Muchas mujeres que viven en zonas rurales tienen pocas oportunidades para emprender, pero existen proyectos que tratan de cambiar esta situación
Las personas del medio rural se enfrentan a diferentes desafíos. Por un lado, encontramos la brecha digital, que se refiere a las dificultades en el acceso a la tecnología y la conectividad. Para hacernos una idea, solo 2 de cada 5 personas que viven en zonas rurales en España tienen acceso a Internet.
Por otro lado, encontramos la brecha territorial. A día de hoy algunas zonas rurales en España todavía se enfrentan a multitud de deficiencias en infraestructuras, comunicaciones y servicios educativos y sanitarios. Esto se traduce, entre otros, en menos oportunidades para acceder a una formación empresarial especializada.
Por último, pero no menos importante, está la brecha de género, que se refiere a las desigualdades que existen entre hombres y mujeres. La diferencia salarial, las oportunidades de acceso al empleo, el reparto desigual de las tareas y el cuidado de los hijos siguen siendo realidades que atraviesan de manera generalizada la vida de las mujeres rurales.
Centrándonos en el caso de las mujeres rurales, muchas de ellas quieren permanecer en el medio rural y desarrollar en él su proyecto de vida. Sin embargo, todas las brechas anteriormente mencionadas suponen importantes barreras para su desarrollo profesional y personal. Al final, muchas de ellas no tienen más alternativa que emigrar a la gran ciudad si quieren desarrollar una actividad económica propia.
El ejemplo de Asturias
Si algo caracteriza al entorno rural de Asturias, es el peso del sector agroganadero y del sector del turismo rural. La agroganadería es la principal fuente de ingresos de las familias en el medio rural de esta comunidad. No obstante, en este sector la mujer asume un rol secundario de acompañamiento a su marido.
En el caso del turismo rural, la mujer asturiana sí que asume una mayor responsabilidad. Sin embargo, de manera generalizada, estas mujeres tienen que compaginar su trabajo con la tarea de cuidados, la crianza de los hijos e hijas y las personas mayores dependientes y el trabajo doméstico en el hogar.
Desde el punto de vista del empleo, para las mujeres rurales asturianas el mercado laboral sigue siendo poco accesible: la tasa de empleo femenina en el medio rural era del 51,6% y la masculina del 60,6% en 2021, por lo que la brecha de género es de 9 puntos porcentuales a favor de los hombres.
Esta situación, sumada a la escasa formación especializada en el ámbito empresarial, hace que muchas mujeres rurales no tengan la oportunidad de desarrollar proyectos de emprendimiento innovadores, lo que les permitiría adquirir cierta independencia económica.
Diversas organizaciones llevan años trabajando con el objetivo de cambiar este escenario y crear comunidades de mujeres jóvenes y emprendedoras en los medios rurales.
Escuela Rural Emprendedora
En mayo de 2022, la ONG Ayuda en Acción lanzó Escuela Rural Emprendedora, junto con su entidad socia AEERS (Asociación Española de Emprendimiento Rural Sostenible). Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto “Impulsando emprendimientos sostenibles liderados por mujeres del ámbito rural en Asturias” financiado por Fundación la Caixa y que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Somiedo y Zapiens.
El objetivo de la Escuela Rural Emprendedora es ofrecer a un grupo de mujeres rurales la oportunidad de desarrollar sus propios proyectos innovadores de emprendimiento. Para ello, durante los cinco meses que duró el proyecto, las mujeres recibieron formación sobre emprendimiento y desarrollo empresarial, y habilidades personales y de comunicación necesarias para poner en marcha un negocio.
En concreto, este proyecto de Ayuda en Acción se desarrolló entre mayo y octubre de 2022 y en él participaron 12 mujeres rurales de la comarca Camín Real de la Mesa de manera particular, y de Asturias en su conjunto. En todo el proceso, las mujeres recibieron el apoyo de un panel de mentoras, profesoras y mujeres inspiradoras como equipo de trabajo.
La finalidad última de esta iniciativa es fomentar la empleabilidad y autonomía económica de mujeres, así la inclusión social en el medio rural. A través de la formación, asesoría y conexión profesional, las mujeres rurales tienen la oportunidad de empezar su propia actividad económica. De esta manera, sus opciones para llevar adelante una vida que consideren valiosa se multiplican.
En los cinco meses que duró el proyecto, las mujeres que formaron parte de la Escuela Rural Emprendedora en Asturias desarrollaron todo tipo de proyectos: producción de queso artesanal, creación de un espacio cultural para músicos y creadores, diseño de joyas en plata, desarrollo de experiencias gastronómicas para turistas…
La consecución de la igualdad de género, entendida como la igualdad de oportunidades, sigue siendo un reto por conquistar en el medio rural. Sin embargo, proyectos como el de Escuela Rural Emprendedora sirven para demostrar que es posible y necesario reducir las diferencias entre hombres y mujeres.
Con esta iniciativa de Ayuda en Acción y AEERS, se han creado puestos de trabajo y redes colaborativas que ayudan a que los pueblos sigan vivos. Además, las mujeres que han participado se han convertido en referentes, algo fundamental para reconocer el talento femenino y demostrar que los proyectos liderados por mujeres son viables.