Es esencial que los jóvenes tengan los conocimientos y herramientas necesarios para distinguir entre hechos, opiniones y mentiras
Hoy en día los jóvenes pasan gran parte de su día conectados a internet. Según un estudio realizado por Unicef, el 90,8% de los menores se conecta a diario. En cuanto a las horas de uso, un 31,6% pasa más de 5 horas diarias conectado a internet entre semana, una cifra que asciende durante el fin de semana.
La mayoría utiliza dispositivos como el móvil, la tableta o el ordenador para acceder a redes sociales, hablar con amigos o hacer actividades de la escuela. No obstante, los jóvenes también tienen acceso a contenido de carácter informativo, como son las noticias.
El problema es que hoy en día proliferan en la red una gran cantidad de contenidos falsos. Según un estudio del Massachusetts Institute of Technology (MIT) publicado en 2018, las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidades de ser compartidas y de convertirse en fenómenos virales que la información real.
Otro estudio de la consultora Gartnet reveló que, para este año 2022, la mayoría de los individuos consumirán más información falsa que verdadera. A la proliferación de contenido falso se suman las carencias que tienen los jóvenes: muchos de ellos no tienen el conocimiento ni las herramientas necesarios para detectar la desinformación.
¿Qué son las “noticias falsas”?
Internet y las redes sociales están plagados de información errónea o manifiestamente falsa. Es lo que conocemos como fake news o noticias falsas. Algunos bulos que circulan por Internet son simplemente bromas cuyo objetivo es entretener a los usuarios, como es el caso de los memes de Twitter.
Sin embargo, existen otro tipo de noticias falsas que son más peligrosas. Algunas personas difunden información errónea de forma intencionada para engañar, modificar nuestra opinión sobre un tema o para obtener algún beneficio. Por ejemplo, a veces se difunden mentiras para favorecer a determinados partidos políticos durante las elecciones.
En ocasiones, las noticias falsas apelan a la parte más emocional de los lectores, con el objetivo de que estos se indignen y se enfaden. Con esto consiguen que los usuarios se sientan partícipes de la noticia y tengan ganas de compartir el mensaje.
Compartir este tipo de noticias contribuye a generar confusión y puede generar un peligroso círculo de desinformación. El problema de la desinformación es que esta puede provocar problemáticas sociales y culturales como la intolerancia, la propagación de discursos de odio o la toma de decisiones sin información veraz.
Educación mediática para hacer frente a la desinformación
Ante esta situación, es fundamental el papel de la educación mediática: aprender a interactuar de forma crítica con los medios de comunicación para saber distinguir la información veraz y rigurosa de la que no lo es. Por ese motivo, uno de los máximos objetivos es fomentar el pensamiento crítico entre los jóvenes.
Para promover un uso responsable de las tecnologías de la información es imprescindible enseñarles a detectar las noticias falsas en la red. Lo primero que podemos hacer es hacernos preguntas sobre el contenido en cuestión: ¿Quién es el autor de la noticia? ¿El texto tiene faltas de ortografía o errores? ¿Cuál es la fuente que publica la información?
En caso de duda, podemos comprobar qué están diciendo otros medios de comunicación acerca del tema en cuestión. Los medios reconocidos utilizan fuentes oficiales (datos publicados por organizaciones gubernamentales o instituciones públicas) y son más fiables que aquellos contenidos que parecen una simple opinión.
Como usuarios de internet debemos ser responsables y no compartir mensajes que parecen poco fiables o que no están contrastados. Lo más importante es utilizar el sentido común para evitar difundir bulos en la red.
Esta noticia forma parte de la Unidad Didáctica Navegando el mundo digital que incluye actividades para trabajar el tema en el aula. Suscríbete a Junior Report para acceder a los recursos informativos y materiales didácticos.