Varios estudios relacionan la vacuna contra la covid con una regla más abundante y un aumento de los dolores menstruales
Cuando comenzaron a administrarse las primeras vacunas contra el virus de la covid-19, muchas mujeres utilizaron las redes sociales para alzar su voz y contar su experiencia: algunas estaban sufriendo alteraciones en su ciclo menstrual después de haber recibido la dosis de la vacuna.
Hasta hace poco, esto solo formaba parte del testimonio personal de algunas mujeres, pues no había evidencia científica que confirmara dicha información. Sin embargo, dos investigadoras de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), Kathryn Clancy y Katharine Lee, decidieron poner en marcha un estudio observacional para ver si verdaderamente existía una relación entre la vacunación y los efectos en la menstruación.
El objetivo era resolver las dudas sobre este fenómeno del que se hablaba abiertamente en redes sociales y que ellas mismas habían padecido después de vacunarse. Ahora, más de un año después de comenzar la investigación, el estudio se ha publicado en la revista científica Science Advances y ha sido recogido en otros portales divulgativos como el Science Media Center.
Entre abril y octubre de 2021, más de 39.000 mujeres respondieron a la encuesta y el 42% aseguró haber experimentado un aumento inusual del flujo menstrual tras recibir una de las dosis contra el coronavirus.
La investigación también ha hallado otras alteraciones menstruales vinculadas a la vacunación. Por ejemplo, algunas mujeres encuestadas aseguraron que habían padecido sangrado espontáneo después de vacunarse aun no teniendo la regla en ese momento. Entre ellas había mujeres en la menopausia o tomando anticonceptivos, y también personas no menstruantes con tratamientos hormonales, como las personas transgénero.
Los datos obtenidos señalan que las alteraciones del ciclo menstrual fueron temporales y que existen factores que influyeron significativamente en su aparición, como la edad, el padecimiento de efectos secundarios asociados a la vacuna (como la fiebre y la fatiga), el historial de embarazos y partos, o la etnicidad.
La etnicidad hace referencia a cómo algunas mujeres que comparten determinadas características raciales, lingüísticas y culturales tuvieron más probabilidad de sufrir estas alteraciones en su ciclo menstrual que otras mujeres. En este caso, los estudios muestran que las mujeres hispanas y latinas tuvieron un mayor riesgo de sufrir hemorragias espontáneas.
Cambios en los síntomas menstruales
El estudio de Clancy y Lee ha ido sumando participantes y a día de hoy cuenta con el testimonio de más de 165.000 personas que arrojan luz a un fenómeno inicialmente silenciado por la sociedad.
La evidencia científica de su trabajo se verá enriquecida en los próximos meses con la publicación de otros estudios similares, que aportan más información sobre los efectos de las vacunas en la menstruación. Entre ellos, son especialmente relevantes los estudios realizados en países con altas tasas de vacunación, como es el caso de España.
Un estudio de la Universidad de Granada ha revelado que el 78 % de las participantes reconocieron cambios en los síntomas premenstruales y menstruales tras la administración de la vacuna. Más de 14.000 mujeres participaron en este proyecto EVA, el primer estudio en población española sobre este asunto.
Las alteraciones en síntomas premenstruales más habituales fueron mayor cansancio (43%), distensión abdominal (37%), irritabilidad (29%), tristeza (28%) y dolor de cabeza (28%). Los cambios en síntomas menstruales fueron mayor cantidad de sangrado (43%), dolor (41%), retraso en la menstruación (38%) y menos días de sangrado (34,5%).
Otro de los estudios ha sido llevado a cabo por la Universidad de Extremadura. En este caso, los datos obtenidos señalan que de las más de 17.500 mujeres que respondieron la encuesta, la mitad (entre el 45 y el 50%) sufrió alteraciones de su ciclo como consecuencia de enfermar o de vacunarse contra el coronavirus.
Perspectiva de género en la medicina
Los ensayos clínicos realizados para el desarrollo de las vacunas contra la covid no contemplaron la posibilidad de que las personas menstruantes sufrieran cambios premenstruales y menstruales. Es decir, no se esperaba que pudiera haber un efecto secundario en la regla después de que estas personas se vacunaran.
Esto demuestra una vez más cómo la salud femenina sigue estando en un segundo plano y, que, muy a menudo, las investigaciones y estudios médicos dejan de lado la realidad que viven millones de mujeres en el mundo (la mitad de la población mundial, de hecho).
La medicina, como otras ciencias, está basada en una visión androcéntrica del mundo, es decir, una visión que coloca al hombre en el centro de todo. Como consecuencia, muchos estudios médicos no cuentan con una perspectiva de género que haga una diferenciación entre la salud de mujeres y hombres y tenga en cuenta sus particularidades.
Esto hace que haya un gran desconocimiento sobre aspectos vitales en la salud femenina, lo que puede derivar en una atención médica insuficiente hacia las mujeres. Es lo que ha ocurrido en el caso de la menstruación después de vacunarse contra la covid, pero también en otras patologías como la endometriosis, una enfermedad que afecta al útero y que sufren una de cada diez mujeres, pero sobre la que apenas hay investigación.
Aunque las alteraciones en el ciclo menstrual tras la vacuna del coronavirus han demostrado ser temporales y no peligrosas, las mujeres tienen derecho a conocer los efectos secundarios a los que se enfrentan. Es necesario informarlas de la posibilidad de sufrir estas alteraciones así como se informa de otros efectos, como la fiebre o el dolor de brazo.