de judíos, gitanos y otras minorías fueron asesinados.
Por su parte, para los árabes supuso el comienzo de la Nakba o ”La catástrofe” en árabe. Se produjeron desplazamientos masivos de población árabe desde el nuevo país judío, perdiendo las casas y los terrenos en los que habían vivido desde hacía generaciones. Se estima que unos 750.000 árabes palestinos fueron obligados a abandonar sus hogares entre diciembre de 1947 y mayo de 1949. A día de hoy, el movimiento de autodeterminación de Palestina sigue luchando por un país independiente.
Nuevo conflicto entre israelíes y palestinos
Con motivo de la celebración de la Independencia de Israel, se preveía una escalada de violencia durante esta semana, ya que coincidían varios eventos históricos. El pasado 7 de mayo, el conflicto entre el gobierno de Israel y Hamás (la formación política que gobierna en Gaza) escaló. La parte este de Jerusalén, ciudad en disputa entre árabes e israelíes, fue el escenario de los primeros enfrentamientos.
Por una parte, durante varias semanas se produjeron enfrentamientos entre los palestinos que querían rezar en la Explanada de las Mezquitas -donde se encuentra la mezquita de Al-Aqsa- y la policía israelí, que quería limitar los rezos bajo el pretexto de las restricciones por la pandemia. La violencia explotó el último día del mes sagrado de Ramadán, cuando más de 200 personas resultaron heridas.
Por otro lado, el barrio de Sheij Jarrah en Jerusalén se convirtió en otro escenario de enfrentamientos. Los planes de desalojo de varias familias palestinas y la entrada de colonos israelíes aumentaron la tensión. Además, todo esto coincidió con la celebración hebrea del "Día de Jerusalén" que marca la conquista de la parte oriental de la ciudad por Israel en 1967: durante este día, los nacionalistas judíos realizan la Marcha de las Banderas, considerada una provocación por parte de los palestinos.
Todos estos enfrentamientos acabaron con el ultimátum de Hamás exigiendo a Israel retirar sus fuerzas policiales y militares de la Explanada de las Mezquitas y Sheij Jarrah. Esto no ocurrió y más de 1.300 misiles fueron lanzados desde Gaza a Israel, aunque solo impactaron entre el 10 y el 15 por ciento gracias a la Cúpula de Hierro (el escudo antimisiles de Israel capaz de destruir los misiles en el aire), dejando 7 víctimas mortales. Por su parte, los ataques de Israel a la Franja de Gaza han provocado 60 muertos, incluyendo a líderes de Hamás.
A este envio de misiles mutuo, se le suma el enfrentamiento entre judíos y árabes israelíes (árabes que viven en Israel y que suponenen el 20% de la población del país) en ciudades como Lod, Ramle, Acre y Jaffa. Toda esta violencia es considerada como la peor que se ha vivido desde la guerra entre Gaza e Israel de 2014 y los expertos temen que desencadene en otro conflicto armado.
Un conflicto histórico
El conflicto entre Israel y Palestina empezó a mediados del siglo XX por motivos políticos y religiosos. Los anhelos de independencia de Israel y de Palestina y la disputa por el territorio en el que viven ha generado varias guerras desde 1948.
En la actualidad, Palestina está dividida en dos zonas: Cisjordania y la Franja de Gaza, separadas por territorio israelí. Cisjordania está gobernada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y ha participado en varias negociaciones de paz con Israel, aunque ninguna con éxito.
Desde 2007, Gaza está bajo el control de Hamás, una formación política que se niega a dialogar con Israel y que está considerada una organización terrorista por varios países. Los ataques armados entre Israel y Hamás son habituales.
Desde su fundación, Israel se ha enfrentado en varias guerras con sus países vecinos. Pero a partir del siglo XX el conflicto se ha centrado sobre todo entre Israel y la ANP en Cisjordania o contra Hamás en Gaza (el territorio que equivale al futuro estado Palestino).
Israel es un país rico y tiene una gran influencia en la política internacional, por eso ha conseguido imponer bloqueos económicos sobre la Franja de Gaza. Uno de los mayores problemas es precisamente la falta de servicios médicos, saneamiento y energía, más ahora en plena pandemia de covid-19. Como consecuencia de estos conflictos y bloqueos constantes, más de la mitad de la población depende de ayuda internacional para poder sobrevivir.