4 diciembre 2024
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4 diciembre 2024

Impresión 3D: una apuesta de futuro para la moda

Esta tecnología permite imprimir ropa en casa, en un proceso más sostenible y con mayor durabilidad

La impresión 3D, tecnología emergente desde los años 80, se posiciona como una herramienta clave en el futuro de la moda. Aunque grandes marcas como Nike y Adidas ya han experimentado con esta técnica, los avances recientes en materiales y tecnología refuerzan su potencial en el diseño y la producción textil.

Según Estel Vilaseca, responsable de moda en la escuela de diseño LCI Barcelona, “la moda 3D permitirá poder imprimir ropa en casa en un futuro”. Aunque señala que “aún hay que avanzar mucho”, considera que “es un escenario que será real en no mucho tiempo”. Este desarrollo podría asemejarse al uso doméstico actual de impresoras 3D para otros fines.

Uno de los principales beneficios de esta tecnología es su contribución a la sostenibilidad. “Imprimir ropa o accesorios a través de impresoras 3D reduce los desperdicios de tejidos, así como los errores de patronaje, por lo que puede ser muy beneficioso”, explica Vilaseca. Además, destaca que “la investigación que está habiendo en cuanto a los materiales que se usan también permite crear ropa más sostenible”.

Reutilizar la ropa

En esta línea, diseñadores como Julia Koerner han planteado la posibilidad de reutilizar ropa usada como material para las impresoras. “Sería, por ejemplo, como ‘fundir’ la ropa que ya no se usa y, con ella, volver a hacer ropa nueva”, afirman desde LCI Barcelona, destacando el potencial de esta práctica para fomentar un modelo de economía circular.

Hoy en día, nombres como Daniel Peteg o Iris Van Herpen, junto con marcas como Comme des Machines, dirigida por españoles, ya se han consolidado en el mercado de la moda 3D.

Esta tecnología también facilita la creación de colecciones más inclusivas. “Va a permitir crear diseños muy diversos y específicos para cada cuerpo sin tanto trabajo”, asegura Vilaseca. Además, la moda digital complementa estos avances al simular cómo se adapta una prenda a distintos cuerpos antes de producirla.

Por último, la impresión 3D supone un impulso para la creatividad en el diseño. “Es algo que muchas veces se olvida al hablar de los procesos de la moda, pero es fundamental. Todas estas innovaciones dan más herramientas para que los diseños crezcan y se diversifiquen sin invertir tanto tiempo”, concluye Vilaseca. La capacidad de personalización al detalle y la posibilidad de crear prendas únicas convierten a esta tecnología en una apuesta prometedora para el futuro del sector.

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