21 diciembre 2024
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21 diciembre 2024

Alfabetización mediática para combatir la desinformación

La educación mediática es clave para navegar por internet y saber diferenciar la información veraz de los bulos y noticias falsas

Esta semana se celebra la Semana Mundial de la Alfabetización Mediática e Informacional, una iniciativa de las Naciones Unidas para destacar la importancia de la educación mediática entre los más jóvenes, para que naveguen por internet de forma segura y sepan diferenciar la información veraz de los bulos, fake news y desinformación.

Vivimos permanentemente conectados. Internet y las redes sociales forman parte de nuestro día a día, en el colegio y el trabajo, pero también en nuestro tiempo libre y a la hora de relacionarnos… Y lo mismo sucede con los más jóvenes: ya no solo aprenden en el aula sino también fuera, a través de las páginas web, medios digitales y plataformas sociales.

Por eso es tan importante la alfabetización mediática, que es el conjunto de habilidades, conocimientos y comprensión necesarios para que las personas interactúen con la información y los medios de comunicación, según la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La alfabetización mediática es una herramienta esencial para el desarrollo de las personas en el mundo digital, que a menudo se caracteriza por la difusión y proliferación de información falsa. Como consecuencia, el público necesita contar con ciertos conocimientos para hacer frente a la desinformación y las noticias falsas: fijarnos en quién es el autor de la noticia, comprobar si se publica en un medio fiable, contrastar con otras fuentes de información…

Lo mismo se aplica para las cadenas de mensajes que nos llegan por WhatsApp y otras redes sociales: ¿Quién los envía? ¿De dónde sale la información? También es responsabilidad nuestra no contribuir a la difusión de mensajes poco fiables que no sabemos si son ciertos.

Además de aprender a consumir la información de forma crítica, la alfabetización mediática tiene otros objetivos: saber gestionar los derechos que tenemos como usuarios digitales, ser capaces de combatir el discurso de odio y ciberacoso en redes, comprender las cuestiones éticas del acceso y uso a la información…

Los más jóvenes, hiperconectados

Aunque la alfabetización mediática es una parte fundamental de la educación digital de cualquier persona, la UNESCO reconoce que los jóvenes son más vulnerables a la desinformación debido al creciente uso de internet y los dispositivos móviles desde edades muy tempranas.

El 70% de los jóvenes en todo el mundo están conectados a internet, según datos de Naciones Unidas. Se trata de una tendencia global, aunque los países y regiones más desarrollados, que tienen más recursos y acceso a las nuevas tecnologías, también tienen más riesgo.

Según un estudio del Pew Research Center de 2018, el 95% de los adolescentes estadounidenses tienen acceso a un smartphone y más del 45% utiliza internet “casi constantemente”. Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea, publicaba en 2019 que el 94% de los jóvenes europeos utilizan diariamente internet, comparado con el 77% de toda la población en Europa.

Por ese motivo, internet y las redes sociales deben verse como una oportunidad de aprendizaje. Ambos pueden ser utilizados como una herramienta más para la alfabetización mediática de los más jóvenes, ya sea a través de recursos educativos, talleres de educación mediática, fomento de la lectura en clase…

Por su parte, la UNESCO ha creado diferentes guías para profesores con material sobre alfabetización mediática para utilizar en las aulas y promover el pensamiento crítico de los estudiantes.

Brecha digital en tiempos de pandemia

La pandemia de coronavirus ha resaltado todavía más la importancia de tener competencias digitales. Con la COVID-19, la mayoría de servicios se trasladaron al entorno online y a distancia: teletrabajo, reuniones virtuales, acceso a trámites administrativos, compras online…

La educación fue uno de los sectores más afectados por la pandemia. Según UNICEF, cerca de 1.600 millones de niños y jóvenes se vieron afectados por el cierre de colegios e institutos, lo que provocó la mayor interrupción masiva de la educación en la historia moderna.

Con el cierre de las aulas, se pasó a la educación a distancia. Esta modalidad de enseñanza requería que el alumnado estuviera equipado con dispositivos electrónicos y una conexión a internet estable.

Sin embargo, las desigualdades en el acceso a la información y las nuevas tecnologías afectaron a los países y regiones con menos recursos. Es lo que conocemos como brecha digital.

Según un informe de UNICEF, 2 de cada 3 niños y jóvenes en todo el mundo no tienen conexión a internet en casa. La organización revela que hay una gran desigualdad entre las diferentes regiones del mundo: en África Occidental y África Central, solo el 5% de los niños y jóvenes tienen acceso a internet, frente al 59% en Europa del Este y Asia Central.

La desigualdad económica y social aumenta todavía más las diferencias a la hora de acceder a internet, afectando a las poblaciones más vulnerables e incrementando la pobreza y riesgo de exclusión social.

En ese sentido, la alfabetización mediática también pasa por que todas las personas tengan acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Promover la alfabetización y asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a la información forma también parte del progreso y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Las cinco leyes de la alfabetización mediática. Junior Report.

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