La Reina de Inglaterra ha sido una de las figuras políticas más importantes del mundo en sus 70 años de reinado
La muerte de la reina Isabel II (1926-2022), monarca del Reino Unido, ha ocupado durante días los titulares y portadas de medios de comunicación de todo el mundo. Tenía 96 años y ocupó el trono durante 70 años, el reinado más largo de la monarquía británica.
Isabel nació en Londres el 21 de abril de 1926. Era miembro de la familia real británica, pero en realidad no le tocaba ser reina. Su tío, el rey Eduardo VIII, abdicó en 1936 para poder casarse con una mujer plebeya. El hermano pequeño de Eduardo, que era el padre de Isabel, fue coronado entonces como Jorge VI.
Jorge VI era un fumador empedernido y murió de forma inesperada en 1952, por lo que Isabel heredó el trono cuando era muy joven: tan solo tenía 25 años. Pocos años antes, en 1947, se había casado con el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, con quien tuvo cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo.
¿Por qué Isabel II era una figura de alcance mundial? Por un lado, su reinado fue uno de los más largos de la historia de todas las monarquías, solo superado por el de Luis XIV de Francia, que gobernó durante 72 años. En junio de 2022, la Reina había celebrado el Jubileo de Platino de su reinado.
Por otro lado, sus dominios abarcaban mucho más allá de las fronteras de la Gran Bretaña. Además de ser la monarca del Reino Unido, Isabel era reina en otros 14 países, entre los cuales destacan Canadá, Australia y Nueva Zelanda. La mayoría eran antiguas colonias que formaban parte del llamado Imperio Británico, e Isabel tenía un papel simbólico como jefa de Estado.
Isabel también era la jefa de Estado de los 56 estados de la Commonwealth, una organización de países que mantienen relaciones históricas y comerciales con el Reino Unido. Ahora le sucederá su hijo mayor, proclamado Carlos III.
Durante todo este tiempo, Isabel decidió anteponer el deber a su vida privada y supo mantenerse en pie en medio de guerras, crisis económicas y escándalos dentro de su propia familia. Por todo ello, era una figura muy querida y respetada en su país y en el mundo.
Un reinado lleno de historia
A lo largo de sus 70 años de reinado, Isabel II vivió episodios políticos y sociales de gran trascendencia histórica. Cuando accedió al trono, la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) ya había terminado pero sus consecuencias todavía estaban muy presentes y el país se encontraba en plena tarea de reconstrucción.
Durante la década de 1960 y 1970 empezó la descolonización de numerosos territorios de África y el Caribe que habían sido ocupados por el Imperio Británico durante su expansión entre los siglos XVIII y XIX. Durante este proceso surgieron más de 20 nuevos países como Sierra Leona, Sudán, Uganda, las Bahamas o Granada. Todos ellos forman parte actualmente de la Commonwealth.
En 1973, el Reino Unido pasó a formar parte de la Comunidad Económica Europea, organismo precursor de la Unión Europea. En aquel momento, la opinión británica ya estaba dividida. Más de 40 años después, el referéndum del Brexit de 2016 puso en marcha el proceso de separación y la salida de la Unión Europea se hizo efectiva en 2020.
En 1982, Argentina y el Reino Unido se enfrentaron en la Guerra de las Malvinas, un conflicto por controlar este archipiélago en el Atlántico Sur. El ejército argentino ocupó estas islas al considerar que se encontraban en su territorio, a pesar de que estaban administradas por los británicos. En la actualidad, continúa siendo un territorio en disputa según las Naciones Unidas.
La década de 1990 fue una de las más agitadas en el reinado de Isabel II. El año 1992 fue considerado un “annus horribilis” por la propia Reina, por los divorcios de sus hijos Andrés y Ana. Su hijo mayor, Carlos, se divorció en 1996 y su ex mujer, Lady Di, falleció un año después en un accidente de coche en París. Este fue uno de los peores momentos de su reinado, en los que se le acusó de ser una mujer fría y tener poca empatía.
En los últimos años, la Reina recuperó su popularidad y se convirtió en un pilar de estabilidad para el país, en medio de las crisis políticas o de la pandemia de coronavirus. A lo largo de su vida sobrevivió a 12 ministros del Reino Unido, conoció a 7 Papas y a 11 presidentes de Estados Unidos.
La Reina como icono popular
A pesar de la seriedad de su cargo, el largo reinado de Isabel II la ha convertido también en un icono popular protagonista de series, películas, pinturas y canciones.
La serie The Crown ha sido una de las producciones que más ha contribuido a popularizar su figura y su legado, y se ha convertido en una de las ficciones más vistas de Netflix. Unos años antes, la película La Reina (2006) conseguía captar la atención de la audiencia al presentar un retrato cercano y poco habitual de Isabel II.
La Reina también ha sido una inspiración en el arte. En 1985, el artista pop Andy Warhol pintó una serie de retratos con colores vivos y estridentes, que contrastan con la pose seria de la monarca. La artista británica de origen catalán Miriam Escofet pintó uno de los últimos retratos de la Reina.
Para dar una imagen más humana, Isabel II ha participado también en producciones audiovisuales de carácter oficial. En la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, se tiró en paracaídas con James Bond. Mientras que, para la celebración del Jubileo, tomó el té con el Oso Paddington en Palacio.
La monarquía es una de las principales instituciones del Reino Unido (si no la más importante de todas), pero no está carente de críticas. La banda de punk Sex Pistols expresó su rechazo por el sistema con una canción que da la vuelta al himno británico y que ya se ha convertido en un clásico: God Save the Queen (1977).