La justicia británica permitirá al periodista y fundador de Wikileaks recurrir su extradición a Estados Unidos
El Tribunal Superior del Reino Unido permitirá al periodista y activista Julian Assange recurrir la sentencia de extradición que fue emitida contra él en diciembre, y que supondría su traslado a Estados Unidos para ser juzgado por espionaje. Assange está retenido en una prisión británica desde 2019, acusado de delitos informáticos y de filtrar documentos secretos.
Julian Assange es el fundador de Wikileaks, una página web que en 2010 filtró cientos de miles de documentos secretos que ponían al descubierto las prácticas ilegales de diferentes gobiernos, que durante años vulneraron las leyes y derechos de los ciudadanos en todo el mundo.
Esta revelación convirtió a Assange en el objetivo de muchos países, especialmente Estados Unidos, que le acusó de revelar secretos de Estado que ponían en peligro la seguridad del país. Desde entonces, el activista ha tenido que hacer frente a varias acusaciones por parte del gobierno estadounidense, que quiere que sea juzgado en el país.
El fundador de Wikileaks se enfrenta a 18 cargos, que incluyen presuntos delitos de espionaje y conspiración, y que pueden suponer penas de hasta 175 años de cárcel. Por su parte, los defensores de Assange aseguran que su vida correrá peligro si es extraditado a Estados Unidos.
Por otro lado, en 2010 la fiscalía de Suecia abrió una investigación contra el periodista por presuntos delitos sexuales contra dos mujeres, que Assange habría cometido ese mismo año en un viaje de trabajo a la capital sueca. La policía emitió una orden de arresto internacional y solicitó la extradición de Assange a Suecia.
Assange declaró que estas acusaciones formaban parte de una estrategia para detenerlo por las revelaciones de Wikileaks. Ante esta situación, en junio de 2012 decidió refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres y solicitar el asilo político. Estuvo viviendo allí durante casi 7 años, sin poder salir del edificio por si lo arrestaban.
No obstante, en abril de 2019, el gobierno ecuatoriano decidió retirarle el asilo político y permitió a la policía británica entrar en la embajada para detener al periodista. Desde entonces, Julian Assange está en prisión pendiente de conocer la decisión de la justicia sobre si tiene que ser trasladado o no a Estados Unidos para ser juzgado.
A finales de 2019, la fiscalía sueca retiró las acusaciones por violación. A principios de 2021, la jueza inglesa Vanessa Baraitse rechazó la extradición de Assange por motivos de salud. En ese momento, la justicia británica consideró que existía un riesgo elevado de suicidio si el periodista era trasladado a una prisión estadounidense.
Sin embargo, en diciembre de 2021, otro tribunal decidió aceptar la apelación de Estados Unidos y permitir la extradición de Assange, algo que iba en contra de la decisión de la jueza anterior. Ahora, el periodista y activista puede recurrir esta sentencia de extradición y tendrá dos semanas para presentar su defensa.
WikiLeaks y la revelación de secretos
WikiLeaks es una organización sin ánimo de lucro, fundada en 2006 por Julian Assange y que publica documentos filtrados por fuentes anónimas. El objetivo de la organización es desvelar información oficial pero secreta que se considera de interés público.
La web consiguió su máxima popularidad en 2010, cuando filtró material clasificado del ejército estadounidense sobre las guerras de Afganistán e Irak. Entre las filtraciones, Wikileaks publicó un vídeo donde se veía a soldados estadounidenses disparando contra civiles en Bagdad.
Ese mismo año, WikiLeaks publicó lo que se conoce como Cablegate: más de 250.000 documentos secretos sobre las comunicaciones entre el gobierno estadounidense y sus embajadas. Esta filtración reveló secretos políticos de varios países y su contenido fue difundido por medios de todo el mundo.
El proceso judicial contra Julian Assange ha desplazado a un segundo plano la labor democrática de la organización: revelar información que debería ser pública para que la ciudadanía sea plenamente consciente de lo que sucede en su país y en el mundo. De este modo podrá tomar decisiones informadas a la hora de participar en sociedad (votar, participar en protestas, poner en marcha iniciativas legislativas que lleguen al gobierno…).
Hacktivistas, en el límite del bien
Los hackers son personas con profundos conocimientos de informática que les permiten infiltrarse en los sistemas de seguridad de gobiernos e instituciones. Algunos se aprovechan de sus conocimientos para perjudicar o beneficiarse de otras personas, mientras que otros tienen una finalidad ética y utilizan sus habilidades para alertar de posibles fallos en el sistema.
En el caso de los hacktivistas, son expertos informáticos que utilizan sus conocimientos para obtener información que pueda ser de interés público. Estos activistas suelen obtener información muy sensible que pone al descubierto las actividades ilegales de gobiernos, empresas o personalidades públicas. El objetivo es concienciar a la población y reclamar responsabilidades.
Las filtraciones revelan cómo los gobiernos vulneran los derechos de los ciudadanos para su propio beneficio. Además de Wikileaks, también es muy conocido el caso de Edward Snowden: un exespía de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos que en 2013 hizo público el programa de vigilancia masiva de la CIA. Snowden reveló que, durante años, los servicios secretos habían espiado a políticos, cargos públicos y ciudadanos de varios países con total impunidad.
Además de las filtraciones políticas, en los últimos años también se han producido varias filtraciones con información económica y fiscal, que descubren cómo las fortunas más ricas utilizan paraísos fiscales para pagar menos impuestos. El último caso conocido son los Papeles de Pandora, que señalan a numerosos millonarios y líderes políticos.