El clima europeo está sufriendo cambios alarmantes, con altas temperaturas y una sequía generalizada en todo el territorio
Europa sigue batiendo récords de calor por el cambio climático. En 2022, el continente vivió el segundo año más cálido y el verano más caluroso desde que hay registros. La situación provocó, entre otros fenómenos extremos, graves incendios y olas de calor intensas y prolongadas en diferentes países.
Estas son algunas de las conclusiones del informe anual elaborado por Copernicus, un proyecto del Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea destinado a observar el medio ambiente para entender mejor los cambios que se producen en el planeta. El informe advierte que el continente europeo está sufriendo cambios alarmantes en el clima.
Según los últimos datos, Europa se ha calentado más rápido que cualquier otro continente en las últimas décadas y las temperaturas aumentan el doble de rápido que la media global. Como consecuencia, en 2022 el clima europeo estuvo marcado por un calor extremo sin precedentes y una sequía generalizada.
Estos fenómenos climatológicos extremos son cada vez más frecuentes e intensos. El año pasado las altas temperaturas provocaron una disminución de las precipitaciones, lo que llevó a una situación de sequía generalizada en Europa. A su vez, esto contribuyó a la propagación de grandes incendios forestales, que arrasaron sobre todo los países del sur del continente.
Esta situación tiene consecuencias no solo en el ecosistema natural, que se ve deteriorado por la sequía y los incendios, sino también en nuestro estilo de vida. Las olas de calor extremas pueden provocar problemas de salud, que afectan en mayor medida a los grupos más vulnerables.
Doñana en peligro
Los efectos del cambio climático también están afectando a parajes naturales de gran valor, como el Parque Nacional de Doñana. Situado entre las provincias españolas de Huelva y Sevilla, este espacio tiene más de 50.000 hectáreas de extensión. En la zona conviven especies únicas y en peligro de extinción, como el águila imperial ibérica y el lince ibérico. Por esta razón se dice que es la mayor reserva ecológica de Europa.
En los últimos años, Doñana se ha visto gravemente afectada por las altas temperaturas y la falta de precipitaciones. En el parque, el 59% de las lagunas de mayor tamaño no se han inundado al menos desde 2013, según datos de la Estación Biológica de Doñana. Esto ha provocado la desaparición de fauna y flora muy valiosas en la zona.
Aunque los efectos del cambio climático evidencian que la zona está secándose y el agua disponible está disminuyendo, la demanda de agua no ha dejado de aumentar. Esto ocurre porque alrededor de Doñana existen multitud de fincas agrícolas que necesitan agua para regar sus cultivos. La mayoría de agricultores utilizan el acuífero del parque, una superficie de agua que se encuentra en el subsuelo.
Sin embargo, este recurso de agua subterránea es limitado: por eso varias leyes limitan la concesión de permisos para construir pozos y extraer el agua, con el objetivo de preservar el entorno. La mayoría de agricultores tiene esos permisos, pero algunas fincas están haciendo esta actividad de manera ilegal.
El gobierno regional ha anunciado que actuará para solucionar esta situación de ilegalidad. El problema es que, en lugar de obligar a cerrar los pozos ilegales, han anunciado una nueva ley para regularizar estos pozos y ofrecer más permisos de extracción de agua. Esta medida ha generado una fuerte oposición de los ecologistas, que aseguran que esta regularización empeorará aún más la situación de escasez de agua en la zona.
La noticia también ha puesto en alerta a la Comisión Europea, que ha enviado una carta al gobierno español denunciando que esta ley podría agravar la situación del agua y los espacios protegidos de Doñana. Las autoridades europeas podrían llegar a intervenir en caso de que esta ley se aprobara finalmente.
El informe Copernicus
Copernicus (antes conocido como Vigilancia Mundial del Medio Ambiente y la Seguridad), es un programa coordinado por la Comisión Europea que se encarga de observar la Tierra y ofrecer información relevante sobre diferentes ámbitos: vigilancia atmosférica, vigilancia marina, vigilancia terrestre, cambio climático, seguridad y emergencias.
Uno de los proyectos más conocidos de Copernicus es el Servicio de Cambio Climático, que cada año publica el Estado Europeo del Clima (ESOTC, por sus siglas en inglés): un informe sobre la situación climática en Europa que proporciona un análisis detallado de los fenómenos climáticos que han tenido lugar en el último año.
Copernicus acaba de publicar el Estado Europeo del Clima 2022, donde recopila información sobre temperaturas, precipitaciones, sequías e incendios forestales, entre otros fenómenos. Además, el informe dedica un apartado a analizar los fenómenos climatológicos extremos en el Ártico.
Para realizar estos informes, el Servicio de Cambio Climático utiliza enormes cantidades de datos globales que proceden tanto de sistemas de medición terrestres como de satélites en el espacio. De hecho, el programa cuenta con la colaboración de la Agencia Espacial Europea.
Los responsables políticos de diferentes países utilizan estos datos para elaborar leyes medioambientales o tomar decisiones en situaciones de emergencia climática. Aun así, toda la información de Copernicus es gratuita y de acceso libre para cualquier persona interesada.