El primer ministro italiano, Mario Draghi, presenta su dimisión ante la crisis política y el país celebrará elecciones en otoño
Los últimos días han sido muy agitados para la política italiana. El primer ministro de Italia, Mario Draghi, ha presentado su dimisión debido a la falta de apoyo de los partidos políticos en el parlamento. Como consecuencia, el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, ha convocado elecciones para el mes de octubre.
La inestabilidad política en Italia se arrastra desde hace meses. Por un lado, fue el primer país de Europa donde empezaron a producirse brotes masivos de covid y el gobierno se vio obligado a implantar restricciones muy severas para combatir el virus.
Por el otro, varias formaciones quieren liderar el país pero ninguna tiene una mayoría suficientemente grande para gobernar con comodidad. Así, los políticos se ven obligados a pactar con partidos de ideologías muy diferentes para aprobar las leyes… pero no siempre consiguen llegar a un acuerdo.
Uno de los ejemplos más evidentes son los fondos de recuperación de la pandemia: la Unión Europea ha asignado a Italia 200.000 millones de euros para recuperarse de la crisis económica provocada por la covid-19. Sin embargo, este dinero todavía no se ha otorgado porque los partidos no se han puesto de acuerdo sobre cómo invertirlo.
Esta situación ha llevado al gobierno italiano a una situación de estancamiento, sin poder aprobar leyes desde hace meses por falta de consenso. Y es el motivo por el que Draghi ha renunciado a su cargo.
La convocatoria de elecciones en otoño abre la puerta a la carrera electoral. Por un lado está el Movimiento 5 Estrellas, partido populista de izquierdas que en 2018 fue el principal partido de Italia, pero que ahora está dividido y ha perdido mucha fuerza. Por el otro, Forza Italia, el partido del ex primer ministro Silvio Berlusconi, que aspira a recuperar el poder para el centroderecha.
Por último, la caída del gobierno podría dar alas a los partidos de extrema derecha, como Fratelli d’Italia o la Liga de Matteo Salvini, que intentarán aprovechar el descontento y el malestar de la población para promover unas políticas contrarias a la inmigración, a la Unión Europea y a los derechos de las mujeres.
Mario Draghi: de banquero a político
Mario Draghi nació en Roma en 1947, en el seno de una familia rica (su padre era banquero). Se formó como economista en las mejores universidades de Italia y Estados Unidos. Entre 1985 y 1990 fue director ejecutivo del Banco Mundial, organismo que ofrece préstamos a los países en desarrollo para acabar con la pobreza.
Entre 1991 y 2001 dirigió el Tesoro Italiano, desde donde promovió la privatización de varias empresas y servicios públicos en Italia, y en 2002 empezó a trabajar para Goldman Sachs, un importante banco de inversiones en Estados Unidos. Este cargo le valió muchas críticas, todavía hoy, porque fue una de las empresas que propiciaron la crisis económica global del 2008.
En 2006 fue nombrado gobernador del Banco de Italia y, en 2011, presidente del Banco Central Europeo. Desde esta institución impulsó varias medidas que consiguieron salvar el euro de la crisis económica; no obstante, también promovió unas políticas de austeridad que perjudicaron gravemente a los países de la Unión Europea con economías más débiles, como Grecia, Portugal o España.
A sus 74 años, Mario Draghi acumula una larga trayectoria en las instituciones internacionales. Por ese motivo, en febrero de 2021, el presidente Mattarella le ofreció el cargo de primer ministro después de varios gobiernos fallidos.
En aquel momento, todo el mundo veía a Draghi como la única persona capaz de hacer frente al desafío de poner de acuerdo a todas las fuerzas políticas italianas y aprobar las reformas necesarias para conseguir los fondos de recuperación europeos.
Sin embargo, ni Draghi ni Mattarella contaban con la ambición de los partidos italianos, tanto de derechas como de izquierdas, que han aprovechado la crisis política y económica para su propio beneficio, con la mirada puesta en conseguir mejores resultados en las próximas elecciones.
Italia en el mundo
Durante siglos, Italia ha marcado la historia del continente europeo: desde la grandeza del Imperio Romano hasta la luz y el conocimiento del Renacimiento, pasando también por la época más oscura del fascismo durante la dictadura de Benito Mussolini.
A pesar de ser uno de los países que perdieron la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Italia recuperó su economía e impulsó el tejido industrial hasta convertirse en una potencia mundial.
Por eso es miembro del G7, un foro que reúne a los siete países más importantes del mundo a nivel político, económico y militar. Y, por ese motivo también, la actual crisis italiana preocupa tanto a los estados de la Unión Europea como a otros países de la comunidad internacional.
En la actualidad, Italia se enfrenta a varios desafíos políticos y económicos. Todavía arrastra las consecuencias de la pandemia a nivel económico y social. A ello hay que sumarle los efectos de la guerra en Ucrania, que ha hecho aumentar los precios de forma generalizada en muchos productos básicos.
Este conflicto ha provocado también una grave crisis del gas en Europa, ya que Rusia era el principal proveedor de gas en el continente y ahora está limitado por las sanciones. Los países de la Unión Europea no saben cómo mantendrán el suministro a finales de año, cuando llegue el frío.
Por ese motivo, en las últimas semanas, el gobierno italiano ha iniciado un acercamiento con Argelia, importante productor de gas que hasta ahora suministraba a España pero que ha roto relaciones diplomáticas por el conflicto en el Sáhara Occidental.