Los gobiernos sueco y finlandés inician el proceso para unirse a la alianza militar liderada por Estados Unidos, a pesar de las amenazas de Rusia
La guerra en Ucrania está transformado el mapa de alianzas en Europa y en todo el mundo. Ucrania cuenta con el apoyo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza política y militar liderada por Estados Unidos, mientras que otros países como China, India o Irán se han negado a condenar el ataque de Rusia.
Los países en Europa también se han posicionado en función de sus intereses y de su proximidad con Rusia. La Unión Europea y sus 27 países miembro forman parte de la OTAN, igual que el Reino Unido, mientras que Bielorrusia apoya al gobierno de Putin. Otros países se han mantenido neutrales ante el conflicto.
Sin embargo, a medida que la guerra se alarga y que parece que Putin no tiene intención de ceder en los ataques, estos países neutrales están cambiando de opinión. Es el caso de Suecia y Finlandia, dos países del norte de Europa que no forman parte de la OTAN pero que ahora quieren unirse a esta Alianza para defenderse en caso de entrar en guerra.
Finlandia comparte más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia. Por su parte, Suecia también está dentro del alcance de los misiles rusos. Durante décadas, ambos países se han mantenido neutrales para evitar el conflicto con Rusia.
Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania ha provocado una gran inquietud entre la población, que teme que Rusia también pueda atacar su territorio. Por ese motivo, ambos países solicitarán formalmente su entrada a la OTAN: los gobiernos sueco y finlandés esperan que el proceso de adhesión pueda acelerarse y tarde semanas en lugar de meses.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha advertido de que, si Suecia y Finlandia se unen a la OTAN, Rusia reforzará la presencia militar en el mar Báltico, desplazando hasta allí armamento nuclear.
Rusia y la amenaza de la OTAN
La OTAN se creó en 1949 durante la Guerra Fría, un período de tensión política que surgió tras la Segunda Guerra Mundial. En aquella época, el mundo quedó dividido en dos bloques: uno liderado por Estados Unidos y otro por la Unión Soviética (una federación de países comunistas en la que Rusia era el estado más influyente).
Tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, Rusia creó la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una organización política y militar que reúne a seis países de la antigua Unión Soviética. Sin embargo, en las últimas décadas, Rusia ha ido perdiendo influencia frente a la OTAN y la coalición de países occidentales.
En cambio, la OTAN ha ido ampliando sus miembros y en la actualidad cuenta con 30 países de América del Norte y Europa que, en caso de ataque, se defenderían entre ellos. Entre 2004 y 2020, once países del este de Europa entraron en la OTAN: Rumania, Bulgaria, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania, Albania, Croacia, Montenegro y Macedonia del Norte.
Putin considera que esta expansión de la OTAN supone un ataque para su seguridad, ya que los países del este de Europa están muy cerca de las fronteras rusas y las bases militares de la OTAN representan una amenaza militar.
En el caso de Suecia y Finlandia, Putin teme un posible boicot al transporte marítimo por parte de estos países, que podrían cerrar el paso por el mar Báltico y aislar la ciudad de San Petersburgo, una de las más importantes de Rusia.
80 años preparándose para la guerra
Finlandia y Rusia estuvieron en guerra al principio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), durante la llamada Guerra de Invierno. El ejército de la Unión Soviética atacó a Finlandia para hacerse con parte de su territorio. Los finlandeses aprovecharon el escenario invernal y las temperaturas de hasta 40 grados bajo cero para provocar bajas en el ejército invasor; no obstante, los soviéticos eran muchos más.
El conflicto terminó con la firma del Tratado de Paz de Moscú de 1940, según el cual Finlandia cedía una décima parte de su territorio a los soviéticos para acabar con las hostilidades. A pesar de perder parte de su territorio, Finlandia ganó reconocimiento internacional por haber soportado durante meses la invasión del ejército soviético, mucho más numeroso.
Desde entonces, el país nórdico se ha mantenido al margen de cualquier conflicto que pudiera involucrar a Rusia para evitar un nuevo enfrentamiento. A pesar de ser un país muy grande, Finlandia tiene una población muy pequeña para defenderlo (menos de 6 millones de personas).
Sin embargo, eso no significa que el país se haya quedado de brazos cruzados: durante décadas han perfeccionado un sistema de defensa que incluye más de 50.000 refugios antiaéreos. Todos los edificios de más de 1.200 metros cuadrados deben tener un refugio, habilitado con sistema de ventilación y disponible para ser ocupado en 72 horas.