Algunas entidades bancarias usan el dinero de los clientes para financiar proyectos en sectores controvertidos, como los combustibles fósiles o el armamento
Cuando ingresamos dinero en un banco, no se queda ahí. La entidad financiera invierte este dinero o lo presta a otras empresas o personas que lo solicitan, cobrándoles un interés. Estas inversiones y préstamos permiten que los bancos puedan obtener beneficios y sean rentables económicamente.
En este sentido, vale la pena preguntarse: ¿Qué tipo de proyectos está financiando mi banco? ¿Estoy de acuerdo con estas iniciativas? Como ciudadanos es importante cuestionar qué hacen los bancos con nuestro dinero. El problema es que muchas de estas entidades no son transparentes con sus inversiones, lo que dificulta el acceso a esta información.
A pesar de la falta de transparencia, diferentes investigaciones periodísticas han revelado que entidades bancarias de todo el mundo dedican parte de su dinero a financiar sectores controvertidos. Hablamos de ayudas directas al sector de los combustibles fósiles o la industria armamentística, por ejemplo.
Escoger dónde depositamos nuestros ahorros tiene una serie de implicaciones, pues con ese dinero se pueden estar financiando actividades que vayan en contra de nuestros valores. Para tener capacidad de decisión sobre el destino de nuestros ahorros, es importante conocer estas relaciones entre el sector financiero y otros sectores.
Financiación contra el clima
El mundo se enfrenta a una grave crisis climática. Cada año que pasa, aumenta la cantidad y la intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, huracanes o inundaciones. En 2015, con el objetivo de frenar las graves consecuencias del cambio climático se firmó el Acuerdo de París: la idea era limitar el calentamiento global a 1,5ºC.
En este contexto, multitud de compañías de diferentes sectores dieron un paso adelante para actuar. Entre ellas está la Net-Zero Banking Alliance, una organización que reúne a los 126 bancos más importantes del mundo, los cuales se han comprometido a alcanzar las cero emisiones en 2050.
Tras anunciar este compromiso, muchas de estas entidades bancarias fueron criticadas por hacer greenwashing, es decir, por hacer reivindicaciones sostenibles con el objetivo de lavar su imagen, pero sin llevar tales discursos a la práctica. Así lo han demostrado diferentes investigaciones, que han revelado que muchos de estos bancos siguen financiando el sector de los combustibles fósiles.
El informe Banking on Climate Chaos 2022 reveló que en sólo seis años los 60 bancos más grandes del mundo han destinado 4,6 billones de dólares al sector de los combustibles fósiles. Esta financiación permite mantener a flote la industria del carbón, el petróleo y el gas, que son combustibles altamente contaminantes.
Entre los bancos analizados hay tres entidades españolas: el Banco Santander (puesto 32 del informe) con una inversión de 42.913 millones de dólares en combustibles fósiles en los últimos seis años, el BBVA (puesto 42) con una inversión total de 26.273 millones de dólares y Caixabank (puesto 56) con una inversión de 5.741 millones.
Financiación de armamento
Otro de los sectores más controvertidos en los que la banca tradicional invierte su dinero es el armamento. Nos referimos a entidades financieras que ofrecen ayudas directas a través de créditos y préstamos a la industria armamentística, encargada de fabricar todo tipo de armas que después son utilizadas en conflictos bélicos alrededor del mundo.
El informe Los bancos que invierten en armas del Centre Delàs d’Estudis per la Pau revela que las entidades financieras dedicaron 80.000 millones de euros a la financiación del sector armamentístico entre 2011 y 2015. Por su parte, los bancos, aseguradoras y fondos de inversión españoles dedicaron casi 5.900 millones de euros al sector armamentístico en el mismo periodo.
Años más tarde, estas ayudas directas se mantienen. BBVA y Banco Santander fueron los bancos españoles que más financiación destinaron a las empresas de armas suministradoras de los principales ejércitos involucrados en la guerra de Yemen, con 5.231 millones de dólares entre 2015 y 2019, según otro informe.
La organización sostiene que tres de cada cuatro armas utilizadas hoy en día no existirían de no ser por el apoyo de los bancos y otras entidades bancarias a la industria armamentística de todo el mundo.