El Partido Popular mantiene la mayoría en el Parlamento Europeo, mientras la extrema derecha alcanza su récord de votos en las últimas elecciones
El Partido Popular Europeo (PPE) ha ganado las elecciones al Parlamento Europeo al lograr el mayor número de escaños. Aunque los resultados todavía son provisionales, se estima que la agrupación de partidos de centro-derecha ha alcanzado, al menos, los 184 eurodiputados.
Le sigue el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, que ha conseguido 139 asientos y se convierte así en la segunda fuerza de la Eurocámara. Mientras, en tercera posición, están los liberales de Renew Europe, con 80 eurodiputados. Por su parte, el Grupo de los Verdes alcanza los 52 escaños.
Estos comicios europeos han estado marcados por un auge de los grupos de extrema derecha, que han alcanzado su cota más alta en estas elecciones. Los dos grupos de ultraderecha —Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) e Identidad y Democracia (ID)— suman un total de 131 escaños (73 y 58, respectivamente).
Los grupos de extrema derecha integran diferentes partidos de diferentes países con ideas muy heterogéneas: tienen perspectivas muy distintas en asuntos como la economía o la defensa, por ejemplo. Sin embargo, todos coinciden en su defensa del soberanismo y su rechazo a la inmigración.
Desde las elecciones de 2019, el Parlamento y el resto de las instituciones europeas han sido dirigidas por una coalición flexible entre los populares, los socialdemócratas y los liberales, con el apoyo ocasional de los Verdes. Con el avance de la extrema derecha, está por ver si la nueva legislatura es igual o si los populares abren la puerta a acuerdos con estos grupos de derecha radical.
Primeras reacciones
En las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el pasado fin de semana, la extrema derecha ha logrado ser primera fuerza en cinco países de la Unión Europea: Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica. Su victoria ha provocado diferentes reacciones.
En Bruselas, el partido de ultraderecha Vlaams Belang se ha impuesto con el 14,6% de los votos. El hasta ahora primer ministro Alexander De Croo, del partido liberal flamenco Open Vld, ha reconocido la derrota de su formación y ha presentado su dimisión tras los malos resultados obtenidos.
En Francia, el presidente Emmanuel Macron, ha decidido disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones anticipadas ante la contundente victoria del partido de Marine Le Pen. Agrupación Nacional (RN) ha sido la fuerza más votada en todo el país y ha conseguido sus mejores resultados en unas elecciones europeas desde hace 40 años.
En otros países, la ultraderecha no se ha convertido en primera fuerza pero sí ha alcanzado cifras récord. Por ejemplo, en Alemania, el país con más población de la Unión Europea y el que más escaños tiene en el Parlamento, los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD) se han situado en segunda posición.
En España, Vox se ha asentado como tercera fuerza y ha conseguido un total de seis eurodiputados, su mejor resultado en unas elecciones europeas, dos más de los que tenía en el anterior Parlamento Europeo.
De la UE a la vida cotidiana
El Parlamento Europeo, con sedes en Estrasburgo, Bruselas y Luxemburgo, es la única institución de la Unión Europea elegida directamente por los ciudadanos. Sus miembros, conocidos como eurodiputados, representan a los partidos políticos y las corrientes ideológicas de los distintos países miembros.
Este órgano tiene competencias en áreas tan fundamentales como el mercado único, el medio ambiente, los derechos de los consumidores o la política exterior, entre otros. De hecho, uno de los roles principales del Parlamento es la elaboración y aprobación de leyes que afectan a la vida cotidiana de 500 millones de ciudadanos en 27 países miembros.
Muchas de las leyes que se aprueban en estos países vienen directamente dictaminadas por la Unión Europea. Hablamos de leyes que tienen que ver, por ejemplo, con la lucha contra el cambio climático, la protección de nuestros datos personales en Internet o la movilidad de los ciudadanos europeos entre los Estados miembros.
Por eso, votar en las elecciones europeas es fundamental si queremos elegir a aquellos representantes que defiendan mejor nuestros intereses. Al votar, los ciudadanos europeos ejercen su derecho a ser escuchados y a moldear el futuro de la Unión Europea.
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