El país celebra las cuartas elecciones en dos años debido a la falta de acuerdo entre los partidos políticos
Israel ha celebrado las cuartas elecciones en dos años debido a un bloqueo político que enfrenta a los principales partidos e impide formar un gobierno de coalición estable. Las elecciones en Israel se celebran cada cuatro años, pero la falta de acuerdo entre los partidos ha provocado el adelanto electoral.
La Knéset, que es como se conoce al parlamento israelí, tiene un total de 120 escaños y la mayoría absoluta se sitúa en los 61 diputados. En esta ocasión, ni el bloque a favor del actual primer ministro, Benjamin Netanyahu, ni el bloque de la oposición han conseguido una mayoría suficiente para gobernar.
El partido de Benjamin Netanyahu, el Likud, ha ganado las elecciones con XX votos, aunque no tiene mayoría absoluta y deberá aliarse con otros partidos de derechas para gobernar. El segundo más votado ha sido el partido de centro Yesh Atid, con XX escaños.
A diferencia de otros países como Estados Unidos o España, donde domina un sistema bipartidista en el que dos partidos se alternan en el poder, Israel es un país con un sistema pluripartidista. Esto hace más difícil que un único partido obtenga mayoría absoluta, de modo que los partidos deben llegar a acuerdos para formar gobiernos de coalición.
Las anteriores elecciones se celebraron el 2 de marzo de 2020; era la tercera vez que se convocaban tras el fracaso de las negociaciones. En abril se formó un gobierno de coalición entre el Likud, el partido Azul y Blanco (el principal partido de la oposición), varios partidos religiosos e incluso algún diputado del partido laborista.
Sin embargo, las diferencias ideológicas entre los diferentes partidos y los problemas judiciales de Netanyahu, que está siendo juzgado por corrupción, han vuelto a adelantar los comicios.
Netanyahu: un político controvertido
A sus 71 años, Benjamin Netanyahu es el político que más tiempo ha gobernado en Israel. Fue elegido primer ministro por primera vez durante el período 1996-1999. Volvió a ganar las elecciones en 2009 y ahora se prepara para su sexto gobierno. El actual primer ministro tiene a la sociedad israelí dividida a su favor o en su contra.
Para sus seguidores, no existe mejor político: ha conseguido firmar acuerdos de paz con los Emiratos Árabes y Bahrein, lo que supone un hito en las relaciones entre Israel y los países árabes.
Además, Israel lidera la campaña de vacunación contra la covid-19 en el mundo: ya se han administrado cerca de 10 millones de vacunas en un país con 8,6 millones de habitantes y el 50% de la población está totalmente vacunada, según datos de Our World in data.
Sin embargo, Netanyahu también es el primer gobernante de Israel acusado de corrupción en el ejercicio de sus funciones. En 2016 fue acusado de recibir regalos a cambio de favores políticos para beneficiar su imagen de primer ministro. Los juicios por estos delitos siguen pendientes de celebrarse.
Otra de las grandes críticas a Netanyahu a nivel internacional son sus políticas en la Franja de Gaza y el conflicto con Palestina, que se arrastra desde hace décadas. Bajo su gobierno, Israel ha ganado terreno a base de construir asentamientos ilegales y reducir el territorio palestino, mientras que el gobierno palestino palestino de Hamás ataca a Israel para evitar sus avances.
Por otro lado, el gobierno israelí mantiene los bloqueos económicos sobre la Franja de Gaza con el pretexto de garantizar la seguridad de su población. Como consecuencia, dos millones de palestinos sufren una grave falta de medicamentos, alimentos y productos básicos, una situación que empeora durante la epidemia de coronavirus.
El sistema electoral israelí
Israel tiene una población de 8,6 millones de habitantes, de los que casi 6,5 millones tienen derecho a voto. Estas elecciones servirán para elegir los miembros de la 24º Knéset, que a su vez elegirá al 36º primer ministro del país.
El partido Likud (La Consolidación) lleva gobernando ininterrumpidamente desde 2009 y posiblemente continúe en el gobierno, ya sea liderando el gobierno o en una coalición. Se trata del principal partido de derechas no religioso, aunque tradicionalmente ha pactado con partidos religiosos.
Bajo esa misma ideología se encuentran partidos más pequeños, como Beitenu (Nuestro Hogar) y Tikva Hadasha (Nueva Esperanza), que de hecho son escisiones del Likud. Son partidos nacionalistas que defienden políticas económicas de derechas. Estos podrían formar coalición con Netanyahu bajo la condición de que no pacte con los partidos religiosos, cosa que lleva haciendo en los últimos años.
En el centro y liderando la oposición a Netanyahu se encuentran los partidos de Yesh Atid (Hay Futuro) y Azul y Blanco. En las anteriores elecciones se presentaron juntos con la promesa de “echar a Netanyahu del gobierno”, pero al final Azul y Blanco acabó pactando con el Likud. Por eso en estas elecciones Azul y Blanco ha perdido una parte importante de sus votantes.
Por otro lado están los partidos religiosos, de ideología más conservadora: desde los ultraortodoxos como Judaísmo Unido de la Torá o Shas a los más liberales, como Yamina (Derecha) u Hogar Judío, serán probables aliados de Netanyahu.
Los principales partidos de izquierdas de la Knéset son Avoda (Partido Laborista) y Meretz (Vigor), aunque no tienen suficiente peso para ofrecer una alternativa política a los partidos de derecha liderados por el Likud. Estos partidos defienden unas políticas más sociales y son partidarios del diálogo con Palestina.
Por último, la minoría musulmana en Israel también tiene representación en el Parlamento israelí con el partido Lista Árabe Únida.