23 noviembre 2024
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23 noviembre 2024

Humanos e inteligencia artificial miden sus capacidades

Dos científicos matemáticos descubren una fórmula de cálculo que es más eficiente que el algoritmo desarrollado por una máquina

A principios de octubre, medios de comunicación de todo el mundo publicaban el hallazgo matemático de AlphaTensor, un software de inteligencia artificial (IA)  que ha sido capaz de desarrollar por si solo algoritmos para calcular matrices de forma más rápida que con el sistema actual, que fue desarrollado hace más de 50 años.

Ahora, dos científicos de la Universidad Johannes Kepler de Linz (Austria), Manuel Kauers y Jakob Moosbauer, han logrado mejorar el sistema de AlphaTensor y resolver el cálculo de matrices con menos operaciones.

Para Kauers i Moosbauer, este descubrimiento demuestra que la cooperación entre máquinas y humanos es la mejor alternativa para avanzar en la ciencia, aprendiendo unos de otros para encontrar nuevas fórmulas matemáticas que permitan a los ordenadores solucionar problemas y funcionar mejor.

Las matrices son agrupaciones de números dispuestos en filas y columnas. La multiplicación de matrices es un proceso esencial en informática, ya que permite a los ordenadores analizar grandes cantidades de información. Estos procesos sirven para generar gráficos o encriptar comunicaciones, entre otras funciones.

En las escuelas, el método tradicional para multiplicar una matriz de 4x5 por otra de 5x5 se resuelve en cien operaciones. En 1969, el matemático Volken Strassen desarrolló un método que simplificaba el proceso en 80 operaciones. La fórmula matemática creada por la inteligencia artificial de AlphaTensor ha reducido las operaciones hasta 76, según la página web del proyecto.

Reducir el número de operaciones permite a los ordenadores calcular más rápido y, por lo tanto, funcionar de manera más eficiente: esto supone avanzar más rápido en los estudios o poder realizar más tareas en el mismo tiempo. Además, también supone un ahorro de energía que reduce las emisiones contaminantes derivadas de la producción energética.

Máquinas que aprenden solas

La empresa creadora de AlphaTensor es DeepMind, que fue adquirida por Google en 2014 y ahora forma parte de su división de inteligencia artificial. Gracias a estos sistemas, las máquinas y ordenadores aprenden por sí solos a través de cantidades ingentes de datos que cruzan y analizan para obtener resultados o conclusiones. 

Estos datos se analizan a través de algoritmos informáticos: un conjunto de instrucciones concretas y ordenadas que permiten resolver problemas. Gracias a la evolución de la inteligencia artificial, ahora las máquinas reformulan estos algoritmos y los mejoran.

Los creadores de IA aseguran que estos sistemas tienen un componente de intuición que hace que las máquinas desarrollen su propio pensamiento. En ese sentido, los ordenadores ya no solo se limitan a analizar los datos que les proporcionan los programadores, sino que encuentran nuevas formas de interpretarlos.

AlphaTensor se ha construido a partir de AlphaZero, un software de DeepMind utilizado en juegos como el ajedrez o el go (uno de los juegos de tablero más complejos del mundo). AlphaZero ha vencido a todos los programas de ajedrez contra los que se ha enfrentado.

Por otro lado, el sistema de aprendizaje de AlphaZero es autónomo: los programadores le indicaron las normas del ajedrez, pero el sistema fue aprendiendo nuevas estrategias y técnicas jugando partidas contra sí mismo.

Inteligencia artificial para crear arte

La inteligencia artificial evoluciona día a día con nuevas aplicaciones en campos como la informática, las matemáticas, la medicina, la astronomía, las ciencias económicas… pero también en ámbitos más culturales, como el arte o la literatura.

El fotógrafo turco Alper Yesiltas ha utilizado un programa de inteligencia artificial para crear retratos de personajes famosos que ya han muerto, imaginando qué aspecto tendrían en la tercera edad. El programa utiliza datos e imágenes sobre cómo se supone que son las personas mayores: con arrugas, canas, la piel flácida, los ojos caídos… y los ha aplicado a fotos reales de estas celebridades. 

La novela 1 The road se publicó en 2018 y narra un viaje por las carreteras de Estados Unidos siguiendo la trayectoria de Jack Kerouac en el libro En el camino (1957), un clásico de la literatura americana… Solo que, en esta ocasión, el autor de la historia fue un programa informático.

El artista e informático Ross Goodwin recorrió todo el trayecto con un ordenador portátil, un GPS, una cámara y un micrófono. Procesó todos los documentos recogidos (fotos, textos, sonidos) con algoritmos de inteligencia artificial que redactaron la narración, en la que se alternan fragmentos inconexos con otros más literarios. 

En realidad, muchos autores utilizan hoy en día programas de IA como Sudowrite para escribir más rápido sus historias. El funcionamiento depende de los propios escritores: cuantas más palabras y frases introduzcan en la base de datos de la inteligencia artificial, más opciones e ideas podrá producir el programa.

Este método ha generado dudas sobre el proceso de creación, sobre si estas obras son originales o qué nivel de calidad tienen. ¿Podría una máquina llegar a ganar un premio literario? Y sobre todo: ¿sería justo?

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