14 noviembre 2024
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14 noviembre 2024

La mitad de las especies de aves, bajo amenaza

La actividad humana y el cambio climático han destruido el hábitat natural de millones de aves que podrían desaparecer

La mitad de la población de aves en todo el mundo (un 49%) está disminuyendo año tras año, mientras que 1 de cada 8 especies de pájaros está en peligro de extinción. Son las conclusiones del informe Estado de Conservación de las Aves del Mundo, que la organización BirdLife International elabora cada cinco años para analizar la situación de las aves en el planeta.

Los datos recopilados por BirdLife no son optimistas. La mayoría de especies se encuentran en declive: se calcula que 2.900 millones de pájaros han desaparecido en América del Norte desde 1970, y cerca de 600 millones en los territorios de la Unión Europea

Las causas de este declive se deben, en gran parte, a la actividad humana. La tala descontrolada de bosques para expandir los campos de cultivo y la agricultura, las especies exóticas invasoras o la sobreexplotación de recursos naturales han destruido el hábitat de muchas aves. Estas actividades afectan incluso a las zonas protegidas, lugares clave para la conservación de especies de aves y otros seres vivos.

Por otro lado, el cambio climático (alimentado por las actividades del ser humano) también ha afectado a la supervivencia de estos animales: la subida global de temperaturas ha influido en las rutas migratorias y ha secado espacios naturales, e incluso ha incidido en la aparición de incendios más violentos y destructivos.

Las aves son un importante indicador de la salud del planeta, ya que se encuentran distribuidas por todo el mundo, son relativamente fáciles de estudiar y responden a los cambios medioambientales. Por eso los científicos las utilizan como referencia para medir la evolución de los ecosistemas.

Por otro lado, las aves son animales muy populares y existe un verdadero ejército de observadores repartidos por todo el mundo: ornitólogos profesionales y aficionados recogen datos y los comparten con el resto de la comunidad científica. Esto permite tener información constantemente actualizada.

Una de las claves para combatir la desaparición de aves es garantizar la supervivencia de las áreas protegidas dejándola en manos de las poblaciones indígenas y comunidades locales, que mantienen un vínculo histórico con la tierra y conocen mejor que nadie sus especies naturales.

La importancia de las aves para los ecosistemas

El informe también destaca la importancia de las aves dentro de los ecosistemas naturales, donde cumplen funciones fundamentales como polinizadoras, depredadoras o dispersoras de organismos.

Las aves marinas, por ejemplo, favorecen el funcionamiento de los arrecifes de coral haciendo circular los nutrientes entre la tierra y el mar. En las islas donde hay aves marinas, los arrecifes tienen mejor salud y la población de peces es mayor que en otros paisajes marinos.

Las aves también tienen un papel clave en la dispersión de semillas y, por tanto, en el crecimiento de vegetación. El cálao es un pájaro del Sureste Asiático capaz de dispersar las grandes semillas de los árboles tropicales; la desaparición de esta especie no solo afectaría la biodiversidad, sino también el crecimiento de la selva y su capacidad para absorber más dióxido de carbono y combatir el cambio climático.

Las aves insectívoras (que comen insectos) ayudan a controlar plagas de insectos que pueden poner en peligro algunas cosechas, mientras que las aves polinizadoras son muy importantes para mantener la producción de frutas y semillas a nivel mundial.

Por último, las aves también pueden influir en la salud de las personas, tanto a nivel físico como mental. Varios estudios realizados en Europa señalan que ver y escuchar aves puede influir positivamente en el estado de ánimo y la calidad de vida de las personas. Por otro lado, la disminución de las aves carroñeras puede influir directamente en la contaminación del entorno y afectar a la higiene y la salud, según un estudio reciente en la India.

Un siglo trabajando a favor de la naturaleza

BirdLife International cumple 100 años luchando por la preservación de la naturaleza y, en especial, de las aves. Esta organización medioambiental fue creada en Londres (Reino Unido) en 1922, cuando un grupo de ornitólogos de cuatro países fundaron el Consejo Internacional para la Conservación de las Aves (ICBP, en inglés).

El objetivo del ICBP era contactar con asociaciones conservacionistas de otros países y continentes y trabajar conjuntamente para proteger las aves de las amenazas de aquella época: entonces todavía no existían las especies protegidas y se podían cazar sin permiso.

El interés por la conservación de las aves surgió sobre todo en los territorios colonizados, donde los europeos encontraron especies exóticas de formas y colores muy llamativos. Así, en 1883 se fundó la Sociedad de Historia Natural de Bombay (India), donde los amantes de la naturaleza intercambiaban conocimientos y se exhibían especímenes de interés.

Allí surgieron las primeras iniciativas para proteger a las aves, como la prohibición de envenenar a los buitres, una especie muy amenazada, o la protección del hábitat del rayador indio. Años más tarde, varias mujeres de la alta sociedad iniciaron campañas para prohibir el comercio de plumas exóticas que se utilizaban para adornar trajes y sombreros, y que suponían una cacería indiscriminada de aves.

En la actualidad, BirdLife International está compuesta por 119 organizaciones de diferentes países y regiones y más de 13 millones de afiliados que colaboran con la organización. 

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