17 noviembre 2024
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17 noviembre 2024

Banca ética: un banco sostenible y transparente

La banca ética invierte en proyectos que tienen como objetivo producir un impacto social positivo, transformando y mejorando la sociedad

Bancos y entidades financieras de todo el mundo dedican una parte de su dinero a financiar sectores controvertidos, como el de los combustibles fósiles o la industria armamentística. A diferencia de estas entidades, la banca ética nace bajo la idea de que el sistema financiero debe ser sostenible y responsable.

En ese sentido, la banca ética surge como alternativa a la banca tradicional y su principal objetivo es tener un impacto social positivo más allá del beneficio económico. Es decir, hablamos de bancos y cooperativas de crédito que no basan su actividad en la especulación, sino que buscan beneficiar a la sociedad

Este tipo de entidades no invierten en proyectos que estén relacionados con la producción de armamento, la esclavitud infantil o el deterioro del medioambiente (como la producción de energía nuclear o la tala de bosques tropicales), por ejemplo. Por el contrario, priorizan invertir en proyectos relacionados con el comercio justo y responsable, con las energías renovables o que incluyan a personas en riesgo de exclusión social, entre otros.

Dentro del sistema de finanzas éticas hay diferentes iniciativas y proyectos. En España, algunas de las entidades éticas más conocidas son Oikocredit, Fiare Banca Ética, Triodos Bank o  Coop57.

¿Cómo funcionan las entidades de banca ética?

Financiación Ética y Solidaria (FETS), una asociación que agrupa diferentes entidades de banca ética y solidaria en España, ha creado el catálogo Diner Ètic: una recopilación de los principios que las entidades financieras deben seguir para ser consideradas éticas: sostenibilidad, participación, inclusión social…

Al mismo tiempo, la banca ética se caracteriza por la exclusión de determinados proyectos. Bajo el lema “No con mi dinero», estas entidades no financian proyectos que vulneren los derechos humanos, sociales y ambientales

Otro de los principios básicos es el compromiso. Las entidades éticas no especulan buscando el beneficio inmediato, sino que invierten en una economía real y solidaria, que repercute positivamente sobre la vida de las personas y aporta una serie de beneficios sociales, culturales y medioambientales.

Los proyectos de banca ética también se caracterizan por el principio de transparencia: los ahorradores e inversores tienen derecho a saber cuál es el destino de su dinero y en qué se está invirtiendo. En el caso de las finanzas éticas, esta información es pública y accesible para toda la ciudadanía gracias a los informes publicados periódicamente por las entidades.

Otro de los principios básicos es el de la participación. La organización y el funcionamiento de estas entidades se basa en la participación igualitaria y democrática de todas las personas implicadas. Por eso normalmente adoptan la forma de cooperativas, donde todos los socios y socias deciden sobre las políticas básicas de la entidad.

Por último, las finanzas éticas siguen el principio de coherencia: no solo invierten en proyectos sostenibles y responsables, sino que también basan su funcionamiento interno en una serie de valores como la cooperación y el respeto mutuo

Impacto positivo en el mundo

El número de préstamos otorgados por bancos éticos en España en 2021 superó los 1.800 millones de euros, según el Barómetro de las Finanzas Éticas. Estos préstamos se dirigen sobre todo a financiar proyectos con impacto social y ambiental positivo. Para determinar este impacto, cada entidad ética realiza una serie de informes donde recopilan todos los datos necesarios. Por ejemplo, realizan encuestas a sus socios y a los beneficiarios finales.

En el caso de entidades como Oikocredit, su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas de bajos ingresos. Para ello, esta entidad invierte en proyectos desarrollados en lugares como África, Asia, América Latina y el Caribe. Dos de los sectores en los que se enfoca la entidad son la agricultura y la energía renovable, según sus informes de impacto.

La agricultura es un sector clave para producir alimentos y combatir la inseguridad alimentaria. Sin embargo, millones de agricultores son vulnerables a factores como el cambio climático. Con el objetivo de invertir en este sector, Oikocredit se ha asociado con Caravela, una comercializadora de café sostenible en países de Latinoamérica. Caravela invierte y ayuda a pequeños agricultores ofreciéndoles asistencia técnica y análisis de calidad. Como consecuencia, los productores de la zona han mejorado la calidad de su café y pueden pedir un precio más alto.

En el caso de la energía, el problema es que millones de personas viven sin acceso a una electricidad limpia, producida con fuentes de energía no contaminantes. Esto repercute en el medio ambiente, pero también en el entorno más inmediato donde viven estas personas.

Para mejorar esta situación, Oikocredit se ha asociado con M-Kopa, una compañía que ofrece sistemas de energía limpia a clientes con bajos ingresos de Nigeria, Uganda y Kenia. Los sistemas solares de esta compañía han generado más de 6,2 megavatios de energía renovable, evitando más de 1,5 millones de toneladas de emisiones de CO2 y mejorando la salud de los vecinos.

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