El músico, que a lo largo de su carrera trabajó con artistas de la talla de Frank Sinatra y Michael Jackson, ha fallecido a los 91 años
Quincy Jones, cantante, arreglista y productor musical de algunas de las mayores estrellas de la música de las últimas décadas, ha fallecido a los 91 años de edad. La noticia la compartió el pasado domingo 3 de noviembre su publicista Arnold Robinson en un comunicado.
Jones, a quien se le conocía por el seudónimo “Q”, trabajó durante su larga carrera musical con multitud de artistas reconocidos. Entre ellos destaca, por ejemplo, Frank Sinatra, con el que coincidió a mediados de los años 60. Jones participó en el disco It Might As Well Be Swing y fue el arreglador de Sinatra at The Sands.
Otro de sus triunfos más reconocidos vino gracias a su colaboración con Michael Jackson. Jones fue productor de los álbumes Off the Wall (1979), Thriller (1982) y Bad (1987), con los que Jackson redefinió la música pop. Tal fue su impacto que Thriller se convirtió en el álbum más vendido de todos los tiempos.
Jones también fue productor de la famosa canción We Are the World, una iniciativa humanitaria para ayudar a combatir el hambre en África. Además, compuso y produjo música para series de televisión y películas, como la banda sonora de El príncipe de Bel-Air, o El color púrpura, donde trabajó junto al director Steven Spielberg.
Su carrera como músico ha sido reconocida con diversos galardones. A día de hoy, es la tercera persona (solo por detrás de Beyoncé y Jay-Z) con más nominaciones (88 en total) a los premios Grammy. También es el tercero que más veces ha sido galardonado: tiene un total de 28 estatuillas.
La vida de “Q”
Quincy Delight Jones, conocido como Quincy Jones, nació en Chicago (Illinois) el 14 de marzo de 1933. Creció en una época de gran segregación racial en Estados Unidos y tuvo una infancia complicada: su madre fue diagnosticada con una enfermedad mental cuando él era solo un niño.
Cuando tenía 14 años, su familia se trasladó a Seattle, ciudad en la que empezó a interesarse por la música. Comenzó tocando la trompeta en varias bandas de la localidad y pronto aprendió a hacer sus propios arreglos musicales, demostrando el gran talento que tenía para la música.
En la década de los 50, se trasladó a Nueva York en pleno auge del jazz, donde trabajó con figuras legendarias de este género como Count Basie, Ray Charles y Sarah Vaughan. Más tarde, se unió a la orquesta de Dizzy Gillespie como director musical, lo que le dio gran exposición y experiencia.
Durante los años 60, Quincy produjo y arregló música para artistas como Frank Sinatra y Aretha Franklin. A finales de los 70 fue cuando conoció a Michael Jackson y empezó a trabajar con él, demostrando que era capaz de innovar con diferentes géneros musicales: desde el jazz al R&B, pasando por la música pop.
Quincy Jones fue una figura pionera en muchos aspectos. Al margen de sus logros como productor y compositor, se le reconoce su papel rompiendo barreras raciales dentro de la industria del entretenimiento. Fue el primer afroamericano en recibir una nominación al Oscar por Mejor Banda Sonora Original.
El trabajo del productor
Si por algo destacó Quincy Jones durante su carrera fue por su trabajo como productor musical, pero ¿en qué consiste exactamente este oficio?
A menudo, cuando una canción nos gusta, atribuimos todo el mérito de su éxito al cantante o grupo que interpreta el tema. Sin embargo, para que las canciones suenen de una determinada manera es fundamental el trabajo que realiza el productor en el estudio de grabación.
El productor trabaja en los arreglos de la canción, decidiendo qué instrumentos usar, cómo se organizarán las partes y cómo se ejecutarán los cambios de ritmo, las armonías, y las transiciones entre las diferentes secciones de la canción. También es el que añade sonidos y efectos a la canción que el artista y los músicos no podrían realizar en directo.
Los primeros en sacar partido de la producción musical fueron grupos como los Beatles o los Beach Boys, quienes añadían violines, sintetizadores, muestras de audio invertidas y otros efectos en sus canciones.
En la música actual, con géneros como el trap, el techno o el house, el papel de los productores es clave: las canciones no sonarían igual sin su aportación.
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