Un partido favorable a la reunificación de Irlanda gana las elecciones en esta región del Reino Unido por primera vez en la historia
El Sinn Féin ha sido el partido más votado en las elecciones autonómicas de Irlanda del Norte con un 29% de los votos y 27 diputados. Se trata de una victoria histórica para los nacionalistas irlandeses, que quieren que esta región vuelva a formar parte de Irlanda (ahora pertenece al Reino Unido).
Es la primera vez que el Sinn Féin supera en votos al Partido Unionista Democrático (DUP), un partido que defiende la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido. Ambas formaciones políticas representan las diferencias entre las dos comunidades que allí conviven: los nacionalistas del Sinn Féin son republicanos y católicos, mientras que los unionistas del DUP son monárquicos y protestantes.
El Sinn Féin se considera el brazo político del IRA, un grupo armado que cometió numerosos atentados para reivindicar el regreso de Irlanda del Norte dentro de Irlanda. El IRA renunció de forma definitiva a la violencia en 2005.
Durante décadas, el enfrentamiento entre nacionalistas y unionistas provocó un grave conflicto en Irlanda del Norte. Por ese motivo, para garantizar la paz y la convivencia, los partidos más votados de ambas comunidades deben gobernar en coalición: eso significa que el Sinn Féin deberá formar gobierno con el DUP, que es el partido unionista más votado.
El gobierno en Stormont, el parlamento norirlandés, no ha sido fácil en los últimos meses. Por un lado, los acuerdos del Brexit han dejado a Irlanda del Norte en una situación excepcional que ha perjudicado el comercio y la economía. Por el otro, la crisis económica, el desempleo y la falta de oportunidades para los más jóvenes han hecho aumentar el descontento y el malestar general.
Esta situación ha perjudicado el gobierno liderado por el DUP y ha dado alas al Sinn Féin, que ha hecho una campaña electoral centrada en el referéndum de reunificación y en los problemas de la población: ha prometido más ayudas sociales, vivienda asequible y una subida de impuestos a los más ricos.
La reunificación de Irlanda es uno de los principales objetivos del Sinn Féin, pero la celebración de un referéndum no es tan sencilla. Por un lado, podría volver a reavivar el conflicto entre católicos y protestantes, que provocó miles de muertes; por el otro, el gobierno británico no estaría dispuesto a renunciar a esta región.
El conflicto de Irlanda del Norte
Irlanda del Norte es una región en el norte de la isla de Irlanda que ha estado bajo disputa de irlandeses y británicos durante siglos. Cuando Irlanda se independizó del Reino Unido en 1921, la isla se dividió e Irlanda del Norte quedó bajo control del gobierno británico, aunque una parte de los irlandeses nunca ha renunciado a recuperar esta región.
El Ejército Republicano Irlandés (IRA) lideró el movimiento de independencia de Irlanda en 1921. Tras la división de la isla, una parte del IRA se radicalizó y decidió recurrir a la lucha armada para recuperar Irlanda del Norte.
El IRA se convirtió en un grupo paramilitar y, durante décadas, llevó a cabo varios atentados terroristas para exigir la unificación de Irlanda. Por su parte, el ejército inglés también actuó con violencia para reprimir a los independentistas irlandeses.
El conflicto norirlandés, conocido como The Troubles [Los Problemas], se extendió desde finales de la década de 1960 hasta 1998, cuando se firmaron los acuerdos de paz. El enfrentamiento provocó la muerte de más de 3.500 personas entre soldados británicos, miembros del IRA y civiles víctimas del fuego cruzado y de los atentados.
En 1998 se firmó el Acuerdo de Paz de Viernes Santo, que incluía a los diferentes partidos políticos de Irlanda del Norte, y en 2005 el IRA abandonó las armas. Sin embargo, el conflicto entre ambas comunidades sigue muy presente.
Irlanda del Norte: la línea roja del Brexit
Irlanda del Norte fue uno de los principales escollos del acuerdo del Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Aunque esta región forma parte del Reino Unido, está ubicada físicamente en la isla de Irlanda (que es un país miembro de la Unión Europea), lo que ha dificultado la aplicación de la nueva normativa.
El transporte de mercancías y la movilidad de personas entre el Reino Unido y cualquier país de la UE se ha endurecido con el Brexit: hay que pasar más controles y esto alarga y encarece los procesos. Es lo que se conoce como “frontera dura”.
No obstante, los Acuerdos de Viernes Santo establecen que no puede haber una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte: así se facilitan las relaciones comerciales y se evitan más conflictos.
Para mantener la frontera dura con la Unión Europea, el gobierno del Reino Unido decidió establecer esa frontera en el mar de Irlanda (entre las islas de Irlanda y de Gran Bretaña): es lo que se conoce como Protocolo de Irlanda, una cláusula que permitió desencallar las negociaciones del Brexit.
De esta forma, el gobierno británico tiene pleno control sobre las importaciones europeas, pero de rebote también perjudica el transporte de mercancías entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.
Esta situación ha molestado a los dirigentes del DUP, que hicieron campaña a favor del Brexit para apoyar al primer ministro británico, Boris Johnson, pero ahora se sienten traicionados. En ese sentido, los unionistas pro-británicos preferirían la normativa comercial europea que se aplica en el resto de Irlanda, lo que sería un punto a favor de la reunificación.