18 noviembre 2024
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18 noviembre 2024

Irán ejecuta a tres manifestantes tras las protestas

Majid Kazemi, Saleh Mirashemi y Saeed Yaghoubi fueron detenidos y condenados a muerte tras manifestarse contra el régimen iraní

Las ejecuciones continúan en Irán. El viernes pasado, el gobierno iraní ejecutó a tres hombres que habían sido acusados ​​de violencia durante las protestas contra el régimen que comenzaron el año pasado. Según el último informe de la ONG Iran Human Rights, Irán ejecutó a 582 personas en 2022, un 75% más que el año anterior.

Las protestas contra el gobierno estallaron el pasado mes de septiembre tras la muerte de Mahsa Amini, una chica de 22 años que había sido detenida por la policía de la moral del país por llevar mal puesto el hiyab o velo islámico. Mahsa murió por las agresiones y torturas sufridas mientras estaba bajo custodia policial

Aunque las manifestaciones han disminuido en los últimos meses, Irán sigue reprimiendo con violencia la población. Las últimas víctimas han sido Majid Kazemi, Saleh Mirashemi y Saeed Yaghoubi, que han sido ejecutados tras ser sometidos a tortura y forzados a confesar públicamente en televisión, según denuncian varias ONGs.

Los tres hombres fueron declarados culpables de moharebeh ("guerra contra Dios") por presuntamente sacar un arma durante una manifestación en la ciudad de Isfahán que tuvo lugar en noviembre. Según el poder judicial, esto habría provocado la muerte de tres miembros de las fuerzas de seguridad. Tras ser detenidos, se les condenó a muerte. 

El pasado 17 de mayo, las familias de los tres detenidos fueron convocadas para acudir a la prisión, donde las autoridades iraníes les comunicaron que se trataba de su última visita. En ese momento varios medios de comunicación y ONGs alertaron que los tres hombres podían ser asesinados en cualquier momento. Finalmente, la ejecución se produjo el viernes 19.

Las protestas contra el régimen iraní

Las protestas contra el régimen islámico de Irán comenzaron el pasado 16 de septiembre, cuando se hizo pública la muerte de Mahsa Amini, una chica de 22 años que fue detenida en Teherán por llevar mal puesto el hiyab. La joven murió en el hospital debido a las agresiones y torturas que sufrió mientras estaba detenida por la policía.

La noticia de la muerte de Masha provocó una oleada de indignación entre la población del país, que salió en masa a las calles para protestar contra la represión del gobierno iraní y reclamar más derechos y libertades. Muchas mujeres quemaron sus velos en símbolo de protesta y cientos de estudiantes se manifestaron en universidades y escuelas

Por su parte, el gobierno iraní decidió responder con dureza frente a las protestas populares: se anunció el cierre de las universidades, varios periodistas fueron detenidos por informar sobre las protestas, se limitó el acceso a internet

A esto se sumó la brutalidad y represión. Según los datos de enero de Amnistía Internacional, 300 personas han muerto por manifestarse (incluidos al menos 41 niños y niñas), hasta 16.000 han sido detenidas, y cientos de personas han resultado heridas durante la represión de las autoridades para frenar las protestas. 

Desde enero, la frecuencia y el número de movilizaciones ha disminuido notablemente debido a la dura represión de las autoridades. Aún así, algunos medios de comunicación iraníes aseguran que el descontento con el régimen continúa y muchas mujeres están liderando protestas individuales; por ejemplo, negándose a usar el velo

La pena de muerte en 2022

Irán no es el único país que sigue utilizando la pena de muerte hoy en día. De hecho, el uso de este mecanismo alrededor del mundo está en aumento: en 2022, hubo un incremento del 53% en las ejecuciones en comparación con 2021, según los datos del último informe de Amnistía Internacional. 

La pena de muerte, pena capital o ejecución consiste en provocar la muerte a una persona que ha sido condenada por parte del Estado como castigo por haber cometer un delito establecido en las leyes del país; por ejemplo, un delito de desobediencia política

La organización ha podido confirmar que 883 personas en 20 países fueron ejecutadas en 2022. Este aumento de las ejecuciones fue encabezado por países de Oriente Medio y el norte de África, donde las cifras documentadas pasaron de 520 en 2021 a 825 en 2022.

En países como China, Corea del Norte o Vietnam la pena de muerte es un secreto de Estado. Aunque se tiene constancia de que la pena capital se utiliza ampliamente, se desconoce el dato preciso sobre personas ejecutadas. Por eso, Amnistía Internacional aclara que las cifras podrían ser aún mayores, ya que es difícil documentar esta información.

El año pasado, seis países abolieron la pena de muerte total o parcialmente (Kazajistán, Papúa Nueva Guinea, Sierra Leona, República Centroafricana, Guinea Ecuatorial y Zambia). Aún así, varias organizaciones internacionales denuncian que este mecanismo debe ser abolido en todo el planeta, pues constituye una clara violación de los derechos humanos.

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