El EdTech puede servir para dinamizar y mejorar las actividades físicas en el aula
Al hablar de la tecnología, especialmente relacionada con el uso que realizan los niños y jóvenes, suele aparecer una preocupación, la de que su uso excesivo los puede hacer más sedentarios y menos activos. Suele ser una imagen recurrente la de los jóvenes apáticos, siempre pegados a sus teléfonos, que han olvidado el placer de jugar al aire libre.
Pero, ¿y si la tecnología educativa pudiera cambiar ese estereotipo? No solo es posible, sino que, de hecho, el EdTech puede servir para dinamizar y mejorar las actividades de educación física.
De la mano de ACER, presentamos algunas formas interesantes en las que los profesores de educación física pueden integrar la tecnología en sus actividades.
1. Monitoreo del progreso
Las aplicaciones y dispositivos de fitness son muy populares entre quienes desean llevar un registro de su dieta y rutinas de ejercicio, ¿por qué no aplicar el mismo principio a la educación física? Desde relojes inteligentes hasta aplicaciones gratuitas para teléfonos, los profesores pueden motivar a los estudiantes a monitorear su progreso y fomentar una competencia saludable entre compañeros y, lo más importante, consigo mismos.
Vale la pena recordar que seguir el progreso es beneficioso, pero que no debe convertirse en una obsesión. Un papel clave del profesor es recordar a los estudiantes que el ejercicio y una dieta saludable son importantes, pero no deben llevarse al extremo.
2. Establecer metas razonables
En el ámbito de la actividad física, no todos somos iguales. La edad, el género y el nivel de condición física son factores que determinan la capacidad de una persona para realizar tareas atléticas. Tener que cumplir metas inalcanzables puede ser humillante y desalentador, además de perjudicar las calificaciones de los estudiantes.
Con dispositivos que monitorean el ritmo cardíaco durante el ejercicio, un profesor puede adaptar las metas de acondicionamiento físico a las necesidades y capacidades de cada estudiante y calificarlos en consecuencia. Esto hace que la clase de educación física sea menos intimidante, elimina el riesgo de que sea la mancha en un expediente académico excelente y, si se maneja con sabiduría, incluso puede reducir el acoso escolar.
3. Automejora
El ejercicio, la nutrición y los deportes profesionales son temas populares en YouTube, e incluso los jugadores profesionales ven sus propios juegos para mejorar. Entre motivar a los estudiantes a ver demostraciones en video hechas por profesionales y hacer que reproduzcan grabaciones de sus propias actuaciones para detectar debilidades y estudiar nuevas formas de mejorar, el video es una herramienta poderosa para la automejora.
Siempre que los videos hayan sido evaluados por el profesor para asegurar que sean apropiados para la edad y libres de contenido potencialmente dañino, los estudiantes pueden aprender de ellos y encontrar modelos a seguir saludables.
4. Ejercicio fuera del centro educativo
Para algunos estudiantes, la educación física es el único momento en que hacen ejercicio; para otros, no lo es. La diferencia en el rendimiento entre estudiantes que practican deportes fuera del horario escolar y aquellos que no lo hacen es evidente, especialmente en países donde las escuelas no ofrecen buenos programas deportivos.
Las aplicaciones y dispositivos de fitness pueden así convertirse en una manera de unir los deportes escolares y los practicados por cuenta propia o con organizaciones externas. Si los estudiantes pueden demostrar que han hecho ejercicio fuera del horario escolar con capturas de pantalla y otros datos basados en tecnología, las escuelas pueden, si es legalmente posible en su país, contar el ejercicio realizado en el tiempo libre como parte de la calificación de educación física.
Esto no solo proporciona una evaluación más realista de la aptitud deportiva de cada estudiante, sino que también les enseña que el ejercicio y un estilo de vida saludable deben permanecer con ellos toda su vida, no solo en una clase.
5. Videojuegos activos
Los videojuegos suelen verse como una distracción que reduce el tiempo que los jóvenes pasan haciendo ejercicio, pero existe un género que fomenta la actividad física. Desde juegos basados en música donde el objetivo es bailar, hasta simuladores deportivos donde el controlador se convierte en una raqueta de tenis, ya poseemos la tecnología para rastrear el movimiento en tiempo real y traducirlo a una pantalla de manera divertida y atractiva.
Invertir en este tipo de consolas de juegos puede ser una opción viable para motivar a los estudiantes a moverse, especialmente cuando la escuela carece de un gimnasio cubierto y las clases de educación física se llevan a cabo al aire libre, donde pueden ser interrumpidas por el mal tiempo.
La tecnología educativa tiene el potencial de revolucionar la educación física, ya que puede contribuir a que los estudiantes se mantengan activos y comprometidos con su salud y bienestar. Al integrar dispositivos y aplicaciones modernas, los profesores pueden crear un entorno de aprendizaje más inclusivo, motivador y efectivo.