Un informe alerta que la vida en grandes ciudades será cada vez más complicada como consecuencia de las altas temperaturas y las olas de calor
¿Imaginas cómo será vivir en una ciudad como Sevilla o Barcelona en el año 2050? Aunque hacer predicciones sobre estos territorios es complicado, diferentes investigadores y científicos llevan años tratando de dar respuesta a esta pregunta desde el punto de vista climático.
Ahora un informe alerta de que el número de ciudades expuestas a temperaturas extremas casi se triplicará para 2050: de 350 territorios urbanos expuestos a temperaturas superiores a 35ºC durante tres meses se pasará a 970. En total, el 45% de la población urbana mundial vivirá en ciudades con altas temperaturas estivales.
Es la conclusión a la que ha llegado The future we don’t want, elaborado por C40, una red global de casi 100 alcaldes de las principales ciudades del mundo que se han comprometido para luchar contra la crisis climática. El informe revela cómo el cambio climático tendrá efectos en la pobreza, la seguridad alimentaria o la disponibilidad del agua en el mundo.
Hoy en día, casi un tercio de la población mundial está expuesta a temperaturas extremas que amenazan la vida durante 20 días al año o más. El estudio recuerda, por ejemplo, la ola de calor de 2003, que se cobró más de 70.000 vidas. Estas olas serán más frecuentes e intensas, lo que hará que vivir en ciertos territorios urbanos sea cada vez más complicado.
Islas de calor
El informe alerta de que muchas ciudades se están convirtiendo en verdaderas islas de calor. Este término se refiere al efecto que se genera en las áreas urbanas debido a la concentración de infraestructuras y actividades humanas, así como a la falta de espacios verdes.
Las ciudades suelen estar repletas de carreteras que están hechas de asfalto, un material que tiene una gran capacidad para absorber la energía del sol durante el día y liberarla por la noche. Esto provoca que las áreas urbanas nunca lleguen a refrescarse del todo. A esto se suman la falta de vegetación, que hace que haya menos zonas en sombra, y las actividades humanas, como el uso de vehículos o la actividad comercial.
Todo ello contribuye al aumento de la temperatura en las áreas urbanas, lo que tiene consecuencias directas en sus ciudadanos. El informe alerta que estas temperaturas pueden empeorar la calidad del aire, causar deshidratación, golpes de calor, complicaciones cardiovasculares, enfermedades renales y hasta la muerte.
Los muy jóvenes, los ancianos y las personas con condiciones médicas preexistentes son especialmente vulnerables Pero además, los impactos del calor también afectan de manera desproporcionada a los ciudadanos con menos recursos, que no pueden dejar de trabajar durante una ola de calor, por ejemplo.
El peligro del mar
La necesidad de actuar se vuelve imprescindible también en ciudades rodeadas de mar. Muchas comunidades costeras de todo el mundo ya viven con la amenaza del aumento del nivel del mar, donde las posibles inundaciones pueden ahogar barrios enteros, poner en riesgo la vida de las personas, y causar estragos económicos.
El informe de C40 señala que si los gobiernos no se comprometen con el objetivo del Acuerdo de París de reducir las emisiones de carbono y limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1.5ºC, muchas de las ciudades del mundo enfrentarán una amenaza extraordinaria por el aumento del nivel del mar.
En concreto, si las emisiones contaminantes no se reducen, la población urbana total en riesgo por el aumento del nivel del mar podría ascender a más de 800 millones de personas para 2050. El informe habla de ciudades especialmente vulnerables, como Nueva York y Miami en Estados Unidos, o Bangkok y Shanghái en el sudeste asiático.