Crisis migratoria en Cuba

Miles de cubanos intentan llegar a Estados Unidos para huir de la crisis económica y la represión política en la isla

Casi 180.000 cubanos han entrado en Estados Unidos entre septiembre de 2021 y julio de 2022, según cifras oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. Se trata de la mayor ola migratoria en la historia de la isla y es un reflejo de la crisis social, política y económica que vive la población cubana.

El éxodo de cubanos a Estados Unidos tiene diferentes causas. Por un lado, la crisis económica que vive la isla, que todavía sufre los efectos de la pandemia de covid. Las restricciones en la movilidad afectaron al turismo, que es una de las principales fuentes de ingresos para los cubanos. Además, el gobierno cubano ha sido muy criticado por no saber gestionar esta crisis.

Por otro lado, la represión política también está empujando a muchos cubanos a abandonar su país. Desde las protestas de julio de 2021, cuando miles de personas salieron a las calles para reclamar más derechos, el gobierno del Partido Comunista Cubano ha aumentado la persecución contra los opositores, que han tenido que elegir entre ir a la cárcel o salir del país.

Estados Unidos y otros países han establecido sanciones económicas para intentar presionar al gobierno cubano de que cambie sus políticas represivas. El problema es que estas sanciones limitan las relaciones comerciales y los negocios con Cuba. 

Como consecuencia, muchas veces hay escasez de productos básicos como comida, medicamentos o incluso materiales para construir o fabricar productos. Y, al final, los más perjudicados son los ciudadanos y ciudadanas, que no tienen recursos para mantenerse. 

En mayo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puso en marcha un plan para rebajar las restricciones a la isla: se restablecieron los vuelos comerciales y se eliminaron los límites en las remesas (dinero que los cubanos en Estados Unidos pueden enviar a sus familiares en la isla).

Esta medida marcaba distancias con el anterior presidente estadounidense, Donald Trump, que impuso varias restricciones para perjudicar al gobierno comunista de Cuba. También se esperaba que las nuevas políticas pudieran mejorar la economía cubana.

Historia de la migración de Cuba a Estados Unidos

Aunque sus gobiernos sean muy distintos, Cuba y Estados Unidos comparten una larga historia en común. El gobierno estadounidense ayudó a Cuba en la Guerra de la Independencia (1895-1898), cuando la isla se independizó de España después de siglos de dominio colonial.

Esta ayuda no era desinteresada: Cuba está muy cerca de la costa sur de Estados Unidos y al país le interesaba mantener alianzas. Así, los estadounidenses intervinieron en el gobierno de la isla hasta mediados del siglo XX, con la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1959).

Tras el triunfo de la Revolución Cubana (1959) liderada por Fidel Castro, la isla ha estado gobernada por un régimen comunista y miles de cubanos han dejado la isla. Algunos se han ido porque estaban en contra de este sistema político, pero la mayoría se han visto obligados por las dificultades económicas y la escasez.

Muchos se instalaron en Florida, un estado al sur de Estados Unidos, después de llegar allí con pequeñas embarcaciones o pateras. Hoy en día, más de 1,3 millones de cubanos viven en Estados Unidos, según datos del Migration Policy Institute. 

Hay dos momentos clave en la migración de Cuba a Estados Unidos. El éxodo del Mariel (1980), cuando Fidel Castro decidió abrir el puerto cubano de Mariel y 125.000 cubanos abandonaron la isla. Años más tarde tuvo lugar la crisis de los balseros (1994): la caída de la Unión Soviética en 1991 generó una grave crisis económica en Cuba, que era un país aliado, y 35.000 personas salieron de Cuba. 

Tanto si viajan por mar, a través del estrecho de Florida, como si viajan hasta algún país de Centroamérica para hacer el recorrido por tierra hasta México, miles de migrantes están arriesgando sus vidas en estas rutas migratorias, donde se exponen a los peligros del viaje y a las mafias de tráfico de personas.

Migrantes como “arma política”

Las crisis sociales y las dificultades económicas en varios países de América Latina han hecho que decenas de miles de personas decidan emigrar a Estados Unidos en busca de una vida mejor. 

Muchos de ellos creían que el cambio de presidencia, del Partido Republicano (Donald Trump) al Partido Demócrata (Joe Biden), supondría también un cambio en las políticas migratorias y que serían menos estrictas con la llegada de extranjeros a Estados Unidos. Por eso la llegada de migrantes en situación irregular ha aumentado en los últimos meses.

Biden ha derogado el llamado Título 42, una ley que permitía devolver los migrantes a México bajo el pretexto de la salud pública, para que no propagaran el coronavirus. Ahora, las personas que llegan a la frontera no pueden ser detenidas, según la ley.

Esta nueva situación afecta especialmente a los estados del sur, en la frontera con México, la ruta migratoria más transitada. Estos estados se han visto desbordados por la llegada masiva de migrantes y aseguran que no tienen recursos para ofrecerles alojamiento temporal y asesoramiento para tramitar su visado o encontrar trabajo.

Además, estos estados son tradicionalmente conservadores (del Partido Republicano) y contrarios a las políticas demócratas del presidente Biden. Por eso algunos estados republicanos, como Texas y Arizona, han empezado a enviar autobuses con migrantes hacia estados demócratas como Nueva York o Washington, como forma de presión.

Los migrantes se convierten así en un arma política para perjudicar a gobiernos rivales. Pero la realidad de fondo es una grave crisis humanitaria, en la que miles de personas se ven privadas de su derecho a solicitar asilo y a recibir una protección especial por parte de los gobiernos en los países de acogida (tal y como establecen las leyes internacionales).

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