3 diciembre 2024
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3 diciembre 2024

Encontrado un antiguo circo romano en el norte de España

La instalación, de al menos 280 metros de longitud, ha sido descubierta en el subsuelo del yacimiento de Iruña-Veleia (Vitoria)

El yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia es uno de los más destacados de toda la Península Ibérica. Situado en el municipio de Iruña de Oca,​ a unos 10 km de la ciudad de Vitoria, este espacio alberga restos arqueológicos clave para entender cómo se vivió la época romana en la provincia de Álava y el País Vasco.

Ahora la Diputación foral de Álava y la empresa Arkikus acaban de dar a conocer la existencia de lo que fue un circo romano en este yacimiento. Se trata de un recinto de 280 metros de longitud y 72 de anchura (como tener tres campos de fútbol seguidos) que, según las primeras estimaciones, pudo albergar en torno a 5.000 espectadores.

Los circos eran uno de los edificios más importantes en las ciudades romanas, similar en función y prominencia a los teatros y anfiteatros. Por eso este descubrimiento es tan importante: deja en evidencia que esta zona del País Vasco tenía una gran relevancia en la época romana.

El hallazgo ha sido posible gracias a la teledetección de la superficie del yacimiento a través de fotografías aéreas históricas y modernas, cartografía e imágenes obtenidas mediante vuelos de dron. Este sería el tercer circo romano conocido en la mitad norte de la Península Ibérica tras los de Tarraco y Calagurris. Asimismo, es el único que conserva su trazado original al no estar oculto por edificaciones modernas.

Además del circo, la teledetección también ha permitido ver restos de calles, viviendas, zonas porticadas y el paso de la Iter XXXIV, la calzada romana que iba de Astorga a Burdeos.

 Entretenimiento en la Antigua Roma

El circo romano, junto al teatro y el anfiteatro, es una de las instalaciones más importantes de las ciudades romanas. Estas estaban destinadas a divertir al pueblo: proporcionaban a los ciudadanos un lugar para el entretenimiento masivo, por lo que eran un espacio clave en la vida social y cultural de los romanos

Para entretener, los circos albergaban todo tipo de espectáculos: carreras, desfiles, representaciones, festivales… Además, los emperadores y líderes políticos utilizaban los eventos en los circos para ganar popularidad y apoyo entre el pueblo. Por ejemplo, patrocinar carreras era una manera de demostrar generosidad y poder.

En cuanto a su estructura, los circos solían ser recintos muy alargados con remates circulares en los extremos, teniendo generalmente una forma oval más o menos alargada. En el centro, rodeada de gradas generalmente de piedra, estaba la arena: ahí es donde tenía lugar el espectáculo.

El más grande y famoso de todos es el Circo Máximo (Circus Maximus), situado en Roma. Este podía albergar a cientos de miles de espectadores. Su forma era tan desarrollada e innovadora que se convirtió en el modelo de los circos de todo el Imperio romano. Actualmente, es un parque público.

Circos romanos en la Península Ibérica

En la Península Ibérica, los circos también fueron una parte integral de las ciudades importantes durante el dominio romano. Estos sirvieron como centros de entretenimiento y juego, reflejando la influencia cultural y arquitectónica de Roma en Hispania.

Aunque fueron más pequeños en tamaño que los circos de las grandes ciudades como Roma, miles de hispanos de todas las comarcas y provincias disfrutaron de espectáculos circenses. Por ejemplo, en Mérida. Allí se encuentra el circo romano mejor conservado de la Península Ibérica.

Este se construyó en las primeras décadas del siglo I d.C. y medía 403 metros de largo por 96 metros de ancho; sin contar el graderío, que tenía unas 30.000 plazas de capacidad. Esto lo convierte en uno de los circos romanos más grandes de España, reflejando la importancia de la ciudad de Mérida en aquella época. 

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