La Agencia Espacial Rusa participa en un proyecto para grabar la primera producción cinematográfica fuera del planeta Tierra
La Agencia Espacial Rusa (Roscosmos) ha lanzado este martes la expedición ISS-66 desde la base espacial de Baikonur, en Kazajistán. Esta misión espacial no tendría nada de especial si no fuera porque a bordo de la nave Soyuz viajaban un director de cine y una actriz, dispuestos a grabar la primera película en el espacio.
Acompañados por el astronauta ruso Anton Shkaplerov, el director de cine Klim Shipenko y la actriz Julia Peresild han viajado al espacio hasta la Estación Espacial Internacional (EEI), donde permanecerán 12 días. Durante este tiempo, convivirán con astronautas de otros países que también se alojan en la EEI realizando otras misiones. Tres de ellos participarán también en la película.
El Desafío cuenta la historia de una doctora que debe entrenarse para viajar al espacio y operar un astronauta que se encuentra demasiado grave para viajar a la Tierra. Shipenko y Peresild se entrenaron durante cuatro meses con astronautas de Roscosmos para acostumbrarse a la situación de ingravidez, conocer la estructura de la EEI y tener unos mínimos conocimientos de seguridad dentro de la nave.
La película rusa se anunció poco después de que la NASA anunciara su participación en la nueva entrega de la saga Misión Imposible, en la que el propio Tom Cruise debía grabar escenas en la Estación Espacial Internacional. Finalmente, la Agencia Espacial Rusa se ha avanzado, en una nueva carrera espacial con los Estados Unidos.
En la Estación Espacial Internacional ya se habían grabado imágenes para documentales, pero nunca se había alojado a un equipo cinematográfico ni se habían rodado escenas para una película de ficción. Shipenko ha practicado previamente con el equipo de grabación para tener en cuenta la falta de luz y gravedad en los planos.
El auge del turismo espacial
El proyecto de grabar una película en el espacio añade una nueva dimensión a los viajes espaciales, que ya no solo se hacen con propósitos científicos. Viajar al espacio requiere una gran inversión económica pero también puede reportar grandes beneficios, por eso se están creando nuevas empresas especializadas en este tipo de viajes, más allá de las agencias espaciales gubernamentales.
En los últimos meses se han realizado los primeros viajes espaciales comerciales, que han llevado a turistas al espacio. A principios de julio, el multimillonario Richard Branson viajó al espacio a bordo de una nave construida por Virgin Galatic, su propia compañía aeroespacial.
Días después, el magnate Jeff Bezos viajó al espacio con Blue Origin, su propia aerolínea: el viaje apenas duró 11 minutos, superando los 100 kilómetros por encima de la superficie terrestre, pero sirvió para poner a prueba el cohete y la cápsula espacial desarrollados por su compañía.
En septiembre, cuatro turistas espaciales realizaron una misión de tres días en un cohete de Space X, del magnate Elon Musk. Fue la primera misión espacial con tripulación totalmente civil, sin ir acompañados de ningún astronauta. Los cuatro tripulantes estuvieron dando vueltas a la Tierra a casi 600 kilómetros de la superficie.
Estos viajes demuestran que los vuelos espaciales cada vez serán más habituales y accesibles para cualquier persona. La formación y el entrenamiento de los astronautas puede durar años, pero en el caso de los turistas espaciales se reduce a unos meses. En ese sentido, en el futuro también podrán viajar al espacio médicos o científicos, cuyo trabajo será esencial en las futuras bases espaciales creadas en planetas como Marte.
El objetivo final es que cualquier persona pueda viajar al espacio, aunque el precio no esté al alcance de todos. La plaza más barata está en torno a los 200.000 euros, pero puede aumentar en función de cuántos días dure el viaje.
Cine en el espacio
El espacio es un tema recurrente en el cine. Más allá de la ciencia ficción en sagas como Star Wars o Star Trek, otras películas han retratado de forma más realista la experiencia de viajar en una nave espacial.
Entre las más recientes destacan Gravity (2013) e Interstellar (2014), que ofrecen un retrato muy real del interior de las cápsulas y naves espaciales, lo que nos permite ponernos en el lugar de los astronautas e imaginar cómo viven en espacios tan reducidos.
Sin embargo, los expertos las valoran de forma muy distinta: Interstellar ha sido alabada por el tratamiento de conceptos científicos como los agujeros de gusano o la relatividad del tiempo, mientras que Gravity es una de las películas peor valoradas por los astronautas debido a sus imprecisiones.
En 2002 se estrenó Solaris, la versión estadounidense de una película soviética de 1972. Se trata de un drama psicológico ambientado en una estación espacial que habla sobre los efectos psicológicos que pueden llegar a experimentar los astronautas en su aislamiento.
La película 2001: Una odisea en el espacio (1968) es una referencia del cine que narra la historia de la humanidad, desde los primeros homínidos hasta el futuro en naves espaciales. Una propuesta única para ver cómo se dibujaba el futuro hace 50 años e imaginar hasta dónde seremos capaces de llegar.