15 noviembre 2024
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15 noviembre 2024

COP27: nueva cumbre para salvar el planeta

Cerca de 200 países de todo el mundo se reúnen un año más en la Cumbre del Clima para debatir medidas contra el cambio climático

La 27ª Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, también conocida como Conferencia de las Partes (COP), empezará el próximo domingo 6 de noviembre en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh, junto al Mar Rojo. 

La edición de este año reunirá una vez más a dirigentes mundiales, científicos, activistas climáticos y otros miembros de la sociedad civil para debatir qué medidas deben tomarse para reducir las emisiones contaminantes producidas por los combustibles fósiles, frenar el aumento de la temperatura global y evitar así los peores efectos del cambio climático.

La presidencia de la COP es rotatoria, lo que significa que cada año se celebra en un país y/o continente distinto. No obstante, en los últimos años, este criterio no se ha cumplido por diferentes motivos: el archipiélago de Fiji (Oceanía) renunció a organizar la COP23 porque no tenía suficientes infraestructuras para alojar a los miles de asistentes; mientras que la COP25 de Chile (Sudamérica) acabó celebrándose en Madrid por las protestas sociales de 2019

El hecho de que la COP27 se celebre en Egipto se ha interpretado como una forma de dar protagonismo a los países del Sur Global, que son los más afectados por el cambio climático y, al mismo tiempo, los que tienen menos recursos para hacer frente a sus efectos y adaptarse.

En ese sentido, se espera que los países del Sur Global exijan acuerdos de justicia climática, es decir, que los países ricos se comprometan a invertir fondos para que los países más pobres puedan adaptarse a la crisis climática y hacer frente a las sequías, las inundaciones o los fenómenos climáticos extremos.

Sin avances en el Acuerdo de París

El objetivo de la COP27 no es nuevo: desde que se celebró la primera Cumbre del Clima en 1995, países de todo el mundo se han reunido cada año para avanzar en la lucha contra el cambio climático. Pero ponerse de acuerdo no es tan sencillo. 

Cada país tiene sus intereses, sobre todo económicos, y renunciar al uso de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural) para reducir la emisiones contaminantes implica también reducir la productividad y los ingresos. Por eso es tan difícil que los países se pongan de acuerdo para limitar la emisiones… aunque el futuro del planeta esté en juego.

Este debate hace décadas que dura y enfrenta a los países ricos e industrializados, principales causantes del cambio climático, con los países más pobres, que sufren los peores efectos de la contaminación global. 

En la COP21, celebrada en 2015, parecía que los países habían alcanzado un pacto histórico: los 196 firmantes del Acuerdo de París se comprometían a trabajar juntos para limitar el aumento de temperatura entre 1,5 y 2 grados centígrados de cara al año 2100. Además, establecían un fondo anual de 100.000 millones de dólares para ayudar a los países con menos recursos a combatir la crisis climática.

Sin embargo, este acuerdo no ha llegado a cumplirse. Muchos países han presentado planes para reducir sus emisiones, pero no son lo suficientemente ambiciosos. Por otro lado, países como China o India (el primero y el tercero más contaminantes del mundo), se han desmarcado de los acuerdos. 

Críticas a la COP27

La celebración de esta Cumbre del Clima también ha recibido varias críticas. Por un lado, las organizaciones de derechos humanos han criticado la elección de Egipto como sede, un país donde se reprime la libertad de expresión, hay miles de activistas y opositores encarcelados y se discrimina a minorías como las mujeres o el colectivo LGTBIQ+, tal como señala Amnistía Internacional.

El gobierno de Egipto ha nombrado como presidente de la COP al ministro de Exteriores, Sameh Shoukry, en lugar de elegir a la ministra de Medio Ambiente, Yasmine Fouad, que debería tener más información en materia de cambio climático. Una muestra más de que el poder suele recaer en manos de dirigentes hombres.

Por otro lado, las organizaciones y activistas medioambientales temen quedar apartados de las mesas de diálogo. El gobierno egipcio ha restringido los actos de la primera jornada de la COP alegando motivos de seguridad, pero los grupos de la sociedad civil creen que se trata de una estrategia para disminuir su presencia en el evento.

Por último, activistas como Greta Thunberg han llamado a boicotear la cumbre, al considerar que se trata de un simple escaparate que las grandes empresas y gobiernos utilizan para limpiar su imagen frente al gran público. Además, denuncian que los acuerdos de la COP no tienen un resultado real contra el cambio climático.

En ese sentido, Thunberg señala que el cambio real solo puede llegar desde la sociedad civil y, sobre todo, por parte de las generaciones más jóvenes que se manifiestan en todo el mundo para presionar a los gobiernos y pedirles que actúen contra el cambio climático.

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