8 septiembre 2024
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8 septiembre 2024

El mayor terremoto de la historia de Marruecos

El seísmo, de una magnitud de 6,8, ha dejado cientos de construcciones destruidas, más de 2.600 muertos y al menos 2.500 heridos

La noche del viernes 8 al sábado 9 de septiembre, un terremoto de magnitud 6,8 sacudió Marruecos. El epicentro del seísmo se ha localizado en la localidad de Ighil, a unos 60 kilómetros al suroeste de Marrakech. Tras un primer terremoto a las 23:11 (hora local), se produjeron varias réplicas

El fuerte temblor provocó el derrumbamiento de cientos de edificios y miles de personas quedaron atrapadas entre los escombros. Las autoridades movilizaron a las fuerzas de seguridad y protección civil por las localidades afectadas para auxiliar a las víctimas y evaluar los daños.

El seísmo ha dejado más de 2.680 muertos y al menos 2.500 heridos hasta el momento, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que más de 300.000 personas en Marrakech y sus alrededores están afectadas. Con edificios derruidos y carreteras cortadas, las poblaciones más afectadas ya sufren dificultades para conseguir alimentos.

Se trata del terremoto más fuerte que se ha producido en el país en el último siglo. En 1960, un seísmo de magnitud 5,9 provocó la muerte de 12.000 personas. En 2004, cerca de la costa de Marruecos, otro con magnitud 6,4 sacudió el país; en este caso, el número de víctimas mortales fue menor (no superó las 600 personas).

Marruecos se encuentra entre las placas euroasiática y africana, por lo que es un país que está expuesto a mucha actividad sísmica. La interacción y el movimiento de estas placas tectónicas pueden generar tensiones y deformaciones en la corteza terrestre, lo que finalmente puede desencadenar terremotos.

Falla del Atlas

El terremoto de Marruecos se ha producido en la Falla del Atlas, una importante estructura geológica ubicada en la zona sur del país. La energía acumulada en esa falla generó una fractura de unos 25 kilómetros de largo por 20 kilómetros de ancho, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

El hecho de que el seísmo haya ocurrido en esta zona en concreto ha sorprendido a los geólogos. Según el mapa de riesgo sísmico, que señala qué lugares son más propensos a sufrir terremotos, la falla del Atlas no se consideraba una zona particularmente peligrosa en este sentido. 

Este mapa se basa en el historial de terremotos de los diferentes países. Es decir, marca con mayor riesgo aquellas zonas que ya han sufrido algún seísmo con anterioridad. En Marruecos, la zona norte del país ha sido históricamente más propensa a sufrir terremotos, debido a que se encuentra entre dos placas tectónicas: euroasiática y africana.

Por esta razón, si el país sufría un nuevo terremoto, los expertos esperaban que ocurriera en el norte, donde la sismicidad es mayor. Sin embargo, no ha sido así: el seísmo se ha registrado a unos 500 kilómetros al sur del límite entre ambas placas tectónicas.

Esto explicaría porqué el terremoto ha pillado por sorpresa no solo a la comunidad científica, sino también a las autoridades y a la propia ciudadanía marroquí. En la zona donde ha ocurrido el seísmo, las construcciones no están preparadas para este tipo de incidentes (muchas casas están construidas con materiales como el adobe).

El movimiento de la Tierra

Para entender cómo se produce un terremoto, hay que comprender cómo funcionan las placas tectónicas. Estas son como piezas de un rompecabezas que encajan para formar la superficie de la Tierra. La litosfera se divide en varias placas, que se desplazan lentamente debido a la actividad geológica en la Tierra.

El desplazamiento de las placas hace que haya fricción entre ellas, un proceso que poco a poco acumula energía en la corteza terrestre. Cuando la energía acumulada es muy grande, las rocas que rodean a la placa se rompen. Esta liberación repentina de energía es lo que experimentamos como un terremoto.

Los terremotos generan ondas sísmicas que se propagan a través de la Tierra, creando movimientos y vibraciones en la superficie terrestre. Los edificios, puentes y otras construcciones pueden verse afectados por estas sacudidas, lo que a menudo provoca daños materiales y, en casos extremos, pérdidas humanas.

Después de un terremoto, pueden ocurrir réplicas más pequeñas debido al cambio en la tensión en la corteza terrestre. Estas pueden continuar durante días, semanas o incluso meses después del evento principal. 

Para medir la intensidad de los terremotos se utiliza la magnitud MW o magnitud de momento sísmico. Esta cuantifica en un único número la cantidad de energía liberada por el seísmo en cuestión.

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