El monumento al descubridor de América será sustituido por una estatua de una mujer indígena como crítica al colonialismo
La estatua del explorador Cristóbal Colón en Ciudad de México, que ocupaba una de las glorietas del céntrico paseo de la Reforma, será sustituida por la estatua de una mujer olmeca, una de las culturas indígenas que habitaban en México antes de la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI.
El ayuntamiento mexicano retiró el monumento el 10 de octubre del año pasado para realizar tareas de limpieza. Sin embargo, el momento no pasó desapercibido: dos días antes del 12 de octubre, fecha del descubrimiento de América, un episodio histórico envuelto de polémica debido a las consecuencias que tuvo para las culturas indígenas.
La alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha asegurado que el objetivo no es borrar la figura histórica de Colón sino traer justicia social y reconocimiento para las culturas precolombinas que desaparecieron con la llegada de los españoles.
En España, el 12 de octubre simboliza la unidad de la cultura hispana y los lazos comunes entre países de diferentes continentes. Sin embargo, para millones de personas la figura de Colón y el descubrimiento de América simbolizan la opresión de los colonizadores, que provocaron la muerte de millones de personas.
En 2019, con motivo del 500 aniversario de la llegada de los españoles a México, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió por carta al rey Felipe VI de España y al Papa Francisco que pidieran perdón a los pueblos indígenas por los abusos cometidos durante la Conquista del país.
Desde el año pasado, varias estatuas de Cristóbal Colón y de otros conquistadores han sido atacadas en diferentes ciudades para denunciar las consecuencias del colonialismo y el racismo en todo el mundo. El origen de las protestas fue la muerte de George Floyd, un afroamericano que murió a manos de la policía en Mineápolis (Estados Unidos).
500 años de la caída de Tenochtitlan
La retirada de la estatua de Colón en la capital mexicana coincide con los actos conmemorativos del 500 aniversario de la caída de Tenochtitlan, la antigua capital del imperio azteca, a manos de los conquistadores españoles.
El explorador Hernán Cortés desembarcó en las costas de México en 1519. Él y sus soldados consiguieron imponerse fácilmente a los indígenas gracias a las armas y escudos que llevaban. También establecieron alianzas con algunos pueblos sometidos por los aztecas, que querían vengarse de ellos.
Desde la península de Yucatán, Cortés fue avanzando hasta el centro del país. Tenochtitlan estaba construida en medio de un lago y eso dificultó el ataque del ejército español. Los aztecas sufrieron un asedio de dos meses hasta que al final los españoles consiguieron capturar a su rey, Cuauhtémoc, el 13 de agosto de 1521.
Tras derrotar a los aztecas, los españoles destruyeron toda la ciudad y utilizaron las mismas piedras para construir sus palacios y la Basílica de Santa María de Guadalupe. En la actualidad, la excavación del suelo en el centro de Ciudad de México ha permitido descubrir varios templos y edificios aztecas que quedaron sepultados.
Los imperios perdidos de América Latina
Los exploradores europeos que llegaron a América entre los siglos XV y XVIII impusieron su lengua, su religión y su forma de ver el mundo sin respetar la cultura y la tradición de los pueblos del Nuevo Mundo.
Decenas de culturas desaparecieron con la llegada de los colonizadores (palabra que tiene su origen en el nombre de Colón). Entre todos estos pueblos destacan el imperio azteca en México, el imperio inca en Perú y la civilización maya en Centroamérica.
Estas tres civilizaciones habían construido grandes ciudades con templos y palacios y habían desarrollado grandes conocimientos en matemáticas y astronomía. También tenían su propia lengua y costumbres, y un sistema de creencias basado en la naturaleza.
Sin embargo, la grandeza de estos imperios se derrumbó ante los colonizadores, que llegaron con caballos, carros, armaduras y armas de fuego. Los conquistadores sometieron a los indígenas de forma brutal, con violencia. Los obligaron a convertirse al cristianismo, les arrebataron las tierras y recursos naturales, e incluso comerciaron con ellos como esclavos.
Una de las primeras voces que cuestionó el trato injusto a los indígenas fue Fray Bartolomé de las Casas, un monje dominicano que viajó varias veces a América y vivió en distintas colonias españolas a principios del s. XVI. A raíz de su experiencia escribió la Brevisíma relación de la destrucción de las Indias, donde denunciaba los abusos y maltratos de los conquistadores españoles a la población autóctona.