Un nuevo estudio internacional confirma que el consumo de esta sustancia tiene efectos muy perjudiciales en la salud, especialmente de los jóvenes
El consumo de cannabis se ha disparado entre la población. Se trata de la droga que más se consume en todo el mundo: en 2020, más del 4% de la población mundial de 15 a 64 años de edad (209 millones de personas) habían consumido cannabis, según el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
Ahora el mayor estudio a nivel internacional sobre esta sustancia ha demostrado que sus riesgos son mucho mayores que sus beneficios. La investigación, que ha sido publicada en British Medical Journal y en la que han participado médicos del Hospital Clínic de Barcelona, confirma que el consumo de cannabis tiene efectos muy perjudiciales en la salud.
El cannabis es una planta que tiene diferentes cannabinoides, que son compuestos químicos activos. El cannabinoide más conocido es el THC: tiene propiedades narcóticas y psicoactivas, las cuales pueden causar la sensación de euforia y la alteración de la percepción.
Según el estudio, el cannabis es una sustancia especialmente peligrosa en personas jóvenes, embarazadas y conductores. Puede aumentar el riesgo de psicosis en adolescentes incluso en un único consumo. Además, durante la gestación puede influir negativamente en el peso de los bebés y provocar un mayor riesgo de sufrir accidentes de coche.
Más allá del uso recreativo, el cannabis también se utiliza con fines terapéuticos, para reducir el dolor de algunas enfermedades. En este sentido, el estudio confirma que su consumo puede mejorar la evolución clínica de algunas patologías como la epilepsia infantil. Aun así, recuerda que puede producir efectos secundarios en el sistema nervioso.
Con todo esto, los investigadores concluyen que las autoridades no deberían permitir el consumo de cannabis en menores de 25 años, igual que está prohibida la venta de alcohol y tabaco a menores de 18. El cerebro acaba de desarrollarse y madurar alrededor de los 25 y 30 años, por lo que consumir drogas siendo tan joven puede tener un efecto nocivo directo.
Cannabis con fines médicos
El uso del cannabis con fines terapéuticos no es un fenómeno reciente. Su consumo parte de la medicina tradicional India y, en el siglo XIX, en Europa y en los Estados Unidos se empezaron a utilizar preparados de esta planta con objeto de aliviar el dolor y las náuseas asociadas a ciertas enfermedades.
Sin embargo, estos productos fueron cayendo en desuso en el siglo XX tras la revolución en el mundo de la farmacología. De manera generalizada, la población empezó a optar por los medicamentos nuevos, basados en ensayos clínicos y elaborados científicamente. Además, ya entonces empezaron a publicarse los primeros estudios sobre su efecto perjudicial.
Sin embargo, a partir de la década de 1990, se produjo un resurgimiento en la investigación y el uso del cannabis con fines medicinales. De hecho, en algunos países del mundo empezó a legalizarse el consumo siempre que fuera con un fin terapéutico y bajo la supervisión de profesionales de la salud.
En estos casos, se suele utilizar el cáñamo, que es una variedad de la planta de cannabis baja en THC (generalmente menos del 0.3%), es decir, que no produce efectos psicoactivos significativos. El cannabinoide más común del cáñamo es el CBD, que suele utilizarse en el tratamiento del dolor crónico, la inflamación y la epilepsia, entre otros.
Otra de las variedades más comunes de la planta del cannabis es la marihuana, que contiene niveles más altos de THC en comparación con el cáñamo. Esto significa que produce efectos eufóricos, relajación y alteración de la percepción. Por eso, la comercialización y el consumo de esta droga están prohibidos en muchos países.
Legalización del cannabis
En los últimos años, diferentes países han cambiado su legislación para permitir la comercialización y el consumo de cannabis dentro de unos parámetros y límites concretos.
En 2022, el gobierno de Tailandia decidió legalizar el cultivo y consumo de cannabis después de décadas de políticas antidroga muy severas. En otros lugares como los Países Bajos, la marihuana está despenalizada desde hace tiempo. Esto significa que está permitida para consumo propio y con un límite en la compraventa por persona y por día.
En 2013, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la venta y el cultivo de cannabis para uso recreativo. En Estados Unidos, cada estado tiene su propia ley: en total, 21 estados han legalizado su uso para adultos mayores de 21 años.
El problema es que la legalización del cannabis en algunas partes del mundo parece haber acelerado el consumo diario y las consecuencias relacionadas para la salud, según el Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de UNODC.
Por ejemplo, en Estados Unidos ha aumentado el consumo en entre las personas adultas jóvenes. Y, al mismo tiempo, se ha reportado un aumento de casos relacionados con personas con trastornos psiquiátricos, suicidios y hospitalizaciones.