Las lenguas de lava del volcán han quemado un centenar de casas a su paso y han obligado a evacuar a miles de personas
El domingo 19 entró en erupción un volcán en la Palma, una de las islas del archipiélago de las Canarias. El volcán se encuentra en medio del Parque Natural de Cumbre Vieja, por lo que las explosiones no han afectado directamente ningún núcleo urbano y no han provocado víctimas humanas.
Sin embargo, la lava que está saliendo de las diferentes bocas del volcán sí que está provocando graves destrozos. Las lenguas de lava pueden alcanzar una temperatura superior a los 1.000ºC y arrasan con todo lo que encuentran a su paso: vegetación, árboles, casas, carreteras…
Hasta ahora, el volcán ha destruido un centenar de casas y un colegio que ha quedado sepultado. Además, hay miles de personas evacuadas. En algunos tramos, el río de lava formado por el magma y todo lo que arrastra a su paso puede llegar a los seis metros de altura.
Las Canarias son islas de origen volcánico, que se han ido formando a partir de erupciones de lava durante miles de años. De hecho, la actividad volcánica y los terremotos son constantes y están permanentemente controlados.
El último volcán que entró en erupción en La Palma fue en 1971, hace 50 años: el volcán Teneguía estuvo expulsando lava durante más de tres semanas. En las Canarias, la última erupción se produjo en 2011 en la isla de El Hierro: el volcán Tagoro estuvo activo durante 147 días.
Es imposible saber cuánto tiempo durará la erupción del volcán Cumbre Vieja: días, semanas, meses… Sin embargo, los vulcanólogos pueden reconocer algunas pistas a partir de la composición de los vapores que salen de las diferentes bocas. La disminución de dióxido de azufre, por ejemplo, puede indicar si la bolsa de magma que se encuentra bajo tierra y alimenta la erupción se está acabando.
El río de lava va avanzando lentamente por la pendiente de la montaña hasta que llegue al mar y la lava se solidifique al entrar en contacto con el agua. Este momento puede provocar fuertes explosiones de vapor de agua cerca de la costa.
El interior de la Tierra
Los volcanes son aberturas en la corteza terrestre de kilómetros de profundidad. Generalmente se forman en los límites de las placas tectónicas que cubren toda la superficie del planeta, incluso debajo del agua (son los llamados volcanes submarinos).
Entre estas placas se forman unos orificios por donde sale el magma: una masa de rocas fundidas por el calor del núcleo terrestre. El magma asciende por el agujero impulsado a presión por los gases del interior de la Tierra, por eso sale con tanta fuerza en forma de erupciones.
Se consideran “volcanes activos” aquellos que han entrado en erupción en los últimos 10.000 años. Ahora bien, hay que distinguir entre los volcanes activos (fácilmente detectables porque están actualmente en erupción) o los volcanes durmientes, que podrían entrar en erupción en cualquier momento.
Es muy difícil predecir cuándo un volcán durmiente entrará en erupción. Los vulcanólogos se fijan en varios indicios: detectar terremotos y temblores con sismógrafos, controlar posibles deformaciones del suelo provocadas por el movimiento de las placas tectónicas o localizar emisiones de gases volcánicos que salen de la tierra.
Según el Programa de Vulcanismo Global del Instituto Smithsonian (Estados Unidos), en la actualidad hay 50 volcanes en estado de erupción continua en todo el mundo. Eso no significa que registren actividad volcánica cada día, pero sí que han experimentado alguna erupción en los últimos tres meses. Además, en la última semana han entrado en erupción cinco nuevos volcanes, entre ellos el de la Palma.
Volcanes que hicieron historia
Algunos de los volcanes actuales están activos desde hace miles de años, pero en la antigüedad no se realizaban registros de actividad volcánica (o al menos no han llegado hasta hoy). El primer registro de volcanes activos en las Canarias data del siglo XV, por ejemplo.
Sin embargo, ha habido grandes volcanes que han pasado a la historia por su magnitud y por el impacto que produjeron en la época. Tanto, que forman parte de la cultura y la tradición de la población.
El volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia, formaba parte de la mitología griega porque era el lugar en el que Hefesto, el dios del fuego, forjaba los rayos para Zeus. Los volcanes Popocatéptl e Iztaccihuatl, la segunda y tercera montaña más altas de México, también forman parte de la mitología de varios pueblos mexicas, anteriores a la llegada de los españoles.
El Vesubio destruyó la ciudad romana de Pompeya, cerca de Nápoles, en el año 79 d.C. La erupción fue relatada por Plinio el Viejo (que murió por las explosiones volcánicas) y por su sobrino, Plinio el Joven. La lava cubrió por entero la ciudad y la conservó durante miles de años. Hoy puede visitarse y recorrer sus calles como si se tratara de un viaje en el tiempo.