La presión laboral en grandes empresas como Tesla o Amazon reabre el debate sobre los derechos de los trabajadores en el país
El empresario Elon Musk ha generado polémica en las últimas semanas a raíz de la filtración de unos correos electrónicos en los que amenazaba con despedir a los directivos de Tesla si no volvían a trabajar presencialmente en las oficinas de la empresa, después de meses de teletrabajo por el covid.
En uno de los correos, titulado “El teletrabajo ya no es admisible”, Musk escribe que los trabajadores deberían pasar un mínimo de 40 horas semanales en la oficina. De lo contrario, “deberían estar trabajando en otro sitio”.
Estas declaraciones, aunque pertenecían a comunicaciones privadas de la empresa, han provocado un gran debate sobre los derechos laborales de los trabajadores en Estados Unidos y sobre la responsabilidad de las empresas privadas a la hora de proteger esos derechos.
Elon Musk es el hombre más rico del mundo, según la última clasificación de la revista Forbes. Dirige grandes empresas como Tesla o SpaceX y, próximamente, también será propietario de la red social Twitter. Sin embargo, en las últimas semanas ha anunciado que planea recortar un 10% de la plantilla de Tesla en todo el mundo (unos 10.000 empleados) porque tiene un “muy mal presentimiento” sobre la economía.
Las declaraciones de Musk han provocado la reacción de varios colectivos de trabajadores y sindicatos, que le acusan de vulnerar los derechos laborales. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también ha criticado al propietario de Tesla y ha defendido el crecimiento de la economía en el país.
Biden puso como ejemplo a otras empresas como el fabricante de automóviles Ford, que ha contratado a 6.000 nuevos trabajadores sindicados, o el fabricante de chips Intel, que creará 20.000 nuevos empleos. En ese sentido, el presidente estadounidense ha defendido el papel de los sindicatos a la hora de mejorar las condiciones laborales: horarios, seguro médico, mejoras salariales…
Las grandes empresas contra los sindicatos
Elon Musk se considera a sí mismo un visionario que ha trabajado muy duro para que sus empresas tengan éxito. Por eso ha llegado a proponer una jornada laboral de 80 horas semanales: cree que los grandes logros y proyectos solo se consiguen con muchas horas de trabajo. En ese sentido, siempre se ha mostrado contrario a la creación de sindicatos en sus empresas.
Los sindicatos son asociaciones de trabajadores de una misma empresa o sector que velan por la conciliación laboral y familiar de los empleados. Para conseguirlo, exigen mejoras en sus condiciones laborales: limitar el número de horas laborables, trabajar en un entorno laboral seguro o garantizar el derecho a una baja médica sin que ello suponga perder el trabajo.
Por ese motivo, cada vez más empleados en empresas norteamericanas se están organizando para formar sindicatos y defender sus derechos colectivamente. La pandemia de covid también ha influido en este fenómeno, ya que muchos trabajadores fueron obligados a seguir trabajando poniendo en riesgo su salud, bajo la amenaza de perder su empleo si no lo hacían.
Es lo que ha sucedido con Amazon, empresa líder de comercio online que da trabajo a más de un millón de personas en Estados Unidos. Amazon ha disparado sus beneficios durante la pandemia; en cambio, la empresa ha recibido muchas quejas por la falta de seguridad en algunas de sus instalaciones.
Esta situación impulsó a los trabajadores del centro de distribución en Staten Island (Nueva York) a crear el primer comité de empresa de Amazon en abril para denunciar la explotación en su trabajo. Los empleados de varias cafeterías de la cadena Starbucks también han empezado a organizarse en sindicatos para defender sus intereses.
Sindicalismo en Estados Unidos
A diferencia de Europa, donde la existencia de sindicatos o comités de empresa es habitual, la economía de Estados Unidos siempre ha favorecido a la empresa privada. En este contexto, los propietarios y empleadores tienen la última palabra y suelen priorizar los beneficios económicos de la empresa por encima de las condiciones laborales de los trabajadores.
Además, la ley permite a las empresas “sustituir permanentemente” a los empleados en huelga. Es decir: las empresas pueden despedir legalmente a los trabajadores mientras estos se manifiestan por sus derechos.
Tan solo un 11% de los trabajadores de Estados Unidos están sindicados y, en el sector privado, la cifra disminuye hasta el 6%. Se trata de un porcentaje muy inferior al de otros países como el Reino Unido (23%), Suecia (66%) o Islandia (92%). En países como España, la cifra es similar a Estados Unidos (14%), pero las leyes protegen más los derechos de los empleados.
La mayor organización sindical de Estados Unidos es la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), fundada en 1955. Esta organización cuenta con más de 12 millones de miembros y agrupa algunos de los sindicatos más importantes del país, como el de los profesores, el de los funcionarios públicos o el de los trabajadores del sector de la alimentación.
Transformación digital y laboral
El origen de los sindicatos va ligado a los trabajos en las fábricas a principios del siglo XX: eran trabajos muy físicos, que requerían de un gran esfuerzo, y por eso los trabajadores quisieron poner límites para evitar la explotación.
A partir de la década de 1970, en paralelo a la disminución de la industria, el sindicalismo ha decrecido en todo el mundo. Al mismo tiempo han aparecido otros sectores menos regulados, como los servicios (turismo, restauración) o internet (comercio digital, plataformas y apps), que suelen aplicar horarios ilimitados para aumentar la productividad.
Internet, las redes sociales y las nuevas tecnologías han propiciado la aparición de nuevos perfiles laborales, como los riders que entregan comida a domicilio o los repartidores de paquetes de Amazon. Ahora, estos colectivos se organizan para defender sus derechos y trabajar en condiciones.