Cada vez más hospitales utilizan herramientas de inteligencia artificial para detectar esta enfermedad con mayor rapidez y precisión, mejorando el diagnóstico de los pacientes
En 2022, se diagnosticaron 2,3 millones de casos de cáncer de mama en mujeres de todo el mundo y se registraron 670.000 muertes como consecuencia. Son los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre esta enfermedad, que afecta principalmente a las mujeres y que hoy en día es uno de los tumores malignos más frecuentes.
Este tipo de cáncer se produce cuando las células que están en el seno (o mama) experimentan cambios en su ADN y empiezan a crecer de forma descontrolada. Estas células “anormales” se van dividiendo y acumulando hasta formar lo que se conoce como tumor.
Cada 19 de octubre se conmemora el Día mundial contra el cáncer de mama para sensibilizar a la población sobre esta enfermedad que afecta a millones de mujeres cada año. Uno de los objetivos de este día es concienciar de la importancia del diagnóstico precoz.
El cáncer de mama es peligroso porque, si no se detecta y trata a tiempo, puede extenderse a otras partes del cuerpo (este proceso se conoce como metástasis). Esto puede causar problemas de salud graves y, en algunos casos, la muerte del paciente. Por esta razón, es muy importante que la enfermedad se detecte en etapas tempranas.
Cuando hablamos de detección precoz o temprana nos referimos a identificar el cáncer cuanto antes, es decir, en sus etapas iniciales o en un momento en el que la enfermedad está presente, pero aún no ha causado daño grave.
Para ello se emplean diversos métodos: por ejemplo, las mujeres pueden realizarse autoexámenes de mamas y someterse a mamografías periódicas (una especie de radiografía en el pecho).
Inteligencia artificial en investigación
Como en todas las enfermedades, la investigación en el cáncer de mama cumple una función primordial. Gracias al papel de la ciencia, se pueden desarrollar tratamientos más efectivos y menos invasivos para las personas diagnosticadas. Pero el papel de la investigación también es fundamental en la detección temprana de la enfermedad.
En este sentido, la inteligencia artificial (IA) está jugando un papel clave. Desde hace unos años, multitud de hospitales de todo el mundo están utilizando herramientas de IA para detectar con mayor precisión y rapidez la presencia de células cancerígenas en las mamas de las pacientes.
En sus etapas iniciales, los cánceres pueden ser extremadamente pequeños y difíciles de identificar a simple vista por parte de los médicos. La IA puede ser de gran ayuda porque es capaz de analizar imágenes (como mamografías y resonancias magnéticas) con mayor detalle, detectando patrones sospechosos.
En marzo de 2024, un hospital de Reino Unido hizo un exhaustivo estudio con una herramienta de inteligencia artificial llamada Mia. Esta analizó cerca de 10.000 mamografías y logró identificar de manera exitosa aquellas que presentaban signos de cáncer, incluyendo las de 11 pacientes que no habían sido diagnosticadas por los médicos.
A pesar del avance de la inteligencia artificial, los análisis que realizan estas herramientas todavía proporcionan resultados preliminares o recomendaciones. Por eso, en la actualidad, siguen siendo los radiólogos y oncólogos quienes interpretan esos datos y toman las decisiones finales.
Síntomas y signos
Los síntomas más comunes del cáncer de mama son: la aparición de un nódulo o bulto en el seno; la alteración en el tamaño, forma o aspecto de la mama; la aparición de alteraciones en la piel de la zona (hoyuelos, enrojecimiento, grietas…); el cambio de aspecto del pezón y/o la secreción de líquidos de forma anormal.
La OMS aconseja que las mujeres acudan a un profesional en cuanto detecten algunos de estos síntomas y que no se demoren más de uno o dos meses en ir al médico, aunque no sientan ningún dolor.
Por otro lado, no todos los nódulos que aparecen en los senos tienen que ser cancerígenos. Según la Organización Panamericana de Salud (OPS), hasta el 90% de las masas mamarias no implican el desarrollo de una enfermedad como el cáncer, sino que pueden venir causadas por otras razones, como quistes o infecciones en la zona.
En cuanto al tratamiento, normalmente consiste en una cirugía para extirpar el tumor y radioterapia para frenar el avance de la enfermedad en el pecho. Además, se suelen recetar una serie de medicamentos para reducir el riesgo de metástasis.