Al Hathloul ha sido liberada tras pasar 1.001 días en la cárcel por defender los derechos de las mujeres en Arabia Saudí
El gobierno de Arabia Saudí ha liberado a la activista Loujain al Hathloul, que ha pasado casi tres años en la cárcel por defender los derechos de las mujeres en el país árabe.
Al Hathloul fue detenida en mayo de 2018 junto a otras activistas feministas saudíes por participar en campañas a favor del derecho de la mujer a conducir y contra el sistema de tutela masculino, que obliga a las mujeres saudíes a contar con el permiso de un hombre para estudiar o casarse, por ejemplo.
La justicia de Arabia Saudí la condenó a cinco años y ocho meses de prisión por intentar “cambiar el sistema político saudí” y “dañar la seguridad nacional”. Al Hathloul ha sido liberada con medidas cautelares, lo que significa que no puede salir del país. Su hermana anunció la liberación a través de Twitter.
Durante este tiempo, la activista asegura que ha sido víctima de acoso sexual y torturas en la cárcel, aunque las autoridades saudíes lo han negado.
No era la primera vez que Al Hathloul intentaba desafiar el régimen saudí. En 2014 intentó conducir desde Emiratos Árabes Unidos hasta Arabia Saudí, por lo que pasó 73 días en la cárcel (el derecho de las mujeres a conducir no fue aprobado hasta 2017).
En 2015, la ley permitía por primera vez a las mujeres presentarse a unas elecciones. Al Hathloul presentó su candidatura, pero su nombre no apareció en las papeletas.
Su liberación supone un reconocimiento a su labor a favor de los derechos de las mujeres. Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos recuerdan que todavía hay muchas activistas encarceladas en Arabia Saudí y que, a menudo, el gobierno impide que tengan un juicio justo, además de obstaculizar el contacto con sus abogados y familias.
Una decena de activistas fueron detenidas en mayo de 2018 por protestar contra las leyes de la tutela masculina en Arabia Saudita. Algunas ya han sido liberadas a la espera del juicio, como Eman al-Nafjan o Aziza al-Yousef, mientras que otras todavía se encuentran presas, como Nassima al-Sada, que ha pasado largos períodos aislada en prisión.
Arabia Saudí quiere mejorar su imagen ante el mundo
Arabia Saudí es uno de los países con mayor desigualdad de género según el informe sobre brecha de género 2020 publicado por el Foro Económico Mundial. Las mujeres tienen menos derechos y están sometidas a una tutela masculina: necesitan el permiso de un hombre para trabajar o abrir una cuenta en el banco, por ejemplo.
En los últimos años el gobierno saudí, liderado por el príncipe Mohamed bin Salman, ha impulsado varias reformas políticas para modernizar el país. En 2015 se permitió a las mujeres votar y presentarse como candidatas a las elecciones municipales por primera vez, y en 2017 se les otorgó el derecho a conducir.
También se han hecho reformas para limitar los efectos de la tutela masculina, de forma que ya no necesitan el permiso de un tutor (su padre, marido o familiar más cercano) para viajar al extranjero o hacerse el pasaporte. Así, Arabia Saudí ha dejado de ocupar la cola de la clasificación Mujer, Empresa y el Derecho elaborada por el Banco Mundial.
Aun así la situación sigue siendo grave para muchos activistas y opositores al régimen saudí, hombres y mujeres, que se han atrevido a denunciar la represión y la violación de los derechos humanos en el país.
Uno de los casos más graves fue el de Jamal Khassoggi, un periodista muy crítico con la monarquía saudí que fue asesinado a finales de 2018 en la embajada saudita en Estambul (Turquía). Mohamed bin Salman siempre ha negado su implicación, pero este suceso hizo que muchos gobiernos internacionales presionaran a Arabia Saudí para cambiar sus leyes.
A día de hoy, Arabia Saudí organiza grandes eventos deportivos y congresos de negocios para mejorar su imagen ante el mundo. El hecho de que sea un país rico en petróleo también le garantiza una gran influencia en el panorama internacional. Pero el encarcelamiento de activistas sigue creando polémica y pone en duda la estrategia de modernización iniciada por el gobierno.
Por otro lado, las mujeres saudíes todavía deben enfrentarse a unas tradiciones muy arraigadas en la familia y la sociedad en general. Por eso es tan importante que la igualdad de género se impulse desde diferentes ámbitos como las instituciones, los medios de comunicación o las asociaciones civiles, por ejemplo.