Las características de los géneros, la diferencia entre ficción y autoficción o cómo funcionan las editoriales son elementos clave del mundo literario
Según la Real Academia Española (RAE), literatura es el “arte de la expresión verbal” y abarca tanto textos escritos (conocidos como literatura escrita) como textos hablados o cantados (literatura oral). La literatura es una de las formas más antiguas de expresión artística.
Para crear literatura, los autores y autoras utilizan las palabras como herramienta. A través de ellas, los escritores dan rienda suelta a su creatividad e imaginación, elaborando discursos con sentido estético y artístico. La finalidad principal es transmitir ideas y sentimientos hacia los lectores y lectores
Para comprender mejor cómo funciona el mundo literario, es fundamental conocer algunos conceptos clave que rodean este ámbito.
Géneros literarios
Los géneros literarios son las categorías en las que se clasifican las obras literarias teniendo en cuenta su contenido y estructura. Esta forma de ordenar los textos es muy antigua: el filósofo griego Aristóteles hizo la primera clasificación de géneros literarios en su obra Poética, escrita entre el 335 y el 323 a.C.
En el género narrativo, el autor hace uso de la figura del narrador para contar unos hechos protagonizados por unos personajes. Este género se caracteriza por tener muchas descripciones y diálogos; también relata acciones que ocurren en un espacio y tiempo determinados. El subgénero narrativo más conocido es la novela.
El género lírico se caracteriza por transmitir sentimientos y emociones respecto a una persona u objeto, por lo que predomina la subjetividad. La mayoría de textos líricos suelen utilizar el verso como forma de expresión, aunque también hay textos líricos escritos en prosa. La forma más habitual del género lírico es el poema.
El género dramático o género teatral representa algún episodio en la vida de los personajes y utiliza sobre todo el diálogo para contar la historia. Estas obras se crean con la intención de que sean representadas por actores en un escenario frente al público.
Figuras literarias
Las figuras literarias o figuras retóricas son formas no convencionales de utilizar las palabras con el objetivo de dar al discurso cierta expresividad, sorprendiendo y emocionando al lector. Estas figuras son muy comunes en la literatura y están presentes en multitud de obras.
Algunas de las figuras retóricas más habituales son la metáfora, que es la semejanza entre dos ideas que en un principio no están relacionadas; la hipérbole, que se utiliza para exagerar una característica concreta; o la aliteración, que consiste en repetir un mismo sonido en una frase para producir cierto efecto sonoro.
Literatura de ficción, no ficción y autoficción
La literatura de ficción es aquella en la que los escritores y escritoras inventan historias, es decir, lo que se cuenta es fruto de su imaginación. Es diferente a la literatura de no ficción, en la que los escritores cuentan historias que son verídicas o basadas en hechos reales. En este caso, el objetivo es divulgar, informar o educar sobre un tema que ha ocurrido en la realidad.
Existen diferentes géneros de no ficción: la memoria, que es un relato basado en algún periodo de la vida del propio autor; la autobiografía y la biografía, que narran la vida de una persona (en primera persona o de una tercera persona, respectivamente); o la crónica, que es la narración de un suceso contada por una persona que estaba presente cuando ocurrió.
No debemos confundir estos términos con la autoficción, una forma de literatura que se mueve entre la autobiografía y la novela. Las obras de autoficción mezclan el relato real de la vida del autor con un relato ficticio: el autor recurre a su realidad para inspirarse, pero los hechos que ocurren pueden estar ficcionados.
Editorial
A la hora de publicar un libro hay diferentes actores involucrados. Además del autor o autora, que se encarga de escribir el libro, existen otras figuras muy relevantes. La editorial es la empresa que se encarga de todo el proceso al que debe someterse un libro hasta llegar a las librerías.
La editorial lleva a cabo la corrección ortográfica y de estilo de la obra, así como la maquetación y diseño de portada. Además, se encarga de enviar el libro a la imprenta o de preparar su publicación online. Otra de sus funciones principales es realizar el registro legal de la obra, el primer paso para gestionar los derechos de autor.
Para que la editorial pueda llevar a cabo todas estas funciones, los autores firman un contrato editorial. A través de este acuerdo, el autor cede al editor el derecho a reproducir y distribuir su obra a cambio de una compensación económica.