El misterioso grafitero ha sorprendido con una serie de animales en diferentes rincones de la capital británica
Bansky ha regresado a las calles de Londres con una intervención en serie en diferentes lugares de la capital británica. Bajo el título «Zoo de Londres», el artista anónimo ha pintado un animal diferente cada día durante una semana en distintas ubicaciones, lo que ha generado una gran expectación y ha mantenido a la ciudad en vilo.
Las obras, confirmadas por el propio Banksy a través de publicaciones en su cuenta de Instagram, han generado una expectación sin precedentes. Tras ser publicadas en la red social, cada una de estas obras ha visto aumentar su valor y el interés de los londinenses y seguidores internacionales.
La última obra confirmada hasta el momento es un mural que convierte una cabina policial situada en Ludgate Hill en un acuario gigante. Las autoridades locales evalúan cómo proceder ante lo que consideran «daños criminales» a una infraestructura de seguridad.
Esta última creación, que muestra un grupo de peces nadando dentro de la cabina, presenta un estilo que difiere de las típicas siluetas que caracterizan los trabajos anteriores de Bansky. Sin embargo, el artista ha confirmado su autoría a través de Instagram.
Este es el séptimo mural que aparece esta semana en diferentes puntos de la ciudad, lo que ha provocado una ola de especulaciones sobre el significado de los animales representados. La serie comenzó con la aparición de una cabra pintada en una cornisa en el suroeste de Londres, seguida de dos elefantes en el barrio de Chelsea, tres monos en un puente de Shoreditch, y un lobo aullando en una antena parabólica en Peckham.
El lobo, en concreto, fue robado por un grupo de encapuchados frente a la atónita mirada de los transeúntes. Esta no es la primera vez que el artista se enfrenta a situaciones similares. A lo largo de los años, muchas de sus obras han sido vandalizadas o destruidas accidentalmente, como «Chica con tímpano perforado» en Bristol, que fue manchada con pintura negra, o «Rata con paracaídas», que fue destruida por error en Melbourne.
El artista anónimo más famoso del mundo
La popularidad de Banksy ha trascendido las fronteras del arte callejero para convertirse en un fenómeno global. Sus grafitis y murales callejeros se han convertido en obras de arte que la gente reconoce por su estilo combativo y su mensaje de denuncia. En todo el mundo se organizan exposiciones con sus dibujos… pero nadie sabe quién es.
El anonimato es una de las características que definen a Banksy, un artista británico que ha preferido mantener su persona en la sombra y reservar todo el protagonismo para su obra. Banksy es artista callejero, pero sobre todo es un activista político.
Sus pinturas denuncian grandes problemas como la pobreza y la desigualdad, el consumismo desenfrenado, las consecuencias del capitalismo o los efectos de la guerra y la violencia en los más vulnerables.
Banksy ha participado en varias campañas que denuncian la vulneración de los derechos humanos. Por ejemplo en la Franja de Gaza, donde la población palestina sufre los ataques y bombardeos del ejército israelí.
También elaboró un mural para denunciar la situación de la periodista y artista turca Zehra Dogan, condenada a dos años y diez meses de prisión por pintar un cuadro de la ciudad de Nusaybin en guerra. En Nusaybin, la mayoría de la población es kurda, un pueblo contrario al gobierno de Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía. Asimismo, ha realizado un mural en Ucrania.
Otra de las peculiaridades de este artista es que sus obras aparecen de improviso en paredes, muros y edificios de todo el mundo. Banksy suele pintar de noche, para que nadie le descubra y para conseguir un efecto sorpresa.
Las autoridades siempre han considerado el grafiti como una forma de vandalismo, pero en el caso de Banksy es todo lo contrario. Cada nueva pintura aparece en las noticias y se convierte en un reclamo para curiosos y turistas.
El negocio del arte
Banksy siempre se ha negado a vender su obra, porque su objetivo no es enriquecerse. Pero esto no ha impedido que los propietarios de casas y edificios arranquen los muros donde se encuentran sus dibujos y los vendan en subastas, donde se pagan decenas de miles de euros por un Banksy original.
Su obra «Niña con globo», que se autodestruyó parcialmente tras ser subastada por Sotheby’s en 2018, se revendió en 2021 por 21 millones de euros, un claro ejemplo de la fascinación que ejerce sobre el mercado del arte.
Este incidente no solo aumentó su fama, sino que también subrayó la naturaleza efímera y subversiva de su trabajo y la crítica que conlleva a la mercantilización del arte.