Una nueva investigación señala a un notario judío como la persona que reveló el escondite de Ana Frank y su familia a los nazis
El misterio que rodea a Ana Frank (1929-1945), la adolescente alemana de origen judío que pasó más de dos años escondida con su familia para huir de los nazis, vuelve a ser noticia.
Una nueva investigación, publicada en el libro The Betrayal of Anne Frank [La traición de Ana Frank], pretende arrojar luz sobre este episodio histórico y encontrar al delator de la familia Frank, cuyos miembros acabaron siendo deportados a campos de concentración. Tan solo sobrevivió Otto Frank, el padre de Ana.
En plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el régimen nazi pretendía extender su dominio por toda Europa. Los judíos, gitanos y otras etnias minoritarias fueron víctimas de la persecución de los nazis y enviados a campos de concentración.
En 1940, los nazis invadieron los Países Bajos y empezaron a perseguir a la población judía. Entre 1942 y 1944, Ana Frank y su familia vivieron más de dos años en una buhardilla secreta en Ámsterdam para evitar ser deportados. No podían salir a la calle ni hacer ruido para no ser descubiertos.
Sin embargo, el 4 de agosto de 1944, la familia fue detenida por la Gestapo y trasladada a un campo de concentración. Desde entonces, los historiadores han intentado dar respuesta a la gran pregunta: ¿Quién traicionó a la familia Frank y reveló la dirección de su refugio a las autoridades alemanas?
Más de 70 años después de la muerte de Ana Frank, una investigación liderada por el productor holandés Pieter van Twisk asegura haber encontrado al responsable de la traición: se trata de Arnold van den Bergh, un notario judío que vivía en Ámsterdam durante la misma época que la familia Frank.
La investigación apunta a que Van den Bergh habría entregado a los alemanes una lista de direcciones con escondites de judíos, con el fin de demostrar que estaba cooperando con el régimen nazi y salvar su vida y la de su familia. Entre esas direcciones estaba la de la casa donde se escondía la familia Frank.
Los investigadores han basado el estudio en una nota anónima que Otto Frank recibió en 1945 y que señalaba a Van den Bergh como culpable. Al final de la guerra, después de que su mujer y sus hijas murieran en campos de concentración, Frank contrató a un detective para descubrir quién les había delatado, pero nunca llegó a descubrirlo.
Sin embargo, la acusación contra Van der Bergh sigue siendo tan solo una teoría. La investigación asegura que la hipótesis está confirmada al 85%, pero también admite que faltan pruebas concluyentes sobre cómo Arnold van den Bergh consiguió y filtró la información.
En este contexto, algunos investigadores han puesto en duda el supuesto descubrimiento y han criticado que las evidencias son demasiado escasas como para acusar a alguien. Además, han cuestionado el papel de algunos medios de comunicación que se han lanzado a validar la hipótesis de la investigación sin confirmarla antes.
El diario de una vida
Ana Frank nació en 1929 en Frankfurt (Alemania), en una familia de origen judío. En 1934, después de que el Partido Nazi ganara las elecciones, la familia decidió mudarse a Ámsterdam (Holanda) para huir del antisemitismo que promovía el régimen nazi.
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, los nazis ocuparon varios países, entre ellos Holanda. La represión y persecución contra los judíos seguían creciendo, así que Otto Frank decidió acondicionar un escondite con el fin de poder ocultarse allí con su familia. Esta casa contaba con un anexo secreto de 50 metros cuadrados, al que se podía acceder a través de una estantería.
En 1942, la familia Frank junto con la familia Van Pels y el dentista Fritz Pfeffe se escondieron en aquel lugar, con la idea de no ser encontrados por los nazis. Al principio pensaban que sería algo temporal, pero acabaron viviendo allí durante más de dos años.
En agosto de 1944, el refugio fue descubierto por la Gestapo y los integrantes de la buhardilla fueron detenidos y trasladados a distintos campos de concentración. Anna y su hermana fueron enviadas a Auschwitz y, más tarde, al campo de concentración de Bergen-Belsen, donde murieron de tifus en febrero de 1945, pocos meses antes de que los nazis perdieran la guerra y el campo fuera liberado.
La historia de Ana Frank se volvió mundialmente conocida gracias a los relatos de su diario: El diario de Ana Frank se ha convertido en una obra de referencia para entender el Holocausto judío. Escrito entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944, allí cuenta sus experiencias y sentimientos durante el tiempo que estuvo aislada en el anexo secreto de la casa en Ámsterdam.
Holocausto: el genocidio judío
Uno de los principales objetivos del régimen nazi (1933-1945) era expulsar al pueblo judío de Alemania, ya que los consideraban una amenaza para su poder por motivos históricos, económicos y de raza. Como consecuencia, la población judía tuvo que hacer frente a la discriminación y la violencia.
El gobierno nazi expandió su ideología antisemita y, con el estallido de la guerra, la persecución al pueblo judío se radicalizó. El objetivo ya no era expulsarlos sino exterminarlos. Es lo que se conoce como Holocausto: la persecución y aniquilación sistemática de los judíos llevada a cabo por la Alemania nazi entre 1933 y 1945.
Para ejecutar este sistema, los nazis crearon campos de concentración, donde eran obligados a vivir y trabajar como esclavos en condiciones infrahumanas. Además, también crearon campos de exterminio, donde llevaron a cabo el asesinato en masa de millones de judíos.
El Holocausto suele definirse como el mayor genocidio del siglo XX. Se estima que 6 millones de judíos murieron como consecuencia de esta persecución. También comunistas, gitanos, homosexuales y prisioneros de guerra fueron perseguidos por los nazis. En total murieron cerca de 11 millones de personas, víctimas del nazismo.
Un día en el anexo secreto
El anexo secreto se encontraba en una casa que era la sede de la empresa donde trabajaba Otto Frank. Allí vivían 8 personas: Ana Frank, su padre Otto, su madre Edith y su hermana Margot; Hermann van Pels, su mujer Auguste y el hijo de ambos, llamado Peter; y el dentista Fritz Pfeffer. Durante más de dos años llevan a cabo una rutina muy estudiada para no ser descubiertos.
Sus días comienzan a las 6:45 y, por turnos, van utilizando el lavabo. Todos tienen que haberlo utilizado antes de las 8:30, cuando los mozos del almacén comienzan su día de trabajo. En ese momento deben ser muy cautelosos, ya que el anexo secreto se encuentra situado justo arriba del almacén y cualquier ruido puede ser sospechoso y alertar a los trabajadores.
A las 12:30 los mozos del almacén se retiran a sus casas para almorzar y es entonces cuando los escondidos se reúnen con los protectores. Los protectores son los únicos trabajadores de la empresa que sabían de la existencia del anexo secreto, y ayudaron a los escondidos a sobrevivir durante aquellos años.
A las 13h comen todos juntos en el anexo mientras escuchan la radio y, 45 minutos después, los protectores vuelven al trabajo. La jornada termina a las 17:30, cuando los mozos del almacén vuelven a sus casas. Cuando ya no queda ningún trabajador en el edificio, los escondidos no tienen obligación de ocultarse en el anexo y se dispersan por toda la propiedad.
Pasan la tarde leyendo, hablando, escuchando la radio o haciendo tareas del hogar. Después de cenar, comienzan los preparativos para pasar la noche en el anexo. Vuelven a utilizar el baño por turnos y se preparan para que, a las 6:45, vuelva a sonar el despertador