Escalada de violencia en Cisjordania

El nuevo gobierno de ultraderecha en Israel aumenta la represión contra la población palestina y desencadena varios ataques contra civiles

La población de Cisjordania, uno de los dos territorios que forman el Estado de Palestina, ha vivido graves ataques armados en los últimos días, en los que han muerto tanto civiles palestinos como israelíes.

El 26 de enero, el ejército israelí llevó a cabo una redada militar en un campo de refugiados de la ciudad de Yenín, al norte de Cisjordania. El objetivo era arrestar a terroristas yihadistas que el gobierno de Israel tenía identificados, pero la operación militar terminó con 9 palestinos muertos, incluyendo a varios civiles. Otras veinte personas resultaron heridas. 

Las Fuerzas de Defensa de Israel justificaron el ataque porque los supuestos terroristas estaban planeando ataques contra la población israelí. No obstante, las autoridades palestinas denunciaron que los soldados israelíes también atacaron a varios jóvenes que intentaban impedir su entrada al campo de refugiados.

Al día siguiente, el 27 de enero, se produjo un tiroteo en una sinagoga de Jerusalén, una ciudad que se encuentra en la parte central de Cisjordania. Jerusalén es una ciudad con una gran importancia histórica y religiosa tanto para musulmanes como judíos, por eso palestinos e israelíes se disputan su soberanía: Israel considera que Jerusalén es su capital, mientras que Palestina reclama la parte este de la ciudad.

El ataque a la sinagoga tuvo lugar en la parte oriental de la ciudad: murieron 7 personas. Un día después, se produjo otro ataque en Jerusalén este: un niño palestino de 13 años empezó a disparar cerca del centro histórico e hirió a dos personas. El atacante fue abatido por las personas de la calle con sus propias armas (las leyes de posesión de armas son muy permisivas en Israel, con el objetivo de frenar este tipo de ataques terroristas).

Los ataques armados en ciudades palestinas son habituales debido al enfrentamiento entre las autoridades israelíes y la población palestina, que sufre la represión y la violación de derechos de forma sistemática. 

Extrema derecha en Israel

Esta escalada de violencia coincide con la llegada de un nuevo gobierno de ultraderecha en Israel. El ex primer ministro Benjamin Netanyahu, a pesar de estar acusado por diferentes cargos de fraude y corrupción, ganó las elecciones en noviembre de 2022.

Israel tiene un sistema pluripartidista, lo que significa que es más difícil que un solo partido obtenga la mayoría absoluta en la Knesset, el parlamento israelí. El partido de Netanyahu, el Likud, fue el más votado en las elecciones pero no tenía suficientes escaños para gobernar, así que formó una coalición de partidos ultraconservadores.

Uno de los miembros más controvertidos del nuevo gobierno es Itamar Ben-Gvir, líder del partido ultranacionalista Poder Judío, que ha sido nombrado ministro de Seguridad Nacional. Ben Gvir es un ferviente defensor de los colonos israelíes, que están construyendo asentamientos en territorio palestino de forma ilegal, y ha sido acusado de promover políticas racistas y antiárabes.

Tras los ataques de los últimos días, el gobierno israelí ha anunciado nuevas medidas que aumentan la represión contra la población palestina. Por un lado, se reforzarán las operaciones militares; por el otro, el gobierno israelí podrá retirar el permiso de residencia y trabajo en Jerusalén a los familiares de los militantes yihadistas (o de aquellas personas que el gobierno considere que lo son). Esto les obligaría a abandonar sus casas e instalarse en los territorios ocupados.

Además, se cambiarán las leyes para ampliar el acceso a armas por parte de la población civil. Hasta ahora, solo las personas vinculadas al ejército podían llevar armas por la calle, además de los ciudadanos israelíes que viven en zonas consideradas peligrosas, como los territorios ocupados. Las organizaciones humanitarias temen que las nuevas leyes hagan aumentar todavía más los ataques contra palestinos.

Setenta años de conflicto

El origen del conflicto entre Israel y Palestina se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando miles de judíos emigraron desde Europa huyendo de la persecución del régimen nazi. La región de Palestina, en Oriente Próximo, representaba una tierra prometida según la religión judía y por eso se instalaron allí. 

No obstante, este territorio había sido habitado por el pueblo palestino desde hacía siglos, lo que provocó un conflicto que involucró a diferentes países y que se ha mantenido hasta hoy. Las múltiples guerras terminaron con la expansión de Israel y la división de Palestina en dos territorios: la Franja de Gaza y Cisjordania.

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Las diferencias entre Israel y Palestina ante la comunidad internacional son importantes. Israel es miembro de pleno de derecho de las Naciones Unidas. A pesar de ser un país pequeño (menos de 10 millones de habitantes) tiene una economía muy rica y su ejército es uno de los más potentes del mundo. Además, cuenta con Estados Unidos como uno de sus principales aliados. 

Por su parte, aunque Palestina ha sido reconocida como Estado por la mayoría de países de las Naciones Unidas (más de 130 países), carece del reconocimiento formal de potencias tan influyentes como Estados Unidos o la Unión Europea. Además, la guerra y el bloqueo económico impulsado por Israel (que impide que otros países puedan establecer acuerdos comerciales con Palestina) afectan a su desarrollo económico.

Numerosas organizaciones humanitarias e instituciones internacionales denuncian desde hace años la represión y la ocupación ilegal de Gaza y Cisjordania. También hay muchos israelíes que no están de acuerdo con el actual gobierno de ultraderecha y que se enfrentan a multas y detenciones por defender los derechos de la población palestina.

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