El Reino Unido conmemora cada año una conspiración fallida del siglo XVII que intentó hacer saltar por los aires el Parlamento británico
Cada noche del 5 de noviembre, pueblos y ciudades de todo el Reino Unido encienden hogueras y lanzan fuegos artificiales para celebrar la Noche de Guy Fawkes, un episodio clave de la historia británica. La fecha conmemora el fracaso de una conspiración que en 1605 pretendía matar al rey Jacobo I y destruir la sede del Parlamento inglés.
La fiesta –que también se conoce como la Noche de las Hogueras o de los Fuegos Artificiales– toma el nombre de Guy Fawkes o Guido Fwakes, un ciudadano inglés implicado en el complot que fue detenido justo antes de los hechos, evitando así la explosión que hubiera destruido la sede del gobierno británico.
El complot empezó a urdirse tras la muerte de la reina Isabel I de Inglaterra (1558-1603), que murió sin descendencia. Isabel, que representaba la religión protestante, nombró como sucesor a Jacobo I, que era el hijo de María Estuardo, reina católica de Escocia. El objetivo de este nombramiento era unificar los dos reinos que existían en la isla de Gran Bretaña.
En el siglo XVI los católicos estaban perseguidos en Inglaterra porque la monarquía inglesa quería imponer el protestantismo como religión mayoritaria, escapando así de la influencia de la Iglesia Católica, que ejercía un gran poder sobre las monarquías católicas en toda Europa.
Con la muerte de Isabel, los ingleses católicos pensaron que su situación mejoraría y que Jacobo I pondría fin a las leyes que les perseguían. Pero las cosas no cambiaron tanto y a principios de 1604, el aristócrata católico Robert Catesby empezó a conspirar junto a otros miembros de la nobleza para acabar con el protestantismo. El plan se conocería después como la Conspiración de la Pólvora.
Los aristócratas convencieron también a Guy Fawkes, un soldado católico que había luchado en varias guerras en Europa y tenía conocimientos sobre explosivos. El grupo alquiló un almacén situado bajo el edificio del Parlamento, donde fueron guardando la pólvora y desde donde harían estallar la munición.
Sin embargo, el plan fue revelado antes de tiempo. El barón de Monteagle, un noble católico, recibió pocos días antes del 5 de noviembre una carta anónima que le advertía del riesgo de un atentado. Monteagle alertó a las autoridades, que registraron los edificios del Parlamento y descubrieron a Guy Fawkes ultimando los preparativos.
Fawkes fue detenido y torturado para que delatara a todos los conspiradores. Todos fueron condenados a morir y ejecutados a finales de enero de 1606. A día de hoy, 400 años después de los hechos, el rostro de Guy Fawkes sigue formando parte de la historia inglesa y de la cultura popular.
Del cómic a la gran pantalla
La Conspiración de la Pólvora y la historia de Guy Fawkes inspiraron el cómic V de Vendetta escrito por Alan Moore e ilustrado por David Lloyd y publicado en la década de los 80. La serie de cómics relata una historia que sucede en un futuro distópico, donde una guerra nuclear ha devastado medio mundo y un partido fascista gobierna en el Reino Unido.
El protagonista del cómic es un anarquista llamado V que trata de luchar contra el régimen totalitario. Además, V se esconde tras una máscara que se inspira en el rostro histórico de Guy Fawkes: una careta de color blanco con las mejillas de color rosado, ojos almendrados, perilla y bigote con las puntas levantadas.
En 2006 se estrenó una adaptación de la novela gráfica en la gran pantalla. Dirigida por el director James McTeigue, la película V de Vendetta está protagonizada por la actriz Natalie Portman y el actor Hugo Weaving.
Rebelarse contra el sistema
Con el tiempo, la máscara que aparece en los cómics y en la película se ha convertido en un símbolo para aquellos que intentan rebelarse contra el sistema y es común verla en manifestaciones y protestas.
También se ha convertido en la imagen del colectivo hacktivista Anonymous: un grupo de activistas informáticos que, a través de ataques informáticos, reivindican derechos como la libertad de expresión o el acceso a internet. Los miembros de Anonymous han realizado acciones para defender la labor de WikiLeaks y la filtración de documentos secretos, que ponen al descubierto las prácticas ilegales de diferentes gobiernos.
Al mismo tiempo, el rostro de Guy Fawkes se ha dejado ver en protestas ciudadanas de todo el mundo. Uno de los casos más recientes fueron las protestas de Hong Kong, en las que miles de ciudadanos hongkoneses salieron a las calles para defender sus derechos ante el gobierno chino. El gobierno regional de Hong Kong incluso se planteó prohibir las máscaras.
Cuatro siglos después de la Conspiración de la Pólvora, y a pesar de que el complot fracasó, el espíritu revolucionario sigue vivo en la sonrisa enigmática de Guy Fawkes.
TUITS