El huracán ha pasado por Cuba y ha alcanzado la costa sur de Estados Unidos, donde ha provocado graves inundaciones
El huracán Ian ha provocado graves destrozos e inundaciones en varios estados del sur de Estados Unidos, después de dejar sin electricidad la isla de Cuba. Ian tocó tierra con vientos de hasta 240 km/h y fue clasificado como un huracán de categoría 4 (tan solo un escalón por debajo de la máxima categoría).
En Florida, uno de los estados más afectados, cientos de personas quedaron atrapadas en sus hogares porque no hicieron caso de las alertas de evacuación. Algunas se encuentran en zonas que han quedado aisladas porque el huracán ha destruido puentes y carreteras, lo que dificulta las tareas de rescate.
Ian provocó también una marejada ciclónica, un fenómeno que hace que el nivel del mar se eleve por encima de lo normal. Esto resulta en grandes inundaciones incluso en zonas alejadas de la costa, como la ciudad de Naples, donde el agua subió casi 3 metros.
El huracán ha destruido los muelles y edificios más cercanos a la costa. Las imágenes también muestran cómo decenas de barcos han sido arrastrados hasta tierra. Más de 2,5 millones de hogares se quedaron sin luz y los daños superan los 10.000 millones de dólares.
De momento se han notificado 17 víctimas mortales, pero se teme que pueda haber más bajo los escombros cuando el agua se retire. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado que podría ser el huracán más mortífero de la historia de Florida.
Biden también ha anunciado que el gobierno se hará cargo de los costes de reconstrucción y rescate. De esta forma, el gobierno federal (controlado por el Partido Demócrata) y el gobierno del estado de Florida (en manos del Partido Republicano) dejan de lado su disputa por la inmigración y colaborarán para hacer frente a esta situación de emergencia.
Después de cruzar la península de Florida, el huracán Ian ha vuelto a coger fuerza sobre el océano Atlántico y se ha desplazado hasta Carolina del Sur, Georgia, Carolina del Norte y Virginia. En estos estados se ha declarado el estado de emergencia para prevenir a la población.
Apagón en Cuba
Antes de llegar a Estados Unidos, el huracán Ian pasó por Cuba, donde también causó grandes estragos. Toda la isla se quedó sin electricidad, un hecho inédito que no había sucedido nunca durante la temporada de huracanes.
Los apagones eléctricos son habituales en Cuba, donde miles de hogares se quedan sin luz durante horas. Los problemas de suministro se deben a que la red eléctrica está muy envejecida, mientras que la crisis económica que atraviesa el país impide mejorar estas infraestructuras.
Las rachas de viento llegaron a los 200 km/h y provocaron destrozos en viviendas y negocios, sobre todo en la parte oeste de la isla. Se calcula que 50.000 personas fueron evacuadas en esta zona.
El huracán arrancó el techo de varios edificios y derribó muchos árboles, que acabaron cortando el paso en carreteras e interrumpiendo la red eléctrica. También han quedado afectados muchos campos de cultivo de tabaco, que es uno de los productos cubanos que más se exporta al extranjero y representa una importante fuente de ingresos.
La población cubana está acostumbrada a las tormentas tropicales debido a la situación geográfica de la isla: los huracanes se forman en mares cálidos como el Caribe, donde el aire húmedo y caliente se desplaza hacia arriba y genera vientos cada vez más potentes. Así, cada año, las autoridades se preparan para la temporada de huracanes que va del 1 de julio al 30 de noviembre.
¿Cómo funciona una marejada ciclónica?
Los huracanes son las tormentas más grandes y violentas de la Tierra, como señala la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA). También se conocen como ciclones tropicales, porque se forman en la zona del Trópico terrestre.
Los huracanes se forman cuando el aire cálido y húmedo en la superficie del mar se eleva hacia arriba: este espacio cerca de la superficie se llena con el aire de alrededor, que tiene una temperatura diferente, lo que crea una diferencia de presión.
El movimiento de aire constante y la subida de humedad provoca la aparición de nubes que giran y se alimentan del agua en el mar. Dependiendo de las condiciones atmosféricas y de la temperatura, estas nubes girarán cada vez más rápido y serán más grandes, creando un agujero en el centro: el ojo del huracán.
A veces, los vientos del huracán son tan fuertes que pueden empujar la superficie del mar y desplazar grandes cantidades de agua. Zonas de costa que antes estaban bajo el mar o el océano aparecen vacías de golpe, como si el huracán hubiera succionado toda el agua: este fenómeno se conoce como marejada ciclónica.
El problema es que el ciclón tropical volverá a descargar esta agua en otras zonas y eso puede provocar graves inundaciones, como ha sucedido con el huracán Ian en Florida.
Por otro lado, cada vez más estudios científicos señalan la relación entre el cambio climático y la intensidad de los huracanes. No es que el calentamiento global provoque directamente estos fenómenos meteorológicos, pero sí que influye en la fuerza de los vientos o el volumen de las precipitaciones y, por tanto, en su capacidad de destrucción.