La nueva película de Jon Garaño y Aitor Arregi cuenta la historia del impostor que dijo haber sido prisionero de un campo de concentración nazi
Enric Marco (1921-2022) pasará a la historia como uno de los mayores impostores de la historia de España. El sindicalista se presentó ante la opinión pública como un superviviente del Holocausto, asegurando que había sido prisionero del campo de concentración de Flossenbürg en Alemania.
Marco nació en Barcelona y su actividad política empezó en la Transición, cuando militó en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), llegando a ser Secretario General de su Federación catalana en 1977. Durante años, el sindicalista explicó que antes de esa etapa, concretamente durante la II Guerra Mundial (1939-1949), estuvo exiliado en Francia.
De allí supuestamente fue deportado al campo de Flossenbürg por colaborar con la resistencia francesa, donde sufrió las atrocidades del nazismo. Su historia lo convirtió en un activista de la memoria histórica y llegó a ocupar la presidencia de la Amical de Mauthausen, una organización de ex prisioneros españoles de los campos nazis.
En esta etapa al frente de la asociación, Marco participó en programas de televisión y dio un gran número de charlas, principalmente en centros educativos, para contar su experiencia como víctima. Llegó a ser premiado con la Creu de Sant Jordi, uno de los premios más importantes en Catalunya, y escribió un libro con sus experiencias.
Sin embargo, en 2005, se descubrió que toda su historia era falsa: Enric Marco nunca había estado en un campo de concentración. El historiador Benito Bermejo fue quien, tras una larga investigación, destapó su mentira, sacando a la luz las incongruencias y contradicciones de su relato.
Una película sobre su historia
Bermejo demostró que Enric Marco nunca había sido exiliado republicano en Francia. El historiador explicó que, al terminar la guerra civil española con el triunfo de Franco, el sindicalista permaneció en suelo español. Más tarde, estuvo en la Alemania nazi, pero como trabajador voluntario. Nunca fue arrestado ni llevado a un campo de concentración.
Tiempo después de que se conociera la verdad, Marco convocó una rueda de prensa y allí reconoció abiertamente que la historia que había contado durante todos esos años era mentira. También se vio forzado a dimitir de la presidencia de la asociación Amical de Mauthausen.
Ahora, una película dirigida por Aitor Arregi y Jon Garaño recupera la historia de Enric Marco para que todo el mundo pueda conocerla. El filme, que se llama Marco, se estrenó el pasado mes de agosto en el Festival Internacional de Cine de Venecia y, desde el pasado 8 de noviembre, está disponible en cines españoles.
La película la protagoniza Eduard Fernández, actor que da vida al estafador Enric Marco, y Chani Martín, que interpreta al historiador que destapa la mentira, Benito Bermejo. También participan otros actores como Nathalie Poza, Sonia Almarcha, Fermí Reixach y Vicente Vergara.
Marco ha sido rodada principalmente en Barcelona y Euskadi, pero también hay varias localizaciones que tienen lugar en el campo de concentración de Flossenbürg en Alemania.
Víctimas reales del Holocausto
El Holocausto fue el genocidio sistemático y planificado llevado a cabo por el régimen nazi de Adolf Hitler entre 1941 y 1945, con el objetivo de exterminar a los judíos y otros grupos considerados “indeseables” por el Tercer Reich, como gitanos, personas con discapacidad y homosexuales.
El Holocausto no puede entenderse sin los campos de concentración, espacios diseñados específicamente para el exterminio en masa. Aunque Enric Marco nunca estuvo en uno de estos campos, las historias que contaba sobre las atrocidades del nazismo en sus charlas y conferencias sí eran ciertas.
Millones de personas fueron asesinadas en cámaras de gas, sometidas a trabajos forzados, y víctimas de experimentos médicos inhumanos en campos como Auschwitz, Treblinka, Flossenbürg, Belzec y Dachau. Algunas personas consiguieron salir, convirtiéndose en supervivientes reales del Holocausto, y nos han permitido conocer de primera mano el horror de estos lugares.
Es el caso de Neus Català, política española que fue miembro de las Juventudes Socialistas durante la guerra civil. En 1944 fue deportada al campo de concentración de Ravensbrück, donde fue obligada a trabajar en la industria de armamento. Tras ser liberada, recibió numerosos reconocimientos por su lucha por la preservación de la memoria histórica.
Otro político español que pasó por un campo nazi fue Jorge Semprún, quien llegó a ser Ministro de Cultura de Felipe González. Semprún militó en el partido comunista y, en 1943, tras ser denunciado, fue detenido, torturado y posteriormente deportado al campo de Buchenwald. Finalmente fue liberado cuando apenas tenía veintidós años.
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