Israel y Palestina suspenden las hostilidades durante cuatro días para intercambiar prisioneros y rehenes y facilitar la entrada de ayuda humanitaria
El alto al fuego de cuatro días entre Israel y Palestina ya está en marcha. Tras varias semanas de negociación, la suspensión de las hostilidades que tienen lugar en la Franja de Gaza entró en vigor el pasado viernes, 24 de noviembre, y está previsto que dure hasta este lunes.
El alto el fuego ha sido negociado gracias a la intermediación de Qatar y Estados Unidos para facilitar el intercambio de rehenes y prisioneros de ambos bandos.
La suspensión de las hostilidades también hará posible la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Tanto la ONU y las organizaciones humanitarias advierten desde hace semanas que la situación en esa zona es desesperada.
Esta es la primera tregua tras siete semanas de intenso conflicto. El ejército de Israel ha avisado a los ciudadanos de Gaza que no vayan hacia el norte, descrita como una "peligrosa zona de guerra". En su lugar, les ha indicado que se desplacen hacia al sur de la Franja, a través de la carretera Salah al-Din.
Sin embargo, a pesar del alto al fuego, el ejército de Israel ha advertido a través de un video en redes sociales que "la pausa humanitaria es temporal" y que "la guerra no ha terminado".
Desde el 7 de octubre, los ataques israelíes en la Franja de Gaza han provocado más de 14.500 muertes, muchas de ellas mujeres y niños inocentes. Por su parte, los ataques de Hamás contra Israel han causado 1200 muertos, mientras que más de 200 personas han sido secuestradas.
El alto al fuego en Gaza ha llegado pocos días antes de la conmemoración del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, que tiene lugar cada 29 de noviembre. Este día fue establecido por las Naciones Unidas para destacar la situación en Palestina y el conflicto con Israel.
Secuestro y liberación de rehenes
Uno de los puntos clave del acuerdo entre Israel y Hamás es la liberación de rehenes y prisioneros de guerra a lo largo de los cuatros días de tregua.
Según ha informado Qatar, está prevista la liberación de unos 50 de los 240 rehenes israelís capturados por Hamás al inicio del conflicto. Entre estos rehenes se incluyen ciudadanos extranjeros de 26 países, que fueron secuestrados por militantes de Hamás durante el ataque a Israel el pasado 7 de octubre que dio inicio a esta guerra.
Los 50 rehenes son en su mayoría mujeres y niños, todos ellos de nacionalidad israelí o doble nacionalidad, entre ellos tres israelíes-estadounidenses.
Israel, por su lado, liberará 150 prisioneros palestinos que se encuentran detenidos en cárceles israelíes. Se trata de la mitad de un total de 300 presos incluidos en el listado divulgado por el gobierno de Israel. La mayoría de estos prisioneros (un 89%) son hombres y fueron arrestados por atacar a soldaros israelís, fabricar explosivos y otros cargos similares.
Hasta el lunes por la mañana se habían liberado 54 rehenes que estaban en Gaza y 117 prisioneros palestinos, la mayoría adolescentes y mujeres.
El acuerdo entre Israel y Palestina también contempla la posibilidad de nuevas liberaciones de rehenes, lo que permitiría a su vez alargar el alto al fuego. “Por cada 10 rehenes adicionales que se liberen habrá un día adicional de tregua”, afirma el gobierno israelí en un comunicado.
Israel insiste, sin embargo, que no cesará la lucha para “regresar a casa a todos los rehenes, completar la eliminación de Hamás y garantizar que no habrá ninguna nueva amenaza al Estado de Israel por parte de Gaza".
Crisis humanitaria en Gaza
El segundo gran punto del acuerdo para el alto al fuego es el de facilitar el acceso de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
Israel ha impuesto un bloqueo completo de la Franja desde el 9 de octubre, lo que impide la entrada de ayuda humanitaria. La ONU y otras organizaciones humanitarias alertan de la falta de agua, electricidad, alimentos y medicinas en Gaza. A pesar de algunos intentos posteriores de permitir la entrada de ayuda, la escasez de suministros esenciales, la falta de combustible y los obstáculos políticos han dificultado la entrega efectiva de la ayuda humanitaria.
Además, los continuos ataques y bombardeos de Israel en Gaza han afectado a los hospitales de la zona. El pasado 20 de noviembre, la imagen de una treintena de bebés prematuros que fueron evacuados del hospital de Al Shifa se convirtió en símbolo de la crisis humanitaria que se vive en la zona.
Hasta el momento hay más de 700.000 personas desplazadas. La crisis afecta especialmente a los niños. La comunidad internacional ha expresado su preocupación sobre la situación. Incluso el Papa Francisco se ha referido a la situación definiéndola de “terrorismo”. El pontífice se reunió la semana pasada por separado con familiares de los rehenes de ambos bandos y reclamó el final de la guerra.