Comprar solo lo que necesitamos, envolver los regalos con papel reciclado u optar por productos de segunda mano son algunas acciones que contribuyen a reducir el impacto ambiental de estas fiestas
La Navidad ha llegado oficialmente: las calles se llenan de luces, estamos de vacaciones y nos reencontramos con nuestra familia. Pero esta época del año es recordada principalmente por los regalos. En Navidad, la mayoría de personas compran regalos para sus familiares y amigos y el consumo experimenta un incremento considerable.
Según un estudio realizado en 2023 por Deloitte, cada hogar español estima gastar estas Navidades una media de 634 euros. La mayor parte del dinero irá dirigida a comprar regalos, pero también se destinará a comida y bebida, actividades de ocio y viajes.
La Navidad es una época del año en la que se fomenta el consumismo, una tendencia que nos empuja a comprar más y más, incluso aquellas cosas que no necesitamos. Este comportamiento hace que muchas personas se vuelvan materialistas y solo le den importancia a los bienes materiales. Por ejemplo, valoran positivamente la Navidad si han recibido muchos regalos.
Pero además, el consumismo produce otro problema global: pone en peligro los recursos naturales disponibles en la Tierra. El impacto del cambio climático y la pérdida de la biodiversidad cada vez es más evidente y el consumo a gran escala es uno de los factores que acelera el deterioro del planeta.
El impacto del consumo en la Tierra
La organización GreenPeace denuncia que el ser humano necesitará tres planetas para abastecer el ritmo actual de consumo, sobre todo porque se prevé que para 2050 seremos 9.600 millones de personas en la Tierra. ¿Qué tipo de comportamientos de consumo impactan directamente en el medioambiente?
La gran mayoría de lo que consumimos tiene plástico. Por ejemplo, durante las compras navideñas es muy común utilizar bolsas de este material. Mientras que estas se utilizan durante apenas unos minutos para transportar productos de un lugar a otro, su degradación tarda cientos de años en producirse. Esto no solo ocurre con las bolsas, sino también con las botellas o pajitas de plástico.
En Navidad también es muy común comprar productos de moda. Según denuncia el Parlamento Europeo, la ropa, el calzado y los artículos textiles para el hogar son grandes responsables de la contaminación del agua y las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, para fabricar una camiseta nueva se necesitan unos 2.700 litros de agua.
Otro de los problemas medioambientales tiene que ver con los aparatos electrónicos. Muchos de estos productos que se regalan en Navidad tienen obsolescencia programada, es decir, los fabricantes configuran estos aparatos para que dejen de servir después de un tiempo determinado. Como consecuencia, cada año se producen aproximadamente 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, según la ONU.
Consumo sostenible y responsable
Para reducir el impacto de nuestro consumo en la Tierra, especialmente en Navidad, podemos realizar ciertas acciones que son muy sencillas. Por ejemplo, podemos aprovechar estas fechas para eliminar el uso de las bolsas de plástico, que son altamente contaminantes, y llevar bolsas reutilizables al hacer nuestras compras navideñas.
También podemos utilizar papel reciclado para envolver los regalos, como papel de periódico o papel reutilizado de años anteriores. Incluso se puede utilizar algún pañuelo o prenda de ropa para envolverlos, que pueden formar parte del regalo final.
A la hora de comprar regalos podemos optar por productos de segunda mano que estén en buen estado. Fabricar objetos nuevos requiere utilizar muchos materiales y tanto su fabricación como transporte requerirá el uso de combustibles fósiles contaminantes. También podemos regalar bienes no materiales, como por ejemplo una entrada a un concierto o una visita a un museo.
Pero lo más importante es ser conscientes de qué cosas necesitamos y de cuáles podemos prescindir. En ocasiones tenemos productos en casa que siguen funcionando y cumplen perfectamente su función, ya sea una prenda de ropa o un aparato electrónico. Por eso es importante evitar comprar por comprar. Si reducimos nuestro consumo, generaremos menos residuos y seremos más respetuosos con el medioambiente.