La violación de derechos humanos en el país anfitrión ensombrece la competición futbolística más importante del mundo
La ceremonia de inauguración del Mundial de Fútbol de Qatar se celebró este domingo en el estadio Al Bayt frente a unos 60.000 espectadores. Tras el espectáculo se disputó el primer partido de la competición, que enfrentaba a Qatar, la selección anfitriona, frente a Ecuador (el partido terminó con victoria de Ecuador 0-2).
Esta es la 22ª edición de la Copa del Mundo, que es la competición de fútbol más importante a nivel global. Un total de 32 selecciones disputarán la fase de grupos durante dos semanas; las dos mejores de cada grupo pasarán a la fase clasificatoria: los octavos de final empezarán el 3 de diciembre, hasta la gran final del 18 de diciembre.
Entre las selecciones favoritas están Francia, que es la vigente campeona después de ganar el Mundial de Rusia 2018; Brasil, que es la selección con más títulos, y Argentina, que siempre aparece como favorita. Además, esta será seguramente la última oportunidad de ganar un Mundial para Leo Messi, el mejor jugador del mundo.
Sin embargo, en el Mundial de Qatar, el deporte ha quedado en un segundo plano debido a la grave vulneración de los derechos humanos. Numerosas organizaciones humanitarias, activistas y algunos gobiernos han denunciado la situación de los trabajadores migrantes, las mujeres y el colectivo LGTBIQ+ en este país.
Se calcula que más de 6.500 migrantes han muerto durante la construcción de los estadios e infraestructuras del Mundial, por culpa de la falta de seguridad y las pésimas condiciones laborales. Por ese motivo, las ONG han llamado a boicotear la competición.
A pesar de las críticas, Qatar no ha dejado de invertir en la competición, que ya es la más cara en la historia de los Mundiales: se han destinado más de 200.000 millones de dólares en estadios, hoteles, carreteras, aeropuertos… (En Rusia 2018 se invirtieron cerca de 14.000 millones).
Boicot sobre el escenario
Las denuncias sobre la situación de los derechos humanos en Qatar han hecho que muchos artistas renuncien a participar en la ceremonia de inauguración y en otras actuaciones previstas a lo largo de las cuatro semanas de torneo.
El cantante británico Rod Stewart confesó hace unos días que había rechazado una oferta de más de un millón de dólares por participar en la inauguración. Lo mismo ha hecho la artista británica Dua Lipa, que en un stories de Instagram escribió que visitaría Qatar cuando se respeten los derechos humanos.
La cantante colombiana Shakira tampoco estará en Qatar, después de muchos rumores sobre su participación. La artista ya ha participado en las ceremonias de inauguración y clausura de otros tres Mundiales: Alemania 2006 con Hips don’t lie, Sudáfrica 2010 con la famosa canción Waka Waka y en Brasil 2014 con La la la.
Otras personalidades como Ibai Llanos también se han desmarcado del Mundial de Qatar. El streamer renunció a viajar con la selección española para grabar contenidos exclusivos y reflexionó en su canal de Twitch sobre la corrupción y las presiones que existen en el mundo del fútbol y las grandes competiciones.
La ceremonia de inauguración estuvo conducida por el popular actor estadounidense Morgan Freeman y el youtuber qatarí Ghanim al Muftah, un joven de 20 años con más de 3 millones de seguidores en su país. Al Muftah sufre síndrome de regresión caudal, una enfermedad que le hace parecer como si solo tuviera medio cuerpo, y utiliza las redes sociales para concienciar sobre el respeto y la diversidad. Durante el espectáculo también actuó Jung Kook, cantante de la banda de K-pop BTS.
Fútbol en Qatar
Por primera vez en la historia del Mundial, el torneo se celebra en un país árabe, y eso ha supuesto varios retos para su organización. Por un lado, Qatar se encuentra en la península Arábiga, donde el clima es seco y las temperaturas muy altas, lo que dificulta la práctica deportiva de alto nivel.
Esto ha obligado a desplazar la competición. El Mundial de Fútbol suele realizarse entre los meses de julio y agosto (verano en el hemisferio norte), aprovechando que la mayoría de ligas de fútbol han terminado. Sin embargo, las temperaturas veraniegas son todavía más extremas en Qatar, por lo que el Mundial 2022 se retrasó hasta noviembre.
Es la primera vez en la historia que un Mundial se celebra en estas fechas. Esto ha obligado a detener todas las competiciones a nivel nacional, que se retomarán a finales de diciembre, después de que el Mundial haya terminado.
Por otro lado, Qatar no es un país con una gran tradición futbolística. Esto significa que el país no disponía de la infraestructura necesaria para alojar una competición tan grande como un Mundial de Fútbol, que puede atraer a centenares de miles de espectadores de todo el mundo.
No obstante, es un país inmensamente rico gracias a sus reservas de petróleo y esto le ha permitido construir grandes estadios, instalaciones deportivas y hoteles en poco más de una década, desde que la FIFA nombró a Qatar sede del Mundial 2022. Las voces más críticas denuncian que las autoridades qataríes utilizaron su riqueza y su influencia para imponer su candidatura ante la FIFA.