El primer ministro británico participó en varias fiestas durante la pandemia e incumplió las restricciones de su propio gobierno
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, se enfrenta a varias acusaciones por participar en fiestas durante la pandemia y, por lo tanto, violar las leyes anti-covid, es decir, las normas que el gobierno británico impuso para frenar la propagación del coronavirus.
En las últimas semanas, los medios de comunicación han revelado que Johnson participó en varias fiestas organizadas en Downing Street, la residencia oficial del primer ministro británico en Londres, durante la pandemia de covid-19, cuando el propio gobierno había impuesto el confinamiento para combatir el virus. En estos encuentros, los miembros del gobierno se reunían sin respetar las limitaciones de aforo, sin mantener la distancia de seguridad y sin llevar mascarilla.
La revelación de las fiestas en Downing Street ha provocado un gran escándalo político conocido como Partygate, del inglés party [fiesta] combinado con Watergate, uno de los escándalos políticos más importantes del siglo XX.
Como consecuencia, Johnson ha recibido críticas de la oposición política, liderada por el Partido Laborista, pero también de miembros de su propio grupo, el Partido Conservador. Por otro lado, una parte de la población también se muestra muy molesta con el comportamiento del primer ministro y su gabinete, ya que consideran que deberían haber dado ejemplo ante el resto de la sociedad.
También se ha sabido que una de las fiestas tuvo lugar el día antes del funeral del Duque de Edimburgo, el marido de la reina Isabel II, que tuvo que celebrarse entre fuertes restricciones debido a la pandemia. Este hecho ha causado una gran indignación, ya que la monarquía es una institución muy respetada por los británicos.
En un primer momento, Boris Johnson negó cualquier participación en las fiestas de Downing Street. Sin embargo, a medida que han aparecido fotografías de los encuentros, el primer ministro se ha visto obligado a reconocer su error y pedir disculpas a la ciudadanía y a la reina Isabel. También ha aprobado varias medidas, como la prohibición de consumir alcohol en las oficinas gubernamentales, y también ha destituido a varios de sus colaboradores implicados.
No obstante, la oposición sigue pidiendo la dimisión de Johnson y se plantea presentar una moción de censura si el primer ministro no dimite voluntariamente.
Las medidas del Reino Unido para frenar el coronavirus
Desde que se declaró la pandemia, el Reino Unido fue uno de los países europeos más afectados. De hecho, a día de hoy sigue siendo el cuarto país del mundo con mayor número de casos confirmados, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
En marzo de 2020, el gobierno británico se resistió a declarar el confinamiento de la población porque quería dar prioridad a la actividad económica. Es lo que se conoce como inmunidad de rebaño, que se consigue cuando gran parte de los habitantes de un país se han contagiado y el virus pierde fuerza.
El objetivo es perjudicar la economía lo mínimo posible, ya que los negocios se mantienen abiertos y no hay confinamiento, pero eso tiene graves consecuencias para la salud pública.
Finalmente, el gobierno se vio obligado a rectificar y acabó imponiendo el confinamiento. A partir de mayo, viendo reducido el número de infectados, se llevó a cabo una desescalada gradual de las restricciones. Sin embargo, pasado el verano, los casos de personas infectadas se dispararon y se estableció un segundo confinamiento en noviembre.
En diciembre de 2020, la británica Margaret Keenan, de 90 años, fue la primera persona del mundo en ser vacunada. Reino Unido se convirtió en uno de los principales países en impulsar la vacunación contra la covid.
A principios de 2021, tras la relajación de medidas por Navidades, se estableció un nuevo confinamiento. No obstante, las vacunas surtieron efecto y el número de casos fue disminuyendo durante todo el año… hasta la aparición de la nueva variante ómicron, que ha provocado que el gobierno británico haya decidido endurecer las restricciones.
Las nuevas restricciones obligan a llevar mascarillas en interiores, priorizan el teletrabajo para aquellas personas que puedan hacerlo e imponen el pasaporte covid para asistir a cualquier evento (hay que estar vacunado o presentar una PCR negativa).
Tras el escándalo del Partygate, Boris Johnson tiene previsto rebajar las restricciones anti-covid vigentes. Esta decisión responde a la disminución de casos en el Reino Unido, pero algunos también lo consideran una estrategia para recuperar el apoyo de la población.
Boris Johnson, un político controvertido
Boris Johnson tiene una larga carrera en la política británica. Antes de llegar a ser primer ministro fue parlamentario, alcalde de Londres y ministro de Asuntos Exteriores con Theresa May como primera ministra.
Johnson siempre ha sido un personaje peculiar. Su aspecto desaliñado, con la melena rubia y alborotada, contrasta con las políticas del Partido Conservador que lidera. Se formó en escuelas de élite y trabajó durante años como periodista antes de dar el salto a la política.
Entre 2008 y 2016 fue alcalde de Londres, un cargo con el que ganó mucha popularidad y le sirvió para darse a conocer ante el resto del país. En 2016 tuvo lugar el referéndum del Brexit y Johnson se convirtió en uno de los principales defensores de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Así fue cómo escaló posiciones dentro del Partido Conservador, hasta llegar a ser nombrado líder de los tories (sobrenombre de los conservadores). En diciembre de 2019, cuando las negociaciones del Brexit estaban estancadas en el parlamento, Johnson consiguió una victoria histórica para su partido y pudo llevar adelante el proceso de separación.
Después de dos años contando con un gran apoyo popular, la pandemia de covid-19 y sus consecuencias han supuesto un revés para su imagen política. Con escándalo incluido.
¿Tres primeros ministros, tres dimisiones?
Si Boris Johnson decidiera dimitir por el Partygate, sería el tercer primer ministro consecutivo que renunciara a su cargo en menos de 5 años. Anteriormente, lo hicieron David Cameron en 2016 y Theresa May en 2019. Los tres pertenecen al Partido Conservador.
David Cameron ganó las elecciones en 2010 y fue reelegido en 2014, pero se vio obligado a dimitir en 2016 tras el referéndum del Brexit: Cameron hizo campaña porque el Reino Unido permaneciera en la Unión Europea, pero ganó la opción contraria y se vio obligado a renunciar.
Tras la salida de Cameron, el Partido Conservador nombró a Theresa May como sucesora. Ella sería la encargada de negociar las condiciones del Brexit con la Unión Europea. El proceso no fue fácil y el Parlamento británico rechazó varias veces su propuesta. Por eso May acabó dimitiendo en junio de 2019.
Boris Johnson fue el candidato más votado del Partido Conservador para suceder a Theresa May. Johnson había defendido el Brexit desde el principio y consiguió completar el proceso de salida. Sin embargo, el impacto de la pandemia y el escándalo del Partygate podrían poner fin a su carrera como primer ministro.