Con esta medida pionera, en el país galo será más difícil modificar el derecho de las mujeres a interrumpir el embarazo
El Senado francés apróbo la semana pasada la inclusión del derecho al aborto en la Constitución, con 267 votos a favor y 50 en contra. Este 4 de marzo, será el turno del Congreso, donde los diputados también votarán la medida.
De esta manera, se modificará el artículo 34 de la Carta Magna, en el que se inscribirá “la libertad garantizada de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”. Se trata de una medida pionera: Francia será el primer país del mundo en incluir el aborto en la Constitución.
El derecho al aborto existe en el país desde 1975 gracias a la ley impulsada por Simone Veil, una figura clave en la lucha por los derechos reproductivos de las mujeres en Francia. Como ministra de Salud, Veil presentó la ley que legalizó la interrupción del embarazo, permitiendo a las mujeres acceder al aborto de manera segura y legal.
La reforma constitucional parte de una propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron. Pese a que su partido no tiene mayoría en ninguna de las dos Cámaras, Macron y los suyos han logrado sacar adelante esta medida, que cuenta con un amplio apoyo popular.
El Gobierno considera que es necesario inscribir el derecho al aborto en la Constitución para evitar lo que ha pasado en países como Estados Unidos, donde cada Estado tiene la potestad de decidir cómo legalizar el aborto según la ideología del gobierno de turno. Esto ocurre desde junio de 2022, cuando el Tribunal Supremo derogó la ley que había.
Con la reforma constitucional francesa será más difícil modificar el derecho al aborto, pues será necesaria una mayoría cualificada de tres quintos en el Congreso si se quiere volver a modificar la Constitución.
El caso de Estados Unidos
La propuesta del presidente Macron de incluir el aborto en la Constitución tiene su origen en lo que pasó en Estados Unidos en 2022. En junio de ese año, el Tribunal Supremo de EE.UU. derogó el derecho federal al aborto en el país.
En aquel momento, la corte judicial tenía mayoría conservadora: 6 de sus 9 miembros tenían posturas tradicionales en temas como el aborto, la familia, el colectivo homosexual, la inmigración o los derechos de la mujer.
El Tribunal Supremo anuló la ley de 1973 que hasta entonces garantizaba el derecho de las mujeres a interrumpir el embarazo en los 50 estados del país. Esto dio vía libre a cada estado para decidir si legalizar o prohibir el aborto, dependiendo de la ideología de su gobierno regional.
Ya han pasado casi dos años desde la derogación de la ley. Hasta ahora, 15 estados han prohibido el aborto, entre los que se encuentran Alabama, Indiana, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Oklahoma, Tennessee y Texas. La mayoría de ellos se encuentran al sur de Estados Unidos, tal como expone el mapa elaborado por Guttmacher Institute.
Ahora el acceso al aborto ha dejado de ser un derecho de todas las mujeres del país y depende en gran medida de factores como la raza, el dinero, el estatus del seguro médico y el código postal de la persona, según denuncia la organización Planned Parenthood.
Aborto, derecho de las mujeres
El aborto es una de las principales demandas del feminismo. Este movimiento político y social busca la igualdad entre las personas y la eliminación de cualquier forma de discriminación o violencia contra las mujeres. Entre sus objetivos, está que las mujeres puedan decidir libremente y de manera voluntaria si quieren o no tener un hijo.
Los colectivos feministas incluyen la interrupción voluntaria del embarazo como parte de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y defienden que se trata de una cuestión de derechos humanos y salud pública.
El feminismo no promueve el aborto como la única opción válida, sino que defiende el derecho de las mujeres a tomar decisiones informadas y autónomas sobre su salud reproductiva. Esto incluye tener acceso a información precisa sobre la salud sexual, a métodos anticonceptivos y al apoyo necesario en caso de seguir con el embarazo.
En algunos países del mundo como Egipto, Irak y Nicaragua el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia. En otros como España, Argentina y Canadá está permitido el aborto libre, es decir, las mujeres pueden abortar en las primeras semanas de gestación sin tener que alegar ningún motivo.
La prohibición y restricciones al aborto no detienen su práctica, sino que llevan a mujeres a recurrir a abortos clandestinos e inseguros. Estos procedimientos, sin adecuada atención médica ni condiciones sanitarias, ponen en riesgo la vida de las mujeres, según denuncian organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional.
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