La pandemia ha provocado una crisis económica y sanitaria que ha agravado las desigualdades de género y ha hecho aumentar la violencia machista
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el brote de covid-19 que había aparecido en Wuhan (China) a finales de 2019 y se había propagado por varios países era ya una pandemia de alcance mundial.
Como la mayoría de crisis y conflictos, la pandemia de coronavirus ha afectado de forma diferente a los hombres y a las mujeres. La crisis sanitaria ha generado un impacto económico y laboral en la sociedad, agravando la brecha de género y las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres.
El comercio, los servicios sanitarios y sociales, la hostelería y la educación son algunos de los sectores más afectados por la pandemia. Más del 50% del empleo de las mujeres en España se concentra en estos sectores, lo que las convierte en uno de los colectivos más afectados a nivel económico y laboral.
Otro sector que se ha visto muy afectado es el de las trabajadoras del hogar, que se han visto perjudicadas por su situación de precariedad laboral. Muchas de ellas trabajan sin contrato, han perdido sus trabajos y no tienen derecho al paro.
Un estudio de las Naciones Unidas (ONU) calcula que 47 millones de mujeres y niñas se verán en situación de pobreza extrema en 2021 como consecuencia de la covid-19.
Según el mismo informe, 7 de cada 10 profesionales de la salud en todo el mundo son mujeres, lo que explica que más mujeres que hombres hayan estado expuestas al contagio. Según ISGlobal, durante los primeros meses de la pandemia, los contagios de sanitarias multiplicaron por tres los de sus compañeros hombres.
Asimismo, las mujeres, que generalmente ya se encargan de los cuidados y tareas domésticas, han asumido una mayor responsabilidad durante el confinamiento. En ese sentido, han sufrido más presión y estrés al no poder separar el espacio personal del laboral.
Una de las consecuencias ha sido que la pandemia ha afectado psicológicamente más a las mujeres que a los hombres.
Aumento de la violencia de género
Uno de los impactos más graves de la pandemia de covid-19 es el aumento de la violencia de género contra las mujeres. En los casos de violencia machista, el hogar se convierte en el lugar más peligroso para las mujeres.
El confinamiento ha incrementado el riesgo de violencia, porque las mujeres han pasado más horas con sus maltratadores y se han generado más conflictos en torno a cuestiones domésticas y familiares. Además, en estos casos, la violencia se prolonga sin ser interrumpida y el agresor se cree impune y gana seguridad.
Otro tipo de violencia que ha aumentado durante la pandemia es la ciberviolencia, es decir, los ataques a mujeres y niñas a través de Internet y las redes sociales. Durante el confinamiento, la tecnología ha sido esencial para romper el aislamiento y mantener el contacto con los demás, pero también ha incrementado las posibilidades de acoso a través de las redes.
La pandemia ha provocado una crisis económica y ha favorecido la precariedad laboral. En algunos casos, algunas mujeres se han visto forzadas a realizar trabajos sexuales para subsistir. En este contexto se han dado más situaciones de abuso y explotación sexual, que también suponen un mayor riesgo de ser infectadas por el virus.
El impacto de la pandemia en las niñas
Las niñas son un colectivo especialmente vulnerable ante los efectos de la pandemia. Igual que ha crecido la violencia machista durante el confinamiento, también las menores de edad se han visto más expuestas a la violencia sexual en el entorno familiar.
A esto hay que sumarle el riesgo de ciberacoso, en un momento en que los menores pasan gran parte de su tiempo en internet y las redes sociales, ya sea en su tiempo libre o incluso durante las horas de clase.
Los efectos de la pandemia se agravan en los contextos más empobrecidos, donde es más difícil hacer frente a la crisis económica y sanitaria. Las niñas de familias con menos recursos tienen un mayor riesgo de exclusión escolar o abandono, porque no disponen de la tecnología necesaria para realizar clases online.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) advierte que existen más probabilidades de que se saque primero del colegio a las niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza, con discapacidad o en lugares rurales aislados.
Estas niñas pueden ser obligadas a realizar trabajo doméstico y cuidados en el hogar. En algunos países, incluso pueden ser víctimas del matrimonio infantil como una vía de escape para las familias en las regiones más desfavorecidas.