La denuncia, tal y como ha admitido el pseudosindicato, se basa en ocho recortes de prensa que, incluso, podrían ser falsos
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, envió el miércoles 24 de abril una carta a la ciudadanía en la que anunciaba que cancelaría su agenda pública hasta el lunes 29 para decidir si continuaba o no al frente del ejecutivo. La carta referencia una “campaña de acoso” de la que Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, serían víctimas. Este lunes, Sánchez comunicó que seguiría al frente del gobierno.
El 24 de abril, el juzgado 41 de Madrid abrió una investigación contra Begoña Gómez a raíz de una querella presentada por Manos Limpias en la que se le acusa de un presunto delito de tráfico de influencias. Sostiene que Gómez habría utilizado su relación con el presidente y su influencia para beneficiarse económicamente. Pero la denuncia, tal y como ha admitido el propio pseudosindicado, se basa “solamente” en ocho recortes de prensa que, incluso, podrían ser falsos. De hecho, entre los siete folios que conforman la denuncia, se incluye un artículo del digital The Objective en el que se atribuye falsamente a Gómez una subvención que, en realidad, había cobrado a otra persona con el mismo nombre.
Este mismo viernes, la organización ultra católica Hazte oir se ha sumado a la ofensiva y también ha presentado una querella contra Gómez en el propio juzgado de Madrid. Mientras, la Fiscalía ha pedido ya archivar la causa abierta contra la mujer de Sánchez presentada por Manos Limpias.
¿Qué es Manos Limpias?
La organización “Colectivo de Funcionarios Públicos Manos Limpias” se autodefine como sindicato y, mayoritariamente, es conocida por sus lazos con el franquismo y las querellas que presentan contra políticos, jueces y personalidades diversas en casos mediáticos. Miguel Bernad —secretario general del pseudosindicato— se presentó a las elecciones al Parlamento Europeo de 1987 y 1989 en las listas del Frente Nacional, un partido neofranquista continuador de Fuerza Nueva y fundado por Blas Piñar —Procurador en Cortes durante parte de la dictadura (1958-1977).
Un caso con gran eco mediático fue la acusación en representación de la Asociación Civil Libertad e Identidad contra Baltasar Garzón por prevaricación judicial. El juez Baltasar Garzón había abierto un proceso para investigar las desapariciones de diferentes personas entre 1936 y 1952, durante la guerra civil española y su posterior represión. El Tribunal Supremo dictaminó sentencia absolutoria.
Ocho recortes de prensa: la base de las acusaciones
Se acusa a Gómez de un presunto delito de tráfico de influencias en el que habría aprovechado la posición de su marido, Pedro Sánchez, para beneficiarse económicamente a través de adjudicación de contratos a sociedades y empresarios. La denuncia se basa en ocho recortes de prensa y, entre ellos, un artículo del digital The Objective que achaca falsamente a Gómez una subvención que cobró otra persona con el mismo nombre. Maldita, miembro de la International Fact-Checking Network (IFCN) como Verificat, desmintió las acusaciones comparando el DNI de Begoña Gómez con el que difundían varias publicaciones.La querella contra Begoña Gómez sigue un proceso que Manos Limpias ya había usado anteriormente.
El Tribunal Supremo ha rechazado varias denuncias de la organización: contra Irene Montero —ministra de Igualdad— “por sus críticas a miembros del poder judicial en relación con la aplicación de la reforma del Código Penal en materia de delitos sexuales” o contra Pablo Iglesias por diversos delitos, entre ellos, tráfico de influencias.
