Un equipo de arqueólogos ha reproducido una escultura griega de más de 2.500 años, cuya propiedad se disputan el gobierno griego y el Museo Británico
Desde hace más de un siglo, Grecia y el Reino Unido están en disputa por los mármoles del Partenón, un conjunto de esculturas de la antigua Grecia que tienen más de 2.000 años de antigüedad y actualmente se exponen en el Museo Británico de Londres. Ahora, la reproducción de estas obras gracias a la impresión 3D podría poner fin al conflicto.
Un equipo de científicos del Instituto de Arqueología Digital (IDA) de Oxford ha utilizado la tecnología de impresión en 3D para reproducir en mármol una de las piezas más famosas de este monumento: se trata de una cabeza de caballo que representa al animal que tiraba del carro de la diosa Selene y que formaba parte de la fachada del Partenón.
El IDA propuso al Museo Británico escanear los mármoles para hacer una reproducción, pero la institución se negó. Aun así, la entrada al museo es gratuita y las obras son tan antiguas que están libres de derechos de autor y propiedad intelectual, así que los técnicos del instituto pudieron entrar al Museo Británico y fotografiar las esculturas con teléfonos iPhone.
Estos dispositivos incluyen sensores LIDAR que permiten medir la distancia de los objetos retratados. De este modo, no solo obtuvieron imágenes sino también las medidas: estos datos se usaron para recrear un modelo 3D e imprimirlo. La idea es que esta nueva pieza pueda exhibirse en un museo.
Las esculturas del Partenón llegaron al Reino Unido a principios del siglo XIX. Entre 1801 y 1805, Thomas Bruce, conde de Elgin y embajador británico en el Imperio Otomano, se llevó varias esculturas clásicas de la ciudad griega de Atenas, que en aquella época estaba bajo control otomano.
Elgin incluso hizo arrancar parte de las esculturas que decoraban los frisos del Partenón. Cuando regresó a su país, vendió las antigüedades al Museo Británico por 35.000 libras, lo que equivaldría a unos 3 millones de euros en la actualidad.
El gobierno griego hace más de un siglo que reclama el retorno de las obras a su país de origen, pero el Museo Británico se opone argumentando razones artísticas y legales. Por un lado, defiende que las esculturas son una “herencia compartida del mundo” y que no entienden de fronteras políticas. Por otro lado, aseguran que la tarea de conservación realizada por el Museo Británico ha permitido preservarlas hasta hoy.
En cambio, Grecia argumenta que las piezas fueron obtenidas de forma ilegal y que el Partenón representa un caso evidente de expolio artístico. Durante las negociaciones del Brexit, cuando el Reino Unido tenía que salir de la Unión Europea, el gobierno griego intentó añadir una cláusula que obligara al gobierno británico a devolver las obras.
El Partenón, el origen de las figuras
El Partenón era un templo consagrado a la diosa Atenea y se considera un símbolo de la antigua Grecia. Atenea era una de las divinidades más importantes de la mitología griega, representaba la inteligencia, la sabiduría y la civilización, y era la patrona de Atenas, una de las ciudades-estado más poderosas e influyentes.
El edificio se construyó en el siglo V a.C. y forma parte de la acrópolis de Atenas, la parte alta de la ciudad, donde se encontraban los principales lugares de culto. Está construido en estilo jónico, característico por las columnas altas y estilizadas y los capiteles con dos espirales.
Las esculturas del Partenón fueron esculpidas por Fidias, considerado el mejor escultor de la época clásica. Además de diseñar el templo, también proyectó una estatua gigante de Atenea que hacía 12 metros de altura pero que no se ha conservado. Fidias diseñó otras obras, como la estatua de Zeus en Olimpia, una de las siete Maravillas del Mundo Antiguo.
Actualmente, las figuras y construcciones del Partenón están repartidas en museos de todo el mundo. De hecho, este es uno de los argumentos del Museo Británico para impedir el retorno de los mármoles de Elgin. Aun así, el gobierno griego construyó un nuevo Museo de la Acrópolis que se inauguró en 2009, con el objetivo de recuperar todos los mármoles y esculturas y exhibirlos juntos algún día.
El fenómeno del arte expoliado
Los mármoles del Partenón pueden considerarse un caso de expolio artístico. El arte expoliado es un conjunto de piezas con valor artístico o arqueológico que, a raíz de una guerra, un desastre natural o un conflicto político se confiscan a sus propietarios.
A lo largo de la historia se han producido muchos casos de expolio. Durante el periodo colonial, las potencias europeas saquearon la riqueza artística de las colonias en diferentes continentes. Es el caso de África, donde varios países explotaron los recursos naturales y se llevaron numerosas obras de arte para exponer en museos europeos.
Un estudio impulsado por el Ministerio de Cultura Francés asegura que el 85% del patrimonio cultural africano se encuentra fuera del continente, y que 900.000 piezas están en Francia. Gracias a este informe, el gobierno francés decidió devolver 26 obras a Benín, una antigua colonia francesa en África, que fueron expoliadas durante el dominio colonial.
El régimen nazi que gobernó en Alemania a mediados del siglo XX también saqueó obras de arte en varias ciudades de Europa. Gran parte del patrimonio expoliado procedía de colectivos perseguidos por los nazis, como la comunidad judía. Hoy en día, todavía hay piezas que no se han encontrado.
En España, el caso más importante de expolio artístico tuvo lugar durante la Guerra Civil (1936-1939). Durante el conflicto, la República confiscó obras de arte para protegerlas de los bombardeos, pero cuando Franco llegó al poder, no todas fueron devueltas a sus legítimos propietarios.