Una investigación periodística sobre el espionaje ilegal llevado a cabo por el gobierno de Estados Unidos acabó con la presidencia de Richard Nixon
El caso Watergate, un mito del periodismo de investigación que ha inspirado a facultades de periodismo y a la industria del cine, cumple 50 años. El caso destapó varias actividades ilegales promovidas por el gobierno de Estados Unidos, que en aquel momento estaba liderado por el presidente Richard Nixon, del Partido Republicano.
El 17 de junio de 1972, cinco hombres fueron detenidos de madrugada mientras asaltaban la sede del Partido Demócrata en Washington, la capital del país. Uno de ellos era un antiguo miembro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el principal cuerpo de espionaje de Estados Unidos.
La noticia apareció publicada como un breve en las páginas del diario The Washington Post. Pero dos de sus periodistas, Carl Bernstein y Bob Woodward, creyeron que detrás de ese allanamiento había otra noticia mucho mayor, ya que uno de los detenidos era James W. McCord Jr., ex miembro de la CIA y coordinador de seguridad de la campaña de reelección de Nixon.
Aquel hecho fue la primera pista que condujo a un plan mucho más complejo, urdido por miembros del Partido Republicano para perjudicar a los políticos demócratas de cara a las elecciones presidenciales, que debían celebrarse en noviembre de 1972.
Bernstein y Woodward descubrieron que, además de espiar ilegalmente al Partido Demócrata, el gobierno republicano también había utilizado de forma fraudulenta los fondos de la campaña, con los que sobornaron a miembros del servicio de inteligencia para espiar y acosar a opositores políticos.
La investigación del Washington Post se alargó durante varios meses. Nixon negó todas las acusaciones mientras, a la sombra, intentaba comprar el silencio de los implicados. Finalmente, ante las pruebas que evidenciaban el abuso de poder, Richard Nixon presentó su dimisión el 8 de agosto de 1974.
El lugar donde los cinco individuos fueron descubiertos era el complejo de oficinas Watergate, de ahí el nombre de uno de los mayores escándalos políticos de la historia estadounidense. Bernstein y Woodward recibieron el Pulitzer en 1973, uno de los premios de periodismo más prestigiosos del mundo.
La odisea de Woodward y Bernstein ha quedado retratada en varios libros y películas, entre los que destaca Todos los hombres del presidente (1976), un clásico del cine protagonizado por Dustin Hoffman y Robert Redford. “Los hombres del presidente” fue el apodo que los periodistas dieron a las personas implicadas en el caso y que intentaron encubrir a Nixon hasta el final.
Nixon antes y después del escándalo
Richard Nixon (1913-1994) fue un político conservador de Estados Unidos. Ocupó el cargo de vicepresidente durante el mandato de Dwight D. Eisenhower, entre 1953 y 1961. Se presentó como candidato del Partido Republicano a las elecciones de 1960, que perdió contra el demócrata John F. Kennedy.
Finalmente, ganó las elecciones de 1968 y se convirtió en presidente. Fue reelegido en 1972, aunque no terminó su segunda legislatura debido a las revelaciones del caso Watergate.
El mandato de Nixon estuvo marcado por la Guerra del Vietnam (1955-1975), en la que Estados Unidos intervino a partir de 1964 para extender su influencia por el mundo y combatir la ideología comunista de la Unión Soviética. Sin embargo, la intervención militar supuso un gran fracaso y murieron más de 58.000 soldados norteamericanos.
La lucha de Nixon contra el comunismo y los gobiernos de izquierdas también se extendió por América Latina, donde la CIA y el gobierno estadounidense apoyaron golpes de estado en diferentes países, imponiendo dictaduras que fueran favorables a los intereses de Washington.
La dimisión de Nixon tras el escándalo del Watergate ha sido la única vez en toda la historia que un presidente de Estados Unidos renuncia a su puesto. Las grabaciones entre el presidente y varios oficiales de la Casa Blanca demostraban su implicación en el caso, pero Nixon logró librarse de la cárcel gracias a que su sucesor, Gerald Ford, le otorgó el indulto entre una gran polémica.
Espionaje político
El espionaje se remonta a las primeras civilizaciones, desde el momento en que los hombres se han organizado políticamente y han ocupado el poder. Las inscripciones en piedra y pergaminos antiguos ya hablan sobre espías y conspiraciones en la antigua Mesopotamia, en el Egipto de los Faraones o en la Edad Media europea.
Siglos después, los casos de espionaje político se suceden en todos los continentes. En 2004 estalló el caso Clearstream en Francia: se denunció que el presidente Nicolas Sarkozy y otros políticos tenían cuentas en una entidad financiera llamada Clearstream, donde guardaban dinero relacionado con el pago de sobornos. Más adelante se demostró que las cuentas bancarias eran falsas y los acusados quedaron absueltos.
En 2006, la fiscalía italiana puso en marcha una investigación para descubrir quién estaba detrás del espionaje fiscal a políticos, futbolistas y famosos de Italia. Los investigadores descubrieron que, durante dos años, se había accedido de forma ilegal a información confidencial sobre los bienes y ganancias de políticos como Silvio Berlusconi o deportistas como Francesco Totti. Se acabó con la detención de policías, detectives privados y funcionarios.
Un caso mucho más reciente ha tenido lugar en España con el programa espía Pegasus, que se introduce en los teléfonos móviles y recopila información privada de forma ilegal. Varios líderes independentistas catalanes denunciaron que habían sido espiados y acusaron directamente al gobierno español. Más tarde se supo que el propio presidente, Pedro Sánchez, y otros ministros también habían sido espiados, aunque todavía no se sabe con qué fin.