En 2024, la waterpolista catalana consiguió el oro olímpico en los Juegos de París con la selección española y ganó la Champions con el Sabadell
La deportista Bea Ortiz ha sido elegida como la mejor jugadora de waterpolo del mundo en el año 2024. Así lo ha anunciado esta semana World Aquatics, la federación deportiva internacional que se centra en deportes acuáticos.
Se trata de la segunda waterpolista femenina y española que consigue este prestigioso galardón después de Jennifer Pareja, que se hizo con el mismo premio en 2013. En 2022, el deportista hispano-brasileño Felipe Perrone también fue distinguido como mejor jugador mundial de aquel año.
Ortiz recibe el premio después de un 2024 lleno de victorias. Con la selección española, consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París, la plata en el Campeonato de Europa y el bronce en el Mundial. Además, ganó la Champions y la Supercopa de Europa con el Club Natació Sabadell.
Ortiz nació en Rubí (Barcelona) en 1995. A sus 29 años, la catalana compite en el CN Sabadell, uno de los clubes deportivos más famosos de Catalunya.
El waterpolo femenino empezó a practicarse en España en 1980, concretamente en las instalaciones del CN Sabadell. Su primer gran éxito fue conseguir la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde más de la mitad de las jugadoras de la selección española estaba formada por deportistas del club.
¿Cómo se juega a waterpolo?
El waterpolo es un deporte que se juega en el agua entre dos equipos de siete jugadores, incluido un portero. Los participantes de cada equipo llevan gorros de colores a juego y todos tienen un objetivo común: intentar marcar goles lanzando el balón a la portería del contrario.
Los equipos disponen de 30 segundos de posesión del balón para marcar un gol: si los jugadores no atacan la portería contraria en ese tiempo, la posesión pasa al otro equipo. Cada partido consiste en cuatro periodos de ocho minutos y, como en otros deportes, el equipo con más goles al final del partido es el que gana.
El waterpolo suele practicarse en largas piscinas de tres metros de profundidad, por lo que los deportistas no pueden tocar el fondo. Por eso, este deporte necesita que sus jugadores tengan ciertas habilidades: además de la estrategia, necesitan fuerza, velocidad, resistencia y un buen nivel físico.
Aunque el waterpolo forma parte del programa de los Juegos Olímpicos desde París 1900, la competición femenina no se añadió al programa hasta Sídney 2000.
En España, el waterpolo es un deporte minoritario: no cuenta con una gran cobertura por parte de los medios de comunicación ni con grandes patrocinios. Aun así, los recientes triunfos como el de Bea Ortiz o el de la selección española en los JJ.OO. sirven para dar visibilidad a este deporte.
El físico de las deportistas femeninas
A lo largo de la historia, las mujeres han sido juzgadas por su apariencia física más que por sus habilidades. Este sesgo también está presente en el deporte: muchas deportistas de todo el mundo reciben comentarios que priorizan su estética en lugar de sus logros y capacidades como jugadoras.
Un claro reflejo de esto ocurrió en los Juegos Olímpicos celebrados el año pasado en París, cuando la waterpolista Paula Leitón se volvió viral en redes sociales tras recibir miles de comentarios de odio sobre su físico. La deportista no tiene un cuerpo normativo, es decir, su físico no se ajusta a los estándares de belleza que la sociedad tradicionalmente asocia con la feminidad (como la delgadez).
Aunque la jugadora consiguió el oro olímpico con España, su triunfo quedó ensombrecido por culpa de los ataques de gordofobia e insultos que recibió aquellos días. La situación demostró cómo los prejuicios sobre el físico femenino siguen perpetuándose, incluso cuando el rendimiento deportivo debería ser el único foco de atención.
Es necesario recordar que Leitón juega de boya, la posición más dura y exigente del waterpolo. Estos jugadores se colocan en el centro del ataque, cerca de la portería contraria, donde se concentra gran parte del contacto físico con el equipo contrario. Por eso, los waterpolistas que juegan en esta posición necesitan cuerpos robustos con mucha fuerza.
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